Big Red Mouse Pointer

martes, 24 de noviembre de 2015

NH2: Capítulo 049 - Punto muerto (Parte 1)

El claxon no paraba de sonar. La cabeza de un inconsciente Davis no permitía cesar ese odioso y molesto sonido. Todo había sucedido realmente rápido, hacía cosa de una hora habían dejado atrás aquel enorme cementerio en el que se volvió la tierra sobre la que se había librado una batalla típica de la Edad Media, Ley, Johnny, Will, Jimmy... todos ellos habían perecido en aquella sangrienta guerra, sin embargo, ellos lo habían logrado, habían asegurado un futuro para las nuevas generaciones, protegiéndolo y encerrándolo por dos años en un cofre del tesoro. Ellos no murieron en vano, aunque decir que murieron es un término bastante confuso, ¿no? Al fin y al cabo ¿qué era morir realmente? ¿Acaso significaba que si tu cuerpo físico moría, tu existencia sería olvidada y borrada de la faz de la Tierra? Quien sabe, un simple humano no podría entender una palabra tan simple pero a la vez con un significado tan complejo como es la palabra “muerte” En verdad, sus cuerpos murieron, pero sus hazañas fueron grabadas en el corazón de aquellos supervivientes de la masacre, mientras fueran recordados, ellos jamás morirían...

Visto que no podrían disfrutar de aquel futuro, el grupo formado por Eva, Adán, Puma, Inma, Maya, Alice, M.A, Jessica, Davis y Nicole, soportando aún la pérdida de aquellos valientes guerreros, y amigos, así como las heridas de guerra, partieron rumbo a un destino incierto. Manejando un Jeep y un coche, partieron a algún sitio cuestionándose que sucedería con ellos ahora, mientras una y otra vez, aquellas muertes, aquella guerra, aquellos sentimientos, se repetían una y otra vez como un círculo vicioso. Se dirigían lejos, muy lejos, conduciendo por aquella carretera fantasma hasta que algo les obligara a detenerse. Ensimismado, Davis no pudo ver venir a un animal grotescamente deformado por los efectos de la radiación que apareció de repente de entre la muerta vegetación forestal que se abría a ambos lados de la solitaria carretera , y en un intento de evitar un siniestro, dio un volantazo, pero mientras que el animal salió airoso de la situación, el Jeep se descontroló y embistió al vehículo que lo acompañaba, acabando ambos en un inevitable siniestro. Mientras el coche chocaba contra algún tipo de edificación, a unos metros, el Jeep colisionó con un enorme árbol de hojas amarillentas. En el interior del Jeep, la temblorosa mano de Maya emergió del asiento trasero para posicionarse sobre el hombro del conductor inconsciente.

—Davis, oye Davis... ¿Estás bien? Davis... —pronuncio la joven con dificultad meciendo a su compañero levemente. En la zona trasera, Nicole, Jessica e Inma trataban de orientarse tras ser cruelmente sacudidas hacia los asientos delanteros.

Maya abrió la puerta del vehículo y salió de su interior, sus pasos titubearon un poco antes de localizarse frente a la puerta del asiento del piloto. La joven castaña tiró del manillar y se dispuso a sacar a Davis y cargar con él usando su increíble fuerza sobrehumana, cargar con su peso no debería de resultar problema alguno, debería... Maya trató de ayudar a salir a su compañero, pero de inmediato se detuvo al sentir el peso de Davis al tratar de sacarlo, mirándose las palmas de sus manos con impotencia lo comprendió, era igual que aquel día en la iglesia, desde entonces, sus poderes rara vez habían dejado manifestarse ante su voluntad, ella los estaba perdiendo, los poderes que el Agua Gris le dio, su fuerza y velocidad sobrehumanas, se estaban evaporando. Maya negó con la cabeza escapando de sus pensamientos, y con cuidado, sacó a su compañero del vehículo, ejerciendo cierto esfuerzo para ello. Tras depositarlo en el suelo y cesar el condenado sonido del claxon, sus tres compañeras se acercaron para ver su estado.

—¡¡Davis!! —Jessica se arrodilló a su lado preocupada por su pareja.

—Tranquila, está bien, respira. —la trató de calmar Maya comprobando como el pecho del joven se hinchaba una y otra vez lentamente con cada una de sus respiraciones.

—¿Crees que se habrá hecho daño? Tiene sangre en la cabeza. —puntualizó Inma percatándose de la carmesí coloración que manchaba parte de la frente del joven.

—Estando inconsciente no lo notará, pero cuando se levante, le esperará un buen dolor de cabeza. Por lo demás parece estar bien. —respondió Nicole arrodillándose junto a Maya y Jessica.

—Igualmente tenemos que llevarlo a algún sitio, debo mirarle ese golpe. —respondió la castaña tratando de levantar a Davis para cargar con él a su espalda.

Ante el esfuerzo que invirtió Maya para cargar con Davis a su espalda, sus tres compañeras no pudieron evitar preguntar.

—¿Te cuesta, Maya? —preguntó Jessica extrañada— Pero si tú...

—Tenemos que movernos. El claxon del vehículo habrá llegado a los oídos de todos los podridos de la zona —interrumpió echando a andar.

Las chicas se miraron ante la respuesta de la joven castaña, algo sucedía con ella y sus habilidades, aunque solo Nicole tenía ya conocimiento de ello por lo que sucedió en aquella misión con Ley en la iglesia, en donde no pudo utilizar por algún motivo sus habilidades sobrehumanas, pero aún así, estaba dispuesta a cargar con Davis hasta llegar a un sitio donde ponerle a salvo y atenderle. El grupo decidió dejar en el Jeep el martillo de guerra de Maya y la alabarda de Eva para volver más tarde a por ellas y se llevaron la Bisarma y las Scramasax. Debido a que Nicole ya portaba la Bisarma, Maya cargaba con Davis, y teniendo en cuenta que Jessica e Inma no sabían manejar bien el martillo ni la alabarda, decidieron dejarla ahí por el momento. Nicole fue la primera en adelantar a Maya, colocándose a su lado empuñando el arma que Ley le entregó, dispuesta a cubrirla de cualquier amenaza que les saliera al encuentro, tras ellas, Jessica e Inma cubrían las espaldas de la rubia, la castaña y el bello durmiente con sus pistolas.

—El resto no debe de estar muy lejos, cuando se produjo el choque, el vehículo en el que viajaba el resto se adentró en el bosque. Deberíamos buscar primero las marcas del derrape para comenzar a buscarlos. —propuso Inma bastante decidida a dar con sus compañeros.

Jessica, escuchando la decidida propuesta por parte de la compañera que yacía a su lado, contemplaba la espalda de Davis mientras Maya lo cargaba, y después a Nicole quien echaba un vistazo a un lado y a otro de la carretera alerta de cualquier amenaza que pudiera salir de cualquiera de los dos laterales, finalmente miró su pistola frunciendo el ceño.

—¿Sucede algo Jessica? ¿Estás bien? ¿Tienes nauseas? —se preocupó Inma colocando la mano en el hombro de la joven.

—No, estoy bien, no te preocupes. —le restó importancia con una sonrisa.

—No te preocupes Jessica, tu chico estará bien, nosotras le protegeremos. —le llegó a los oídos las palabras de Maya.

Nicole por su parte únicamente miró un momento hacia atrás dirigiendo a Jessica una sonrisa para animarla a confiar en las palabras de Maya, pero por algún motivo, no se sentía bien consigo misma, ni mucho menos tranquila, por estúpido que resultara decirlo, las palabras de la castaña la hirieron en cierto modo, no solo Maya, también las muestras de apoyo de Inma y Nicole. Se sentía desplazada, se sentía distinta a ellas...

La puerta del coche se abrió y de su interior, abandonando el asiento del conductor salió una aturdida Eva llevándose la mano a la cabeza. —Puto animal de los cojones... Arrghhh —se quejó sintiendo su sien latente ante el golpe. — ¿¡Adán!? ¿¡Estás bien!? —se precipitó a abrir la puerta correspondiente a la salida de los asientos traseros.

Pudo contemplar al joven, cuya cabeza era envuelta por los brazos de Alice quien en el momento del impacto logró protegerle de cualquier golpe.

—Tranquila, está bien. —aseguró Alice liberando al joven de su protección.

Ni un gracias, Eva alargó la mano y ayudó a salir a Adán, arrodillándose en el suelo comenzó a palpar sus extremidades y la cabeza preguntándole si le dolía algo. El joven contestó con un largo y pesado “No” creyendo que se estaba preocupando demasiado cuando ya le había dicho Alice que lo había protegido del impacto. M.A. salió del vehículo refunfuñando sobre quien coño había decidido cortarle los cinturones del seguridad al coche.

—Vaya, ya veo que estás lo suficientemente bien como para quejarte. —respondió Alice saliendo tras él.

La rubia se acercó al maletero del coche y lo abrió para extraer el armamento de su interior y devolvérselo a su dueños, la maza con cadena de M.A, el arco y el carcaj de Adán, la espada nazarí de Puma y su Falcata, así como las Scramasax de los cuatro adultos del grupo.

Puma por su parte fue más tranquilo, y lentamente salió del asiento del copiloto sin sentir gracias a sus habilidades, el dolor del impacto. Tras echar un vistazo a sus acompañantes y asegurarse de que estaban aparentemente bien, se dirigió a las ruinas del edificio contra el que chocaron. A pesar haber sido claramente quemado, podía adivinar que se trataba de un granero, o al menos, parte de el. El vehículo había atravesado algunas vallas de madera antes de precipitarse con la edificación de madera quemada, y en verdad, parecía ser lo único que allí quedaba medianamente en pie, pues a unos pocos metros, algo que pareció ser en antaño una rústica casa de madera y un establo habían sido hechos cenizas casi en su totalidad. Puma continuó andando alejándose del vehículo y sus compañeros hasta meterse en un caminito de tierra y piedras que conducían a alguna parte entre toda la maleza amarillenta que se levantaba en todas direcciones en aquel bosque de aspecto otoñal.

—¿No tendríamos que buscar a los otros? —preguntó Alice acercándose junto a los otros tres integrantes del grupo para entregarle su Scramasax y la espada nazarí.

Puma no contestó de inmediato, se mantuvo mirando un momento el camino decidiendo cual sería la mejor opción.

—No, estoy seguro que estarán bien y serán ellos los que vengan a buscarnos, darán con las marcas del vehículo y continuarán este camino tras encontrarse con el coche, ellos podrán encontrarnos sin problemas. Vamos a seguir el camino, es probable que nos lleve a algún asentamiento, y puede que haya algo que podamos usar allí. Quedarnos por aquí rondando solo nos pondrá en peligro.—respondió Puma, quien sin esperar la respuesta de su compañeros, fue el primero en seguir la ruta.

El grupo de Maya tras recorrer varios metros andando logró encontrar las marcas del vehículo sobre el asfalto, y decidieron continuar siguiendo las marcas que el vehículo dejó en la tierra allá por donde pasó. Cuanto más se internaban en el bosque, más parecía que estaban internándose en un paisaje otoñal, a pesar de encontrarse en julio. Cientos de árboles muertos y deshojados se mezclaban con aquellos que aún luchando por sus vidas esforzándose en mantener aquellas hojas amarillentas adheridas a sus ramas. En el suelo, una capa de rama, hojas y tierra crujían a los pasos del grupo de chicas, no obstante, el camino que tomó el vehículo aparecía bien marcado en aquella capa de tierra y hojas, señalándoles bien el camino que debían de seguir. Finalmente tras un rato internándose en el bosque, lograron hallar el vehículo siniestrado comprobando que este estaba desprovisto de armas y de personas.

Maya dejó un momento a Davis en el suelo, apoyándolo contra en capó del vehículo para descansar su espalda. —Deberían de habernos esperado, estoy segura de que sabrían que iríamos a por ellos. —se hizo notar una Maya inconforme ante la situación.

—Han debido de pensar que aquí eran una presa fácil, entre tantos árboles costaría visualizar al enemigo cuando intentara acercarse para atacarles. —respondió Jessica. —Han debido de continuar ese camino, es probable que lleve a algún asentamiento.

—Tienes razón, aunque me pregunto porque no hemos visto aún ningún zombie, a pesar de que el claxon del Jeep estuvo sonando un rato. —se incorporó Inma a la conversación sin dejar de mirar todo lo que se abría a su alrededor en busca de alguna posible amenaza que pudiera ocultarse entre los árboles.

—Chicas, vamos a descansar un momento. —propuso Maya. —Daremos pronto con ellos, como ha dicho Jessica, han debido de tomar ese camino.

—¿Quieres que cargue yo con él y tú te ocupas de vigilar que nada nos ataque? —le propuso Nicole arrodillándose en el suelo para estar a su altura.

—No hace falta Nicole, pero gracias, quiero cargar yo con él. —le respondió con una sonrisa.

La castaña sabía que había perdido sus poderes, se había estado acostumbrando a ella misma, no, incluso sus propios compañeros a tirar de su superfuerza para salir de algunos apuros o resolver algunos trabajos pesados, por lo que Maya no quería sentirse una inútil ahora que había perdido sus habilidades, por eso, a pesar de no tener aquella increíble fuerza, cargaría con Davis hasta el final sin quejarse. Volviendo atrás, en el pasado, sus poderes habían comenzado a fallar desde que le sucedió aquello en la base de Michaela... Por suerte sobrevivió a ese momento, pero sus habilidades poco a poco fueron evaporándose. ¿Eso significaba que ahora era una humana normal y corriente? ¿Ya no era una supersoldado que Esgrip creó? Era cuestión de tiempo que todos se dieran cuenta de que había perdido sus habilidades, de hecho, sabía que Davis y Nicole fueron los primeros en percatarse que algo sucedía con sus habilidades, y hace poco Inma y Jessica lo notaron, es posible que alguien más se haya dado cuenta de ello.

—Oye, mientras descansáis voy a dar una vuelta por aquí, no me alejaré demasiado. —informó Inma.

—Está bien, si necesitas cualquier cosa da una voz. —contestó Nicole alzando el pulgar.

—Está bien. —Inma miró a Jessica.—¿Vienes?

—Claro.

El dúo femenino comenzó andar alejándose de sus compañeras, haciendo crujir las hojas a sus pasos. Nicole las vio marchar por un momento y miró a Maya sentándose a su lado, apoyando la espalda en el vehículo.

—¿Qué te sucede? ¿Es sobre tus poderes, verdad?

Maya suspiró pesadamente.

—Los estoy perdiendo poco a poco, o tal vez debería decir que los he perdido, ya que me cuesta cargar con Davis, antes, de tener aún mis habilidades, hubiera cargado con el a mis espaldas sin ningún tipo de inconveniente, es igual que aquella vez en la iglesia con las cadenas y los escombros. —confesó la castaña mirando a los ojos azules de su compañera. —Comenzó a pasarme tras lo sucedido en la base de tu hermanastra.

Ante aquella última frase el rostro de Nicole se ensombreció, recordando de golpe algunos de lo sucesos que allí tuvieron lugar y sintiendo despertar una vez más ese conjunto de sentimientos negativos que acompañaban a esos recuerdos. Maya no pasó por alto aquella reacción.

—Oye, tienes que mantenerte fuerte, no solo por ti, sino por todos. Ahora que Ley y los suyos han muerto, este grupo está bastante afectado, el futuro que habían logrado tener con ella y su gente se ha perdido. Dudo que la gente esté en condiciones para tomar ciertas decisiones de ahora en adelante manteniendo la cabeza fría, llevados por el dolor de sus corazones, probablemente muchas de estas personas tomen malas decisiones que afectarán a todos, por eso, algunos debemos de mantenernos fuertes para que los otros se recuperen y no hagan tonterías dejándose llevar por sus emociones. —le aconsejó su compañera con una sonrisa. —Es por eso, que a pesar de haber perdido mis poderes, quiero seguir siendo de utilidad para todos, por eso cargo yo sola con Davis, para demostrar a los demás y a mi misma, que aún sin poderes, todavía soy fuerte e imprescindible para el grupo, alguien en quien confiar el peso de llevar este grupo adelante cuando otros no puedan continuar llevando esa responsabilidad sobre sus hombros. Y si te soy sincera, no sé en quien confiar ahora mismo para ayudarme a llevar esa responsabilidad... Por eso debo mantenerme fuerte para ayudar a todos.

Las hojas amarillas caían con el el viento, danzando en su descenso a la tierra instantes antes de fundirse en ese mar de hojas. Jessica e Inma andaban una al lado de la otra conversando acerca de la situación, pero sin dejar de estar atentas a todo lo que sucedía a su alrededor.

—¿Cómo te encuentras Inma?

—He estado mejor, la verdad... Aún no puedo quitarme el rostro de Jimmy y los últimos momentos que pasé junto a él de mi memoria. En verdad es doloroso ese sentimiento de perder a alguien que te importa, primero Dyssidia, y luego él. Mientras esté con Maya, no puedo venirme abajo, ya tendré mi momento de soledad, pero junto a ella debo de ser fuerte, debo de protegerla a toda costa, Maya es lo único que me queda en este mundo, no puedo perderla...

Jessica se mantuvo un momento observando a su compañera, la determinación con la que dijo aquellas palabras. —Te admiro Inma, realmente me gustaría ser como tú, eres un ejemplo a seguir de superación para mi. —le confesó tras unos momentos de en silencio.

—¿¡En serio!? —preguntó sorprendida. —No sé si soy un buen ejemplo a seguir, creo que hay otros que se han superado más que yo y han pasado por dificultades mayores, como Puma, Maya o Nicole.

—Pero ellos son personas fuertes Inma, ellos han nacido con esa fortaleza debido a sus circunstancias personales, además de que ellos han tenido la experiencia de Stone City y saben lo que es perder a muchos de sus seres queridos, a tomar decisiones nada agradables y asentirse mal con ellos mismos, lo que ha ido desarrollando más esa fuerza, pero tú y yo no, nosotras acabamos de empezar en este mundo de desgracias. Cuando te conocí por primera vez me parecías una chica normal y corriente sin nada llamativo en lo que destacar, una más del montón como yo. No te veía con madera de líder como Puma, con un papel de guerrera imprescindible en la defensa del grupo, como Nicole y tampoco como alguien con un papel de apoyo vital por tener conocimientos como la medicina o alguna de esas habilidades especiales que el virus le ha dado a alguien del grupo, como es el caso de Maya, solo me parecías una simple chica más, igual que yo. Pero con el tiempo, me di cuenta que una simple chica como era tú, podía cambiar y hacerse fuerte, volviéndose independiente superándose así misma y a las expectativas de aquellos que te rodean. Por eso, pienso que realmente eres una persona increíble Inma.

La muchacha no pudo evitar avergonzase al escuchar aquellos halagos por parte de su compañera. No sabía muy bien que decir mientras no era capaz de ocultar aquella sonrisa de satisfacción ante aquellas palabras que reconocían su esfuerzo y evolución como persona e integrante del grupo.

—Yo en cambio, soy débil y con el paso de tiempo me he ido volviendo aún más débil, me odio a mi misma por eso, ya casi no me reconozco. Yo antes no era así, es cierto que era una chica más, pero era como tú eres ahora, desde que me quedé embarazada he ido cambiando a peor. Soy débil, dependiente, sobrevivo a la sombra de otros como Davis y Nicole. Siento desde hace tiempo impotencia y decepción conmigo misma por esta situación...

La sonrisa de Inma se borró y en su rostro se dibujó la preocupación, escuchar aquellas duras palabras dirigidas hacia su propia persona era algo duro de escuchar, y más aún cuando dijo que todo comenzó cuando quedó embarazada. —Jessica... Confió en que puedes a volver a ser como antes, incluso mejor. Usa esos sentimientos negativos que tienes y utilízalos como fuente de energía que te motive a cambiar. Pero eso supone tener que alejarte de Davis, de Nicole y el resto, y depender de ti misma, tienes que cambiar ese rol pasivo que tienes por uno activo como integrante del grupo, solo de esa manera podrás cambiar la visión que la gente tiene de ti y sobre ti misma. Pero la fuerza no es algo solamente interno, es algo también físico, necesitas habilidades para sobrevivir y demostrar que los demás pueden confiar en ti a la hora de hacer alguna misión peligrosa, por lo tanto deberías de pedirle ayuda alguien para entrenar y que te enseñe a pelear o a mejorar tu habilidad con las armas, yo por ejemplo entreno con Eva, aun que hace un tiempo que lo hemos dejado por los temas de las misiones con Ley. —le recomendó Inma.— ¿Sabes? ¿Recuerdas cuando nos enfrentamos a la Chimera? Fuistes tú la que te arriesgaste a estrellar aquel camión contra aquella bestia, encaraste a Davis ante esa decisión y lograste hacer que el grupo confiara en ti, de no haber sido por aquella acción tuya, no habríamos sobrevivido aquel día, y tomar aquella arriesgada decisión no me parece de una persona débil.

—Sí, en aquel momento me sentí una más. Creo que el problema es que me veo a mi misma como a una delicada escultura de cristal desde que estoy embarazada, y estoy seguro de que Davis me ve igual, por lo que me he dejado influenciar por sus temores hasta llegar al punto en el que estoy ahora y volverme en la persona en la que me he vuelto...

Inma se percataba cada vez más de cuanto se infravaloraba así misma, se veía como la inútil, débil y prescindible del grupo, no solo eso, la joven pensó que Jessica tal vez tenía la idea de que era vista así por todos los integrantes del grupo, incluido Davis. Era triste ver la manera en la que se veía así misma, sin sentir ningún tipo de amor o respeto sobre su propia persona.

—Desgraciadamente Jessica, yo no puedo hacer nada más que apoyarte y ayudarte en lo que pueda para cambiar la situación, pero el cambio en sí, es algo que solo está en tus manos. —le intentó apoyar colocando la mano sobre su hombro mirándola con una sonrisa.

Jessica asintió con una sonrisa en su rostro como muestra de gratitud. Fue entonces cuando sus pies se detuvieron al contemplar algo entre los árboles.

—¿Sucede algo? —preguntó Inma mirando a todos lados lista para usar su arma.

Jessica se llevó el dedo a los labios solicitando silencio, y moviendo una de sus manos la invitó a seguirla. Metiéndose entre los árboles, Inma se percató de inmediato de lo que su compañera vio.

—Vaya, es increíble... —susurró la castaña arrodillándose junto a un árbol con su compañera.

Ante ellas se hallaba un terreno plano y carente de árboles, en cuyo centro se localizaba un pequeño lago parcialmente congelado del que, al menos, una docena de ciervos de cuernos cruelmente deformados bebían del más que probable agua radioactiva. Mientras los más adultos bebían, las crías jugueteaban entre ellas trotando por el mar de hojas doradas sin preocupación alguna.

—Sería mas increíble de ver si no tuvieran los cuernos deformados por la radiación, ni tuvieran esos bultos por el cuerpo... Pero, por lo demás, la escena es increíble ¿verdad? Esto no es algo que se pueda ver todos los días. —respondió Jessica entre susurros.

—La verdad es que es increíble, pensar que en este mundo se puedan ver aún escenas como estas en la que se ven a estos inocentes animales vivir tranquilamente absortos del mundo que los rodea.

—Cierto, hay que estar agradecidas de ver algo como esto, hemos tenido suerte de ver esta escena. —las chicas sonrieron complacidas ante la tranquila escena permaneciendo un momento contemplándola en silencio. —Oye, creo que deberíamos de volver ya, hace rato que nos fuimos y puede que tu prima y Nicole estén comenzando a preocuparse.

Los pasos del grupo encabezado por Puma se detuvieron en la entrada de una pequeña aldea, aun que incluso antes de entrar ya sabían que no estaban solos, varios podridos paseaban por las calles de aquel asentamiento de aspecto rústico.

—Si los podridos andan por ahí libremente debe ser porque no hay ni un alma en este sitio. —puntualizó Alice colocándose al lado de Eva. —¿Entramos a masacrar?

—Todavía no, no sabemos cuantos hay y creo que lo mejor sería rodear este sitio desde fuera para hacernos alguna idea de su tamaño y las entradas que tiene. —respondió Eva con un tono seco.—¿No crees Puma?

Pero el mencionado compañero no abrió la boca en ningún momento, tan solo miró fríamente la entrada a la aldea ignorando a los que tenía a su alrededor. Eva al percatarse de aquella reacción tan fría, no pudo evitar sentirse molesta de alguna manera. Para sus compañeros, aquella actitud distante de Puma no era de extrañar, había perdido una gran cantidad de amigos en aquella guerra medieval y lo último que vio con sus ojos fue a Ley cayendo muerta, debía de sentirse realmente mal y lo que menos querría en ese momento es discutir sobre lo que hacer, únicamente prefería dejarse llevar.

—Deberíamos separarnos y rodear la aldea por ambos lados, Puma y Adán vendrán conmigo e iremos por la derecha, vosotros dos rodearéis el lugar por la izquierda. ¿Queda claro?

—¿Y si los otros vuelven y no nos ven aquí? Seguramente entren pensando que nosotros lo habremos hecho. —objetó M.A.

Eva se arrodilló y con su dedo índice comenzó a escribir un mensaje en la tierra del suelo. No pensaba que tardarían mucho, pero es cierto que no sabía a que distancia se podría encontrar el resto, y puede que estuvieran más cerca de lo que pensaba y mientras ellos estaban examinando el terreno, el otro grupo podría llegar a la entrada de la aldea.

—Ya está, una vez lleguen y lo lean esperarán aquí hasta que volvamos. Ahora movámonos.

El grupo se separó de inmediato, cada uno por su lado esperando a encontrarse de nuevo al rodear el lugar.

—Oye M.A ¿Cómo estás tras lo de Ley? —se interesó por la pérdida de su hermana horas atrás.

—¿Realmente hace falta preguntar eso?

Alice guardó silencio y continuó andando junto a él. Fue tras unos instantes que M.A recapacitó en su contestación.

—Me siento como una mierda, aunque no lo quiera aparentar por la situación actual. Acabo de perder a alguien realmente importante en mi vida, pero por otra parte, supongo que sabía que esto iba a pasar, incluso ella probablemente también lo sabía. Llevo bastante tiempo con la idea en la cabeza de que este día llegaría tarde o temprano, son tantas veces las que me ha dejado atrás marchándose de mi lado para no involucrarme en sus asuntos tan peligroso en los que se movía, que era cuestión de tiempo que algún día acabara por morir. Siempre tuve el temor que un día se marchara de mi lado y jamás la volviera a ver, por suerte, logré pasar tiempo con ella en sus últimos momentos de vida y he podido darle entierro...

Alice agarró la mano de M.A mientras caminaban y entrelazó sus dedos con los de su chico.

—Tenías una hermana increíble, estoy segura que ahora estará en un lugar mejor celebrando su victoria con Johnny y el resto. Su batalla no fue en vano.—le aseguró Alice mirándole a los ojos con una dulce mirada.

—Eso espero Alice, eso espero...

Por otra parte, Puma, Eva y Adán permanecían en silencio desde que se apartaron del resto, el joven arquero se sentía de alguna manera mal por el ambiente a su alrededor. Como todos, él también sentía la muerte de Ley, sentía que una heroína los acababa de dejar para ascender a los cielos junto a sus valientes camaradas, y ahora estaban una vez más solos. Pero en ese ambiente de tristeza también había una extraña mezcla de rencor entre algunos de los integrantes, y era algo que llevaba notando desde hacía algún tiempo, concretamente entre Eva, Alice, Davis, Nicole, Puma y M.A. Estaba bastante seguro que aquello se debió a aquella misión en la que Davis, Nicole y Alice dejaron a Ley y a los otros atrás al considerar un suicidio aquella misión, aquello no fue algo bien visto por algunos, y fueron obligados a volver al campo de batalla arrastrados por Johnny. No le agradaba ese ambiente en absoluto, es verdad que no le pareció bien que dejaran allí a los demás, pero sus razones tenían, como Davis, quien volvió por Jessica y su hijo, y tampoco sabía los detalles de como de difícil había sido aquella situación como para volver aquellos tres atrás, por lo que él no quiso juzgarlos. Era odioso, ese ambiente enrarecido. Se supone que cuando todos están tristes, deberían de apoyarse los unos a los otros, pero no era del todo así...

Inma y Jessica regresaron al coche, y para su sorpresa, Davis ya estaba consciente.

—¿Qué tal estás Davis? —se interesó amablemente Inma alzando la mano a modo de saludo.

—Hola chicas, bueno he estado mejor otras veces, el golpe de la cabeza me duele horrores...

—Me alegro que estés mejor, me distes un susto cuando te quedaste inconsciente —intervino esta vez Jessica quedándose al lado de Inma, optó por no acercarse a Davis.

—Soy más duro de lo que parezco, esto no es nada. —respondió con una sonrisa.

—Bueno, deberíamos de buscar a los otros ¿no? —propuso Maya ofreciéndole la mano a Davis para incorporarse del suelo.

El grupo se dispuso a continuar aquel camino en busca de sus compañero, Maya, Nicole y Davis iban encabezando el grupo, e Inma y Jessica iban tras ellos. Davis no pasó por alto el acto de que Jessica no se acercara a mostrarle alguna de sus típicas muestras de preocupación cuando a él le sucedía algo que ponía en peligro su integridad física, no obstante lo ignoró de inmediato, parecía bastante entretenida hablando con Inma, y eso era algo que realmente le alegraba, por fin comenzaba a hacer amistad con alguien. Jessica por su parte, en aquel instante decidió no acercarse a Davis recordando su conversación con Inma, necesitaba independizarse más de Davis, y pequeños gestos como esos le ayudarían a no estar tan pegada a él, ni darle a él la obligación de estar todo el rato con ella para cuidarla.

M.A y Alice continuaron el recorrido hablando de sus cosas, observando, que por su zona, había un par de caminos que conectaban directamente el interior de la aldea con el bosque.

—Oye Alice, tengo que preguntarte algo... —comentó el joven aún cogiendo de la mano a su chica.

—¿Qué sucede?

—¿Qué piensas de Puma?

Alice se quedó un momento en silencio mirando al joven que continuaba andando sin apartar la vista del frente.

—Pues que está muy tocado, él ha perdido a mas personas que a nosotros ya que se hizo amig...

—Me refiero a su forma de actuar. —interrumpió el joven la explicación de la rubia.— ¿Crees que sigue siendo uno de los nuestros?

—¿Y tú no? —contestó de inmediato.

M.A se percató de la manera en la que le respondió aquello. —Ya veo, crees aún en él... —respondió con desgana.

—Oye, ya sé que entre tú y Puma hay mucho pique, sois polos opuestos. Pero no deberías de estar siempre contra él, poniéndolo como el malo de la película simplemente porque te caiga mal. En el pasado, cuando lo de Stone City, erais compañeros. Todos lo éramos.

—Tú lo has dicho, lo éramos. Alice, desde que juntó el camino con nosotros he tenido la sensación de que ese tío únicamente nos ha estado utilizando para sus fines, pero desde que perdió el hospital ha ido desinteresándose de nosotros. ¡Es más Alice, que coño, creo yo que está bastante claro que le importábamos una mierda cuando se encontró con Ley! ¿¡Acaso tú no lo crees!? ¿¡No te diste cuenta que prefería estar con ellos antes que con nosotros!? —respondió algo molesto soltando la mano de Alice —No le tengo manía porque sí, sus actos hablan por él. ¿Acaso cuando nos encontró tras lo de Stone City no nos atacó junto con Florr? Es obvio que sabía que éramos nosotros y aun así nos atacó a mi, a Maya, a Inma y Nait.

Alice frunció el ceño ante aquella declaración, no recordaba haber escuchado la manera en la que Puma había encontrado a los primeros miembros del grupo. La rubia se quedó pensativa analizando lo que su pareja había dicho.

—No sabías esa parte de la historia ¿verdad? ¿Crees que después de lo que te he dicho, le sigo odiando sin motivo?

Alice no respondió, simplemente se quedó pensativa. Cierto era que algunos de sus actos no fueron para nada amistosos, cosa que hacía dudar incluso a Alice de las intenciones de Puma, no obstante lo conoció en Stone City como un chef mediocre cuya especialidad era preparar filetes carbonizados. Todos habían tenido algún momento en el que se habían sentido superados por las circunstancias que los rodeaban, obligándolos a hacer estupideces llevados por sus emociones, y probablemente a Puma le sucediera eso, le costaba creer que ese chico al que conoció en Stone City se había vuelto un capullo de cuidado que se limitaba a utilizar a sus viejos compañeros, a los que les importaba una mierda lo que sucediera con ellos.

—Si decides continuar confiando en él, está bien. Pero es cuestión de tiempo que te des cuenta de que lo que te he dicho es verdad.

—¿Y porque sacas ahora el tema este?

—Tengo la sensación de que ahora que ha perdido a Florr, a Ley y a su grupo, nos acabará dando la patada en algún momento y pasará de nosotros como la mierda, sin involucrarse en nada. Creo que solo está con nosotros porque Eva y Adán siguen aquí y es lo único que le importa, el resto es prescindible.

—No creo, no quiero creer que Puma sea así, somos sus amigos y por lo tanto le importamos. Puede que unos u otros tengamos nuestras diferencias, pero en conjunto somos compañeros y cuidamos unos de otros.

Ante aquella respuesta M.A solo pudo suspirar.

—Está bien, si quieres tener fe en él, adelante, yo solo te he avisado para que no te des de bruces contra la realidad. Pero desde luego por mi parte, ya no voy a seguir sus órdenes, ya no estamos en su hospital para que nos continúe mandando, ni bajo la tutela de mi hermana, ahora todos somos iguales dentro de este grupo sin líder —sentenció abandonando por completo el tema de Puma.

El silencio aún reinaba por parte del dúo Puma y Eva, y Adán comenzaba a sentirse agobiado ante aquel silencio, llegó a pensar que tal vez hubiera sido mejor irse con los otros dos.

—Parece que solo hay un camino que conecta el bosque con la parte derecha de la aldea. Por lo demás parece estar rodeada por un pequeño muro de piedra que limita el lugar... —comentó Adán tratando de entablar algún tipo de conversación.

—Eso parece ¿verdad? Solo tendríamos que cerrar los caminos que encontremos para cerrar la aldea y aislarla por completo del bosque. —respondió Eva no muy interesada en la conversación.

Eva ya se había dado cuenta de ello mucho antes de comenzar a analizar el terreno. Aquella pequeña aldea estaba rodeada por un pequeño muro de piedra de la altura de un hombre adulto que delimitaba el área que ocupaba el asentamiento, si bloqueaban los caminos que conectaban la aldea con el bosque y mataban a los zombies de su interior, podrían obtener un lugar seguro en el que asentarse un tiempo hasta que se decidiera que hacer. Desde fuera, entre las casas de madera, habían logrado ver una taberna, una escuela y un pequeño parque.

—¿Y con que podríamos bloquear los caminos de tierra? —volvió a insistir el chico.

—Con vehículos, ya hemos visto algunos dentro del lugar. —respondió de nuevo su hermana sin continuar la conversación.

Eva no podía evitar echarle miradas a Puma, quien caminaba a su lado en total silencio. ¿Debería de hablar con él? Algo le decía que no tenía ganas algunas de hablar, y menos aún del tema de la muerte de Ley y el resto. La joven ignoraba por completo las ganas que tenía su hermano de entablar alguna conversación para salir un poco de aquel ambiente tan agobiante. Por suerte para Adán, poco a poco comenzó a escuchar las voces de Alice y M.A y enseguida dieron con ellos.

—¿Habéis visto algo? —exigió saber Eva.

—Hay dos caminos de tierra que unen la aldea con el bosque. —informó Alice.

—También hemos visto desde fuera un kiosco, una iglesia, una plaza, una pista de fútbol y otra de baloncesto... —continuó M.A con el informe — Por lo demás todo son casas y zombies andando tranquilamente por la zona.

—Deberíamos de ir a esperar al resto antes de entrar a masacrar a esos podridos. —habló finalmente Puma atrayendo la mirada del grupo. —Tengo ganas de romper algunas cabeza para desahogarme un poco y fumarme un cigarrillo. —expresó su deseo con un suspiro.

Llegando al camino de tierra principal pudieron ver al resto de sus compañeros esperando mientras charlaban ocultos tras el muro.

—¿Cómo estáis chicos? —pregunto Alice siendo la primera en acercarse.

—Nosotras estamos bien, aunque Davis se dio un buen golpe en la cabeza tras el accidente. ¿Vosotros estáis bien? ¿Puma? ¿Eva? ¿Qué hay de vuestras heridas? —respondió Maya acercándose a los mencionados.

—No es nada grave, ni siquiera siento dolor. —intentó bromear Puma haciendo referencia a los beneficios del Agua Gris tratando de dibujar una sonrisa desganada en su agotado rostro.

—Bueno, me alegro de que estés lo suficientemente bien como para bromear. —respondió la castaña sonriendo— ¿Y tú Eva?

—No te preocupes, estoy bien, solo son unas heriditas de guerra sin importancia.

—Igualmente os atenderé más tarde cuando logramos refugiarnos en algún lugar seguro. ¿Ya habéis examinado el terreno o entrado a mirar? ¿Sabéis si hay algún centro médico o algo por el estilo?

—No hemos visto ninguno, y dudo mucho que en este sitio haya algo como eso. —tomó Adán la iniciativa de meterse en la conversación. —Nos hemos separados y cada uno ha visto algunos edificios como una iglesia, una taberna o una plaza, entre otros edificios inútiles para nosotros. Es bastante probable que no encontremos nada de interés para saquear. 


—Eso será un problema entonces, pero igualmente este sitio nos podrá venir bien para descansar y planear cual será nuestro siguiente movimiento. —respondió esta vez Jessica. —Es bastante probable que si aquí hay una aldea y no tienen comercios o consultorios médicos, tenga que haber algún pueblo o ciudad cerca de la que los habitantes de este sitio se abastezcan cuando necesiten recursos o servicios. —explicó la joven ante sus compañeros. —Creo que deberíamos de tomar la aldea y pasar hoy la noche aquí, a la mañana siguiente podríamos localizar ese pueblo o ciudad y ver que hacemos al respecto. Como bien ha dicho Adán, aquí no hay nada de interés que saquear, por lo tanto no podemos asentarnos aquí demasiado tiempo. —defendió su idea ante la atenta mirada de sus compañeros.

Todos se quedaron en silencio mirando a la chica de oscuros cabellos durante unos largos segundos tras proponer lo que debían de hacer por ahora. —¿Dije algo raro? —quiso saber bastante sorprendida por aquellas miradas silenciosas que se posaban en ella desde todas direcciones.

—No, en absoluto, estoy bastante de acuerdo con lo que has dicho, yo pienso lo mismo. —respondió Eva cortando el silencio por parte de los integrantes del grupo. —Es solo que a mi y creo que a los demás, nos ha llamado la atención la manera en la que te has metido en el debate a dar tu opinión. Normalmente solemos discutir estas cosas entre los mismo de siempre, por eso me ha llamado la atención que te metieras en la conversación, y lo mismo digo contigo —respondió echando un vistazo a Adán. — Está bien que decidáis involucraros en este tipo de cosas que afectan al grupo.

Tanto Adán como Jessica no pudieron evitar reprimir una sonrisa ante aquellas palabras, sintiéndose elogiados por las palabras de Eva. Inma le dio una pequeña palmadita por detrás a su compañera a modo de felicitación por la manera en la que se metió en la conversación y la buena acogida que tuvo su intromisión en el objetivo que debía de tener ahora el grupo.

—Bueno, en tal caso, siguiendo lo que Adán y Jessica acaban de decir, por ahora deberíamos de ocuparnos de partir cráneos y cerrar las entradas a la aldea para pasar aquí la noche. —comentó M.A siendo el primero en salir tras el escondite de piedra dirigiéndose a la entrada de la aldea. —Como no nos demos prisa la noche nos caerá encima. —recordó el joven preparando su maza con cadena para abatir al primer zombie en el que su mirada se reflejó.

Siguiendo sus pasos, Adán, Jessica e Inma se unieron a la cacería zombie, dejando al resto atrás observando en silencio. El resto del grupo, formado por Alice, Davis, Puma, Eva, Maya y Nicole, se acercó a la entrada saliendo al descubierto detrás del muro, viendo como aquellos cuatro partían al frente siendo los primeros en comenzar a reventar cráneos.

—Se están haciendo cada vez más fuertes ¿verdad? —rompió Alice el silencio. —Ellos están cambiando para adaptarse a la situación.

—Creo que todos estamos cambiando. —respondió Eva desde su sitio. —Y estoy segura que todo nuestro tiempo junto con Ley les ha calado a todos ellos de una manera u otra ayudándolos a dar un paso adelante.

—No estaría mal dejarlos involucrarse directamente con los asuntos del grupo. —propuso esta vez Puma. —Normalmente somos nosotros los que discutimos que hacer la mayoría de las veces ensuciándonos las manos, dejando a esos en un segundo plano. Creo que ya es hora de que algunos nos retiremos por un tiempo y dejemos el futuro del grupo en mano de esos que llevan tanto tiempo descansando.

—La verdad es que no me parece mal, estoy seguro que eso les ayudará a evolucionar como personas en muchos sentidos. Pero creo que en vez de retirarnos y dejar esa responsabilidad por completo en sus manos, deberíamos de pasar a un segundo plano para vigilarlos y aconsejarles cuando tengan problemas con algún tipo de situación que les cueste manejar. —habló en esta ocasión Davis.

—Opino igual que Davis, si vamos a dejarles llevar esa responsabilidad sabiendo nosotros bien lo que eso supone, deberíamos de estar ahí para ayudarles. —apoyó Maya la opinión de su compañero —Todos nosotros sabemos lo que es perder a muchos de tus seres queridos y no poder hacer nada por evitarlo, quedarte solo hundiéndote en tu propia miseria, tomar decisiones por el bien de todos implicando ensuciarte tus propias manos, soportar el peso del liderazgo, tomar malas decisiones, o experiencias como la de Stone City... Creo que nosotros deberíamos estar ahí para apoyarlos cuando a ellos se le de alguna de esas situaciones para que no se vengan abajo.

—Adán, Jessica e Inma a pesar de haber vivido muchas desgracias, acaban de comenzar su historia en este mundo, y no saben lo cruel que puede llegar a ser este con ellos, un mundo capaz de arrebatarte todo aquello por lo que aún te mantienes con vida delante de tus narices y sin poder hacer nada para evitarlo. M.A en cambio, a pesar de ser entre los cuatro el más cercano a nosotros en experiencias, sigue cometiendo errores de novato, como es el dejarse llevar por la ira y enfrentarse directamente a todo sin pensar en las consecuencias que eso conlleva, no solo para él, sino para todos los que le rodean. Ese es un error que le vio cometer a Davis alguna vez, y sabe que por ello Payne acabó pegándole un disparo que por suerte no fue mortal. —comentó Nicole mirando por el rabillo del ojo a su compañero. — Debemos de vigilarlos y ayudarlos, nosotros quienes hemos pasado por tantas desgracias...

El grupo quedó un momento en silencio viendo a aquellos cuatro masacrando zombies antes de disponerse a unirse a ellos.

—Como son los nuevos serán ellos los que se ocupen de mancharse las manos para retirar los cuerpos del suelo, sino luego comenzará a apestar todo el lugar y podríamos enfermar con los cadáveres esos descomponiéndose. —comentó Puma empleando un tono desganado en la frase a medida que entraba a la aldea.

Ignorando si aquello había sido un intento de broma, el resto del equipo siguió a su compañero. Uno a uno, los zombies fueron cayendo, pero para desgracia del grupo, el sol en unas pocas horas acabarían por desaparecer y la oscuridad engulliría toda la aldea, volviéndola peligrosa al no ser capaz de reconocer si quien tienes al lado se trataba de un zombie o de un compañero, y aún tenían que inspeccionar y saquear la aldea, asegurándose además que ningún zombie quedaba encerrado en alguna casa o local. Adán encontró un megáfono y un silbato tirados en un almacén mientras exploraba, e ingeniosamente se le ocurrió la idea de atraer a todos los que quedaran aún rondando la aldea hasta el almacén y encerrarlos allí, para acabar de eliminarlos a la mañana siguiente. Con la ayuda de sus compañeros, comenzó a recorrer las calles vigilando que ninguno de los muertos vivientes quedara atrás, asegurándose que ninguna oveja acabara descarriada del rebaño. No fue muy difícil hacerlo, en total sería un grupo de unos veinte no muertos los que componían aquel maloliente rebaño putrefacto.

El chico se introdujo dentro del almacén sin dejar de emitir aquel sonido tan agudo y molesto con el que comenzó a componer alguna clase de melodía, mientras jugueteando hacía señales con mano libre imitando a un guarda de tráfico mientras los podridos le seguían lentamente entre un coro de gemidos. Cuando el último de los podridos entró, Eva e Inma salieron de sus escondites y cerraron la puerta con el seguro metálico que tenía desde el exterior. Adán, cesando su juego, se deshizo del silbato y el megáfono y comenzó a trepar una escalera de madera que daba a un desván. Una vez estaba en lo más alto y a salvo de los zombies, se asomó para ver a estos en el suelo alzando sus brazos hacia él.

—¡Adán sal ya de ahí! —se escuchó la voz de Eva desde el exterior.

Cumpliendo las órdenes de su hermana para no preocuparla, salió al exterior mediante unas escaleras por una salida de emergencia que daba con la parte trasera del almacén.

—Ya está, todos encerrados. —informó descendiendo los últimos peldaños de un salto.

—Muy bien hecho, cariño. —felicitó Eva por su gran trabajo levantando el pulgar.

—Bueno, no quiero aguar la fiesta, pero ya sabéis lo que toca. —irrumpió Puma regresando tras unos minutos de ausencia. —Manos a la obra. —dijo entregándole una pala a Jessica y a Inma.

—¿¡Qué!? ¿¡En serio no vais a ayudar!? —objetó M.A.— Vamos, que mientras nosotros limpiamos el pueblo de cadáveres, todos vosotros vais a estar tocándoos los huevos tan tranquilamente.

—Algo de trabajo duro no os vendrá mal para fortaleceros. —respondió Puma despreocupadamente.

—¿No deberíamos de ayudarles? —intercedió Davis.

—¿Acaso no recuerdas lo que hablamos? Si van a comenzar a dirigir el grupo, tendrán que aprender a mancharse las manos y hacer el trabajo duro. —respondió Puma con indiferencia. —Es lo mejor para que se vayan acostumbrando.

Davis no parecía muy conforme, así como Maya y Alice. Por otra parte Eva y Nicole pensaban que lo que su compañero acababa de decir era cierto, el trabajo duro era lo mejor para formar a una persona.

—Puma tiene razón Davis, déjanos esto a nosotros. —rompió Jessica el silencio aceptando la tarea que se le impuso. —Vosotros habéis estado participando en aquella guerra apoyando a Ley, estáis agotados y heridos. Nosotros por nuestra parte estuvimos mirando desde lejos, por eso, dejadnos a nosotros ocuparnos de esto mientras descansáis y os tratáis las heridas.

Ante tal argumento de peso, M.A no pudo continuar quejándose, al fin y al cabo lo que acababa de decir Jessica era razonable. —Bien, vamos a ponernos al lío... —suspiró el rubiales. —Adán, ayúdame con los cadáveres. Inma y Jessica, cavad una fosa en el bosque, algo apartada de la aldea para echarlos ahí y quemarlos. —planificó el joven.

Por otra parte, el resto del grupo se fue hacia una pequeña plaza a hablar sobre lo que harían ellos, que sin duda no sería descansar y tratarse las heridas.

—Queda en torno a dos horas para que comience a caer la noche y a oscurecer, comentó echando un vistazo a un gran reloj de aguja en lo alto de un poste en mitad de la plaza —comentó Alice.— ¿No deberíamos comprobar las casas en busca de víveres?

—Bueno, eso es obvio... Ahora mismo no es que tengamos gran cosa entre lo que yo, Adán y Jessica cargamos en nuestras mochilas. También estaría bien que a alguien le diera por ir a por mi alabarda. Ya veo que no la habéis traído con vosotros.—reprochó al grupo formado por Nicole, Davis y Maya.

—Bueno, tuve que cargar con Davis, Nicole llevaba ya su Bisarma para cubrirme de cualquier amenaza cercana y Jessica e Inma no saben manejar el martillo ni la alabarda, por lo que la mejor opción era que llevaran sus pistolas para eliminar a cualquier enemigo que vieran acercarse desde lo lejos a nosotros. Por eso decidimos dejarlas allí, para cogerlas mas tarde. —defendió Maya a su grupo.

—¿Y no pudo ser Nicole quien cargara con él? —preguntó con un tono algo molesto. —Con tu fuerza podrías haber cargado con ambas armas sin problemas mientras Inma y Jessica os cubrían.

Nicole ignoró aquel tono de Eva —Fue Maya quien quiso cargar con él. —respondió con tranquilidad.

—¿Y porqué no te ofreciste a cargar con él, es tu amigo no? —volvió a insistir.

—Pero Davis también es mi amigo. —se entrometió Maya antes de que Nicole pudiera articular respuesta.

Puma, Alice y Davis intercambiaron miradas unos instante al percatarse de que se estaba enrareciendo el ambiente entre Eva y Nicole mientras Maya estaba tratando de interferir en ese ambiente para disiparlo. Pero aquellos tres, no, también Nicole y Eva sabían que las armas era lo de menos, había otro asunto de fondo, asunto que Maya a pesar de desconocerlo realmente, tenía una ligera idea de lo que se podía tratar.

—Bueno, pero tú tienes esa fuerza sobrehumana con la que podrías haber cargado las armas sin problema, Nicole hubiera sido inteligente si te hubiera hecho ese planteamiento, tú cargas con las armas, ella con su amigo y las otras dos se encarga de cubriros. —rebatió la respuesta de Maya.

Davis y Alice estaban pensando en si debía de meterse en la discusión, mientras que Puma se mantuvo despreocupado ante el asunto, era cosa de ellas.

—Si os metéis vosotros dos puede que la cosa empeore y salgáis mal parados. —recomendó por lo bajo Puma percatándose de las intenciones del dúo, quien ante sus palabras cesaron en el intento de meterse en ese ambiente turbio que se estaba formando.

Maya miró por el rabillo del ojo que Nicole estaba conteniéndose para no seguirle la discusión, pero no creía que durara mucho en dejar de callarse. —Mira, he perdido mis poderes ¿vale? —acabó por confesar. —Los comencé a perder después de aquel maldito día en la base de Michaela. Ya no tengo ni fuerza ni velocidad sobrehumana, ahora no tengo poderes de ningún tipo. Cargué con Davis para ser útiles al resto y para sentirme útil yo misma a pesar de no tener mis habilidades. Es por eso que quise ser yo quien cargara con Davis y nadie mas.

Puma miró a Maya cuando dijo aquello, clavando su mirada en ella, quien a pesar de percibirla prefirió ignorarla y seguir intermediando entre Eva y Nicole. —Mira, me llevo conmigo a Nicole y Davis y vamos ahora a por las armas ¿vale? Tú, Alice y Puma podéis ir comprobando las casas en busca de víveres y en cuanto llegue me encargo de vuestras heridas ¿vale? Jessica tenía algunas cosas en su mochila para ocuparme de vosotros.

Eva no muy conforme con que Maya se metiera en aquella disputa, se tuvo que contener y morderse la lengua al sentir la mano de Puma sobre su hombro para que cesara con aquello. —Está bien, nos encargaremos de recolectar víveres, vosotros recuperad las armas. —sentenció Puma con la disputa entre las chicas.

Sin nada más que decir, cada grupo se dio la espalda para encargarse de sus asuntos. El tiempo pasó y la noche ya estaba cayendo sobre la aldea, algunas estrellas ya se estaban comenzando a materializar en el firmamento. Jessica e Inma terminaron de hacer la fosa, habían decidido hacerla en aquel terreno donde se situaba el lago que anteriormente vieron con los ciervos, con el fin de aprovechar que aquel terreno estaba despejado de árboles y así podrían evitar un incendio de llegar a descontrolarse. Sin permitirse descanso alguno, las chicas ayudaron a Adán y M.A a lanzar los cadáveres al foso.

—¿Le has dicho a Nicole y a los otros lo de la gasolina? —preguntó el joven Adán a M.A mientras cargaba un cadáver por los pies y su compañero lo sujetaba por los hombros.

—Sí, le pedí que extrajera la gasolina del Jeep y el coche, nosotros no teníamos demasiado tiempo como para ponernos a buscar algún vehículo de la aldea con gasolina y extraerla. Además, en el Jeep recuerdo haber visto algunos elementos para extraer la gasolina.

—Perfecto, arderán rápidamente. —respondió llegando a la fosa.

—Vamos Adán, una, dos... —se prepararon ambos meciendo el cadáver— y tres.

El cadáver cayó sobre el conjunto de cuerpos que habían ido echando allí, apilándose uno sobre otros. —¿Cuántos quedan? —se interesó M.A viendo a las chicas venir cargando con otro cadáver.

—Solo cuatro más. —informó Jessica.

—Venga chaval, que ya quedan pocos. —le animo el rubiales dándole una palmadita en la espalda a un agotado Adán.

—De acuerdo... —suspiró el joven.

Jessica e Inma tiraron el cadáver que cargaban—¿Cuántos habrán aquí? —interrogó la castaña curiosa.

—Bueno, creo que teniendo en cuenta los que aún tenemos que echar aquí, habrá en total unos treinta o así. —respondió la chica de cabellos oscuros.

—Ya veo. Oye me alegro de que te estés tomando en serio lo de cambiar, se te ve muy echada para adelante con ese asunto.

—Sí, ya sabes el dicho ese de que no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy ¿no?

Finalmente terminaron de echar los últimos cadáveres en el foso, y de entre los matorrales, Nicole, Maya y Davis volvieron cargando las armas y el recipiente de gasolina.

—Echad ahí un chorro, yo pongo el fuego. —indicó M.A con su mechero en mano.

Maya echó un pequeño chorro de gasolina sobre un cadáver, y M.A incendió una rama repleta de hojas y la dejó caer sobre los cadáveres iniciando el fuego. No tardó demasiado en propagarse y elevarse una nube de humo de aquella fosa. Adán, no, no solo Adán, todos fueron obligados a arrugar sus rostros cuanto un pestilente olor penetró sus fosas nasales.

—Deberíamos irnos de aquí, falta poco para que anochezca. —recomendó Inma.

Sin más dilación, todos volvieron a la aldea dejando allí a los cadáveres ardiendo. Cuando volvieron, se percataron que, posicionada a un lado de la entrada, y esperando por fuera apoyada en el muro, Alice esperaba.

—¿Habéis terminado? —pregunto la rubia.

—Sí, ya esta resuelto el tema de la limpieza. —respondió M.A ingresando al interior de la aldea con el resto.

—¿Qué hay de vosotros? —preguntó Davis en esta ocasión.

—Un momento. —el grupo se detuvo cuando Alice se separó de ellos para situarse tras la furgoneta, y utilizando su propia fuerza intentó mover el camión hacia adelante.

—Espera que te echemos una mano. —informó Inma haciéndole un gesto a Jessica y M.A

Finalmente entre los cuatro la echaron hacia adelante obstaculizando la entrada a la aldea. Después volvieron con el resto del grupo. —Ya está, gracias chicos. Bueno, como veis hemos bloqueado todas las entradas con algunos vehículos, también hemos recogido todo lo que hemos podido en cuanto a víveres y los hemos llevado a la taberna, poca cosa...

—¿Y Puma y Eva? ¿Dónde están? —se interesó Maya. —Tengo que verles las heridas, también te tengo que ver a ti lo de la cabeza, Davis.

—Están en la plaza charlando.

—Entiendo. Oye, Jessica ¿tú tenías algunas cosas en tu mochila que me puedan servir para ocuparme de ellos?

—Sí, tengo un rollo de vendas, algunos analgésicos y un bote de desinfectante. Son cosas que fui recogiendo cuando estaba sola y no he tenido la necesidad de usar. Am, también tengo una linterna, un par de paquetes de pañuelos, una caja de cerillas, un par de botellas de agua y un paquete de frutos secos. No es gran cosa lo que tengo, pero si os viene bien algo de eso no dudéis en pedírmelo. —ofreció a sus compañeros.

—Perfecto, necesitaré que me dejes el desinfectante, los pañuelos y una de las botellas de agua para limpiar un poco las manchas de sangre seca. —solicitó la castaña.

—Claro.

Enseguida localizaron a la pareja.

—Toma, tu alabarda. —le ofreció Maya a la dueña del arma.

—Gracias.

—¿Habéis sacado la gasolina de los vehículos? —preguntó Puma contemplando el recipiente que llevaba Nicole en la mano.

—Bueno, hemos logrado obtener unos dos litros y medio.—confirmó meciendo el recipiente haciendo sonar el líquido en su interior. —No es mucha, por lo que he pensado que la podemos usar junto con tela, alambre y ramas para hacer antorchas e iluminarnos en la noche.

—Esa es una buena idea, una vez que esto oscurezca será difícil ver en la noche. —comentó Alice. —Recuerdo haber visto en el patio de una casa que hay por aquí cerca una pila de ramas de distinto tamaño y grosor y cerca del almacén donde encerramos a los zombies, hay una casa con un rollo de alambre y varias herramientas en el sótano. Respecto a ropa, trapos y demás, probablemente en cualquier armario o cocina encontremos algo. —informó la rubia, quien junto a Puma y Eva se había dedicado a inspeccionar todas las casas.

—Hablando de casas. —intervino Eva. —Las casas de aquí no son muy grandes por lo que nos vamos a tener que dividir en dos. Seguidme. —comentó colocándose en pie dirigiéndose a una de las calles mientras el resto la seguía.

Finamente se detuvo cerca de la taberna. —Pasaremos la noche en esas dos casas frente a la taberna ¿vale? Nicole, Davis, Jessica, Alice y M.A se irán a la de la izquierda. Yo, Adán, Puma, Maya e Inma a la de la derecha. ¿Todo claro? Pues ale. —explicó rápidamente sin permitir objeción alguna.

Al grupo no pareció importarle, al fin y al cabo todos estaban con sus seres queridos.

—Bueno, antes de ir a comer algo, tenías que ocuparte de nosotros ¿no Maya? —recordó Puma.

—Claro, Jessica, ven conmigo.

—De acuerdo.

—Veamos, Puma, Eva y Davis ¿alguno más necesita algo? ¿Alice? ¿Nicole? Vosotras estuvisteis en el campo de batalla. ¿Tenéis alguna herida que necesitáis que os trate? —pero ambas negaron con la cabeza afirmando estar bien.

—Está bien, en ese caso... ¿Os parece que quedemos todos a las once y media para cenar algo en el bar? —propuso Maya.—Falta como cuarenta y cinco minutos para las once y media de la noche, id vigilando la hora con el reloj que hay en la plaza. La luz del sol ya casi se ha ido y está volviéndose oscuro aquí, deberías ir haciendo algunas antorchas y colgarlas en algunos sitios antes de que oscurezca mas y ya no veamos a quien tenemos al lado. —recomendó la joven presagiando que para dentro de media hora ya sería algo difícil ver a una determinada distancia.

Tras esa recomendación la doctora Maya y su ayudante Jessica se marcharon con el trío de pacientes a la casa en la que el grupo de Puma y Eva tenían asignado como hogar temporal para pasar la noche, no sin antes hacerles el favor de guardarles las armas en casa a Inma y Adán, con las que Maya y Eva cargaron. Inma, Adán, Nicole, Alice y M.A se pusieron de acuerdo para buscar ramas de madera pequeñas y gruesas que se usaran como leña para el fuego, así como ropa por las distintas casas que Puma, Eva y Alice ya habían estado saqueando anteriormente.

—Chicos, yo voy a dejar la Bisarma y el resto del armamento dentro de casa para estar algo más cómoda, también buscaré haber si hay prendas para utilizar con las antorchar. —informó Nicole.—Por cierto, aparte de buscar los materiales para las antorchas, es recomendable que busquéis madera, carbón, libros gordos o cualquier otro elemento de combustión lenta, ya está haciendo frío y en cuanto caiga la noche por completo no habrá quien pegue ojo sin alguna fuente de calor cerca. Inma y Adán, vosotros podríais ir a por el alambre y alguna herramienta para cortarlo, mientras Alice y M.A podrían ir a por la madera, yo buscaré tela para las antorchas. Cuando tengamos todos nos reunimos en esta casa y hacemos las antorchas entre todos ¿Os parece bien? —propuso Collins.

Sus compañeros asintieron estando de acuerdo con la idea. Mientras Nicole ingresaba a la casa, Inma y Adán hicieron equipo para ir a por el alambre, mientras que Alice y M.A fueron a encargarse de la madera. Nicole echó un rápido vistazo a la casa de aspecto rústico recorriendo cada una de las habitaciones de las dos plantas en las que componía la casa. En la planta baja había un amplio salón con chimenea, una cocina que daba a un patio, un sótano y un pequeño estudio. En la planta de arriba había un par de baños y tres habitaciones.

Nicole se agenció una de las habitaciones dispuestas a pasar allí la noche y dejar sus pertenencias en ella. Tras entrar en silencio, se percató de que todo estaba parcialmente a oscuras debido a la iluminación del exterior que pasaba a través de la única ventana del cuarto. No era muy grande a decir verdad, tenía una cama, un armario, un baúl en el que guardó sus cosas y un pequeño escritorio, de hecho, las otras dos habitaciones eran casi idénticas a la suya, solo que con pequeñas variantes en la decoración. Collins se quitó el traje que la protegía de la radiación y lo guardó en el armario, quería estar un rato fuera de ese traje y relajarse tumbándose en la cama, que a pesar de sentirse realmente cansada, no podía darse el lujo de dormir hasta el día siguiente, había quedado en hacer las antorchas entre todos una vez tuvieran los materiales y después en encontrarse con sus amigos en la taberna. Perdiendo la vista en el techo y estando completamente en silencio, no pudo evitar que a su mente viniera aquel momento de tensión que tuvo con Eva, las palabras de Maya acerca de cuando comenzó a perder sus poderes, el campo de batalla plagado de cadáveres en el que tuvo lugar aquella guerra medieval, el abandono junto con Alice y Davis en aquella misión con Ley, Eva y Puma... Se sentía saturada, muy saturada en lo que moral y emocionalmente se refiere...

Nicole tras unos momentos recordando varios recuerdos dolorosos en su soledad, se levantó de la cama para dirigirse a una pequeña mesita de madera, tras sentarse en una silla, sacó de un cajón de la mesa que anteriormente había examinado un pequeño cuaderno en blanco, un bolígrafo y una caja de cerillas con la que prendió una vela iluminando algo mas la estancia. La hermosa mujer soltó un pesado suspiro dirigiendo la vista al techo mientras organizaba en su mente lo que iba a escribir.

Nicole echó un vistazo al gran baúl que había al lado de la puerta de la habitación. Apoyada en la pared se encontraba la Bisarma que Ley le entregó, se trataba de una especie de lanza cuyo filo de hierro poseía sobresaliendo de un lateral una especie de hoz o semi guadaña paralela a su asta, un arma antigua con la que se podía enganchar y derribar usando su gancho y apuñalar con el pincho. En el interior del baúl se encontraban sus dos machetes Kukris en el interior de sus fundas y su fusil G36. Una de las armas que Ley le entregó, la Scramasax, la perdió en el enfrentamiento al estilo medieval que libró anteriormente apoyando al ejército de Ley. La joven mujer pensó en si esas armas la ayudarían realmente a proteger todas y cada una de las vidas de sus compañeros, si realmente ella y sus armas podrían garantizar aquellas vidas tan valiosas para ella. Iba bien equipada, sus Kukris los guardaba en dos porta fundas que podía sujetar a su cintura, su G36 la dejaba colgando a su espalda y finalmente la Bisarma debía de llevarla en la mano, en sí no le preocupaba demasiado, pues había transformado sus Kukris y la Bisarma en sus armas principales debido a que tenía su G36 carente de munición.

Nicole miró de nuevo el papel y agarró el bolígrafo, necesitaba desahogarse y escribir todo en papel, pues había escuchado varias veces que al escribir vaciabas tu mente sobre el papel y tal vez era eso lo que necesitaba. La mujer una vez con sus pensamientos organizados se decidió a realizar su confesión.

“Cada vez veo más distante la realidad, a veces me cuesta distinguir lo que es real y lo que es una pesadilla. No puedo evitar sentir como mi corazón se endurece con el paso del tiempo, yo ya no me siento igual, no soy la misma, Nicole Collins, aquella feliz agente de policía de Stone City murió hace mucho tiempo, quizás cuando el mundo comenzó a caer ante el apocalipsis zombie y radioactivo, quizás, cuando perdí a Nick y Débora y fui víctima de torturas y violaciones por parte de los mutantes, o tal vez cuando sucedió toda aquella pesadilla con Michaela, quien sabe si aquello tuvo un inicio específico o fue el conjunto de todo lo que fue matando lentamente a Nicole.

Cierto es que hay esperanza para algunas personas según explicó ese tal Yuri y Ley, en algunos lugares del mundo los seres humanos han logrado sobrevivir, pero ¿y nosotros? ¿Lo lograremos? ¿A dónde iremos ahora? ¿Qué sucederá con nosotros? ¿Cuál es nuestro objetivo? ¿Qué sucederá entre nosotros? No puedo evitar pensar en dos personas desde que sé la noticia de que en algunas zonas los humanos han resistido al apocalipsis zombie, mis queridos amigos y compañeros de profesión, Morís Anderson y Emi Tanaka ¿Estarán aún con vida? España y Japón, aquellos fueron sus destinos antes de que el mundo de los muertos comenzara a emerger desde el interior del mundo de los vivos. ¿Habrán muerto? De ser así espero que al menos lo hayan hecho sin sufrir mucho y junto a los que quieren, no hay nada peor que quedarse solo en este mundo... 


Yo por mi parte tuve que presenciar la muerte de mi novio Nick Fisher y mi amiga Débora Linson a mano de un grupo de mutantes que nos capturaron y nos llevaron a unas cavernas en donde tenían cautivos a otras personas que usaban como ganado o mano de obra para trabajar en aquellas galerías subterráneas.

Sin poder intervenir de ninguna manera, fui víctima de violaciones por parte de aquellos monstruos, me encerraban en una celda y me dejaban allí olvidada, separada del resto de presos bajo unas condiciones inhumanas, hasta que querían divertirse y me sacaban para violarme. No era más que una muñeca para ellos, una muñeca con la que jugarían hasta romperse, como pasó con Débora, a quien violaron y golpearon sin llegar a percatarse de que para cuando terminaron de jugar con ella, Débora ya estaba muerta. A Nick lo degollaron y lo colgaron del techo dejándolo desangrarse como a un cerdo por negarse a fabricar armas para ellos, ambos tuvieron unas muertes horribles y yo no pude hacer nada por ellos más que mirar como sufrían desde la lejanía. Aún recuerdo las veces que me planteé el suicidio para escapar de aquella tortura … A día de hoy todavía siento cierto respeto y temor hacia esa clase de mutantes, a veces sueño con ellos y con lo que viví en aquellas cavernas. Yo fui la única que sobrevivió de mi grupo.

Davis Taylor y su grupo aparecieron y me sacaron de aquel lugar. Davis trajo un rayo de luz y esperanza cuando yo estaba totalmente perdida en un profundo mar de oscuridad y desesperanza, de no haber sido por él, no hubiera logrado salir adelante y no hubiera llegado hasta donde estoy ahora, se podría decir que él me devolvió la vida justo cuando mi historia parecía haber finalizado irremediablemente en un trágico final como víctima de esos monstruos, pero gracias a él, logré un nuevo papel en este mundo. No obstante, a día de hoy sigo pensando que fue demasiada casualidad que nuestros caminos se cruzaran, supongo que ese era el destino que algún ser superior de otra dimensión, Dios tal vez o algún ente similar escribió para nosotros en el gran libro de la historia. Sin duda de haber un Dios que nos mueve a su voluntad, debe de ser un Dios terrible que se deleita haciéndonos sufrir a todos, un Dios del que para él no existen los aburridos finales felices y tan solo el vernos vivir estas aventuras marcadas por la tragedia es lo único que le entretiene haciéndolo escapar del aburrimiento... Dios mío, tal vez estoy perdiendo la cabeza pensando en que un Dios dirige nuestro futuro utilizándonos como piezas de ajedrez en un tablero que representa este mundo.

Las tragedias no solo me afectan a mí, Davis perdió en las cavernas a sus amigos Kyle Morales y Karen Owens, descubrió la verdadera naturaleza de su compañero Matt Dawson y su relación con Esgrip, llegando a sospechar también de su compañera Zoey Sullivan como posible agente de la organización y cómplice de Matt. Posteriormente se reencontró con su novia Jessica Harper y de quien se tuvo que separar poco después del reencuentro tras descubrir que su compañera Zoey era de Esgrip. Sus sospechas fueron confirmadas cuando esta y Matt ocasionaron problemas al grupo de Jessica, los actos de Zoey y Matt cayeron sobre los hombros de Davis y los míos, por lo que no nos permitieron quedarnos en el refugio a pesar de que Jessica trató por todos los medios de evitar que nos echaran. Zoey traicionó a Davis y trajo la desgracia al grupo de Jessica permitiendo a los zombies ingresar al refugio en el que ella y su gente se asentaban, ocasionando varias víctimas, todo para robar todos los recursos que pudiera e irse por su cuenta.


Matt murió a manos de Davis tras volverse un mutante, aunque por medio del diario del joven, supimos que Matt tenía intención de traicionar a Esgrip y no a Davis. Yo y Jessica nos ocupamos de Zoey, por suerte los caminos de Jessica y Davis se volverían a cruzar debido a una desgracia que cayó sobre el grupo de la joven, la muerte pasó su letal guadaña sobre cada uno de los miembros de su grupo, dejando a Jessica como única superviviente de este. Es curioso como Davis, Jessica y yo somos los únicos supervivientes de nuestros respectivos grupos. Posteriormente los tres cruzamos nuestros caminos con el resto de compañeros del grupo en el que actualmente estamos. Nosotros no somos los únicos que sufrimos, Puma perdió a Florr, M.A a Ley y su gente, Maya e Inma a Dyssidia y en general, el grupo perdió también a sus compañeros Selene, Naitsirc y los amigos que algunos hicieron con miembros del grupo de Ley. Sobre los hombros de cada uno de los miembros de este grupo reposan una serie de desgracias con las que cargan individualmente.

¿Habrá algún final feliz para todos alguna vez? ¿Cuántos más de nosotros deberán de perecer por el camino hasta alcanzar un futuro brillante en este mundo? Este parece ser un mundo de casualidades, en donde el altísimo nos mueve con cuerdas hasta hacer que los que los miembros de los tres grupos que salieron con vida de Stone City y estuvieron involucrados con Esgrip se encontraran. Siendo yo y Davis los únicos representantes de cada uno de nuestros respectivos grupos. ¿Será una coincidencia que los tres grupos se hayan encontrado finalmente? Por mucho que busqué a los miembros de este grupo, no los encontré hasta que todo el planeta se fue a la mierda. ¿Cuál será el papel de cada uno en esta historia? Quien sabe, pienso que todos estamos en el mundo por una razón, para cumplir un papel en la vida. Me pregunto cuál será ese papel mío y el del resto de mis compañeros...

Cada vez siento que me vuelvo más loca, mi corazón se endurece y se agrieta. Esa mujer, Michaela Evans, logró herir de gravedad mi espíritu llevándome a mi estado actual. Tengo la sensación que desde que salí de ahí soy otra persona, algo de mi se quedó allí atrapado. Presencié, escuché y sentí tantas cosas horribles... Siento como si Michaela realmente hubiera logrado matar mi espíritu tras profanarlo ahogándolo en un profundo y oscuro mar de inmoralidad. Aún siento la culpa de haber traicionado a mis compañeros, aunque todos salieran vivos, todos sufrieron en algún momento su tiranía y es por eso que estoy en deuda con todos y cada uno de mis compañeros, los protegeré a todos y cada uno de ellos, aun que eso signifique que tenga que entregar mi vida por cualquiera de ellos, esta será mi manera de compensarles el daño que les causé a todos. Lo siento chicos, lo siento de verdad, todos podríais haber muerto aquel día... lo siento... lo siento mucho, me merezco cargar con el peso de la culpa en mi conciencia, con esa pesadilla que se repite en mis sueños y con ese indescriptible dolor que mi alma soporta por aquello. Ese día me llevé algo conmigo, algo más allá de los recuerdos y este conjunto de sentimientos, me llevé el machete Kukri de Michaela, ese arma o guadaña que ha segado tantas vidas de inocentes tan solo por diversión o cualquier otra gilipollez injustificada. Ese machete es otra de mis armas y cada vez que lo empuñe recordaré el peso que soporta ese arma sobre todas y cada una de las vidas que ha segado injustificadamente, la próxima vez que vea a su dueña, la mataré con su propia arma.

Michaela no puede seguir existiendo y menos aun teniendo en cuenta los crímenes que ha cometido en el pasado, el daño que me hizo a mí y a mis compañeros, a toda la gente que está bajo su tiranía y teniendo en cuenta ese tipo de utopía que quiere crear para renacer a la humanidad bajo su liderazgo. Simplemente ella no puede existir, su existencia está destinada a causar daño a todo aquel que la rodea. Simplemente debe morir. Realmente lamento el no haberla matado cuando tuve oportunidad en Stone City, si lo hubiera hecho nada de esto hubiera pasado...

Soy débil, yo ya no soy yo, ya no soy la misma Nicole Collins, solo soy una sombra de lo que fui anteriormente. ¿En mi estado actual seré capaz de matar algún día a Michaela? De no poder hacerlo ¿debería pedirle ayuda a Davis e involucrarlo a él o algún otro compañero? Me da miedo involucrar a alguien en cualquier tema relacionado con esa mujer, no quiero que nadie más sufra por culpa de la tiranía de ese demonio... Dije que todos escapamos, pero eso no es verdad, no todos escapamos aquel día.

Leonard Lewis, aquel niño al que conocí durante la rebelión en el imperio de Michaela, un niño huérfano, incomprendido, solo en el mundo y que crece en ese ambiente tan hostil. Tengo una edad y al igual que con Adán, sentí despertar aquel día en mi interior un sentimiento maternal hacia ese pobre niño, la necesidad de protegerle y mirar por su felicidad y su futuro. Sentí lástima por él debido a su situación personal, y aquellos intensos momentos que vivimos juntos se grabaron en mi memoria pudiendo llegar a sentirme cuerda durante el tiempo que estuve a su lado aún en medio de todo aquel caos. Fue un sentimiento fuerte y extraño aquello que sentí a su lado cuando me dejó por un momento ver su verdadero yo derramando aquellas lágrimas cálidas de lo más profundo de su alma herida mientras me miraba directamente a los ojos, realmente me conmovió profundamente...

Le prometí que le sacaría de ese infierno y le llevaría conmigo, le di esperanzas pero no pude volver a por él, las cosas dieron un giro brusco y me fue imposible llevarle conmigo. Desconozco si sigue vivo o no y de seguir vivo es probable que me odie por quitarle las esperanzas que yo misma le di... Leo, lo siento de verdad, supongo que es por eso que en mi pesadilla me das la espalda mientras lloras sin dejar que me acerque a ti, porque te he mentido y no volví a por ti. No solo traicioné a mis compañeros aquel día, o a Ley y su gente en aquella misión, aquella noche te traicioné a ti también... Algo en mi despertó hacia ti, algo como lo que siento hacia Adán y en si hacia cualquier niño, pero mucho más fuerte.

Leo es como un animal maltratado y abandonado, que vive rodeado de situaciones inmorales. En cierta manera me recuerda al antiguo Davis. Al igual que mi querido amigo, usa esa personalidad que tiene de chico independiente, rebelde, desconfiado y problemático como una armadura para protegerse de las amenazas externas, es un chico incomprendido que necesita que le den la atención, el cariño y la comprensión que nadie le ha dado durante tanto tiempo, necesita salir de aquel lugar, es como un ave enjaulada en una jaula mugrienta y oscura contra su voluntad, llena de parásitos que chuparán su sangre poco a poco hasta matarlo. Sé que a pesar de su personalidad, si le doy lo que necesita me mostrará su verdadero yo, como aquel día y estoy segura que es una persona encantadora, por desgracia, es probable que nuestros caminos nunca vuelvan a encontrarse.

Sé que ese chico me veía como a su madre, pues de forma inconsciente me llamó “mamá” en alguna ocasión, por no hablar de que según él me parezco mucho físicamente a su fallecida madre, le gustaba el trato que le di durante el tiempo que estuvimos juntos, según él, hacía mucho que nadie le trataba como yo le traté, hacía mucho que nadie le decía una palabra bonita o lo trataban con cariño y respeto. Leo, si este posible Dios quisiera juntar nuestros caminos, por favor, déjame adoptarte y ser tu madre adoptiva, quiero comprenderte, darte la atención, el cariño y la comprensión que pides a chillos desde lo más profundo de tu alma, déjame protegerte y darte un lugar en esta familia para que jamás vuelvas a estar solo. Si nuestros caminos llegaran a cruzarse una vez más, te propondré adoptarte y hacerme cargo de ti.

Aquí no estarás solo, la gente de este grupo a pesar de tener sus diferencias a veces, se preocupan los unos de los otros por lo general, y seguro que te harías muy buen amigo de Adán, ya os conocisteis en aquel lugar. Aquí tengo buenos amigos como Davis, Eva o Maya entre otros... Son buena gente, no son como las personas esas con las que has estado viviendo.”


Nicole dibujó una sonrisa en su rostro de forma semi inconsciente y se detuvo un momento pensando que ya había acabado, tan solo le quedaba escribir la conclusión final a aquella confesión en la que estaba desahogándose.

“En conclusión, de cara al futuro que quiero vivir junto a este grupo, los protegeré con mi vida si es necesario para poder compensar a todos y cada uno de sus integrantes lo sucedido aquel día, procuraré dejar de pensar en aquel día y dejarme ayudar por mis amigos, tengo que dejar de lamentarme y actuar para compensar el daño que les hice a todos. Maya y Davis están conmigo ayudándome a superar esto, aunque no son los únicos, pero sí de los que más se involucran conmigo moralmente, estos se preocupan por mi cuando me ven algo ausente de este mundo y no quiero que se preocupen tanto por mí, no quiero seguir ocasionándoles problemas ni a ellos ni a nadie, por este motivo me dejaré ayudar y seguiré sus consejos. Finalmente de existir la posibilidad, intentaría sacar a Leo de ese sitio, meterlo en esta familia y adoptarlo dándole todo lo que necesita como su madre adoptiva. Lucharé por ayudar al grupo a seguir el camino que decidan seguir para el futuro, protegeré a todos, son mis amigos y los cuidaré sin importar lo que pueda suceder. Y si Michaela vuelve a cruzarse en nuestro camino, no le permitiré que vuelva a jugar con nosotros, no le permitiré que le toque ni un solo pelo a ningún miembro de este grupo y si lo hace o intenta hacerlo, lo lamentará.

Atentamente la “sombra” de Nicole Collins...”


Nicole bostezó tras cerrar el cuaderno, tras esto no pudo evitar dibujar una sonrisa por la forma tan estúpida en la que cerró una carta que no iba dirigida para nadie en especial más que para ella misma, aunque en algunas ocasiones parecía ir dirigida a Leonard. Se sentía algo más aliviada al escupir todas sus incomodidades en aquella confesión personal. La mujer de dorados cabellos sopló la vela apagando su llama, sucumbiendo una vez más a la habitación en la débil luz que entraba por la ventana. Nicole bajó al estudió y vació un armario de libros de distinto grosor para usarlos como combustible para encender un fuego en la chimenea. Ciertamente era una pena usarlos para algo como eso, había un diccionario, alguna enciclopedia, revistas de caza y pesca, incluso algunas novelas de misterio bastante buenas que leyó en su adolescencia, y casi sentía como si estuviera llevando a cabo un crimen ante lo que se proponía hacer con ellas. Olvidando ese pesar, agrupó todos los libros que pudo y los llevó al salón con el fin de echarlos a la chimenea y verter un poco de gasolina sobre ellos para prenderlos mas tarde. Tras ello, se dispuso a buscar tela para cortarla e impregnarla en la gasolina que vertió en un baño de plástico, dejando a parte un poco para entregársela al otro grupo y prender la chimenea.

Después de que Maya limpiara y desinfectara las heridas de Eva, esta subió a la habitación que había elegido para pasar la noche ella y su hermano para dejar en el baúl de la habitación el arco y el carcaj de su hermano, así como su Alabarda, su pistola y su Scramasax junto a las dos mochilas que componían el inventario de los hermanos. Mientras, Jessica se encontraba sentada en un sillón ocupándose de hacerle el mismo procedimiento a Davis teniendo cuidado para que no le doliera el golpe de la cabeza, y en otro sillón algo más lejano a la pareja, Maya le aplicaba el mismo protocolo a Puma.

—¿Qué sucede? Deja de mirarme así, tonto. —susurró Jessica algo irritada al no poder continuar ignorando los ojos oscuros de Davis sumergiéndose en los suyos.

Davis rió por lo bajo ante su irritación.

—No he podido evitar fijarme en lo participativa que estás hoy con los asuntos del grupo. —respondió con una dulce sonrisa ante su chica.

—Bueno, ya era hora que me moviera, ¿no crees? Me estaba cansando de quedarme de brazos cruzados detrás de ti.

A pesar de que lo dijo tranquilamente, Davis entendió más o menos lo que quería decir realmente esa frase.

—Y me parece genial que decidas involucrarte activamente en las actividades del grupo o debatir sobre el futuro de este. —respondió sin borrar la sonrisa de su rostro.

Pero por otra parte, Jessica no sonreía, parecía pensar en algo.

—¿Y te parece bien que salga a combatir a las amenazas abiertamente como todos los demás? —quiso saber continuando seria sin mirar a los ojos de su chico.

La sonrisa de Davis se fue borrando ligeramente mientras su rostro se tornaba serio, pero su tono de voz tranquilo no cambio. —No me parece mal, pero creo que antes de correr debes de aprender a andar. Sabes perfectamente que no todo son zombies lentos y estúpidos, también hay enemigos mucho más letales como los mutantes o los propios humanos. Si quieres enfrentar amenazas como el resto, antes debes de entrenarte y mejorar tus habilidades. Podrías pedirle a alguien que te entrenara, a Nicole por ejemplo, si mal no recuerdo ella instruía a policías novatos entre sus muchas funciones como miembro del cuerpo de policía, además, Nicole y yo entrenamos juntos en el pasado las artes marciales, ayudándome a mejorar mis conocimientos sobre estas y a aprender algunos movimientos nuevos que ella misma me enseñó, sé que podrá entrenarte bien. Pero mientras que tus habilidades sigan siendo bajas, no puedes enfrentarte abiertamente contra cualquier enemigo que se te ponga por delante. Debes de aprender cuando una situación te supera para retirarte y solo enfrentarte a aquellas situaciones que realmente sepas que puedes manejar. —recomendó el chico optando por un tono más serio en su voz. —Nicole y Eva por ejemplo, ellas están cualificadas para enfrentarse a situaciones peligrosas porque ellas han entrenado duro para ello. Tú tienes que hacer lo mismo, cuanto más peligrosa sea la situación, mayor debe ser tu nivel en habilidades para confrontarla.

Jessica se sintió sorprendida ante aquella respuesta, ya se había hecho a la idea de que le diría algo como... “No deberías de exponerte a amenazas de manera directa porque estás embarazada y tu nivel en entrenamiento es bajo, por lo que pondrías tu vida y la del bebé en peligro. Déjame ocuparme a mi de las situaciones peligrosas.” Pero en absoluto fue la respuesta que esperaba.

—¿Oh? ¿Qué sucede? ¿Te comió la lengua el gato, Jess? ¿Viste un fantasma? —bromeó haciéndose el tonto al percatarse de la sorpresa con la que se le quedaba mirando.

—¡¡Arg, cállate idiota!! —respondió alzando algo mas la voz mostrándose avergonzada.

En un intento de borrar el rostro de idiota que Davis puso en aquel preciso momento para reírse un poco de ella, la joven apretó el pañuelo impregnado en la herida de la cabeza con cierta fuerza y malicia, obligando a Davis a quejarse con un “Auch” al sentir su herida escocer tras entrar en contacto con aquel líquido. Maya no pudo evitar reír por lo bajo al ver aquella escena.

—Maya... —la llamó Puma en un susurro ignorando a la pareja.

Maya suspiró y miró a Puma volviendo a limpiarle las heridas. —Creo que sé que me vas a preguntar... —respondió con una sonrisa amargada.

—¿Realmente has perdido tus poderes? ¿Eres ahora normal? —quiso confirmarse una vez más tras haber escuchado decir aquello de los labios de su vieja amiga.

—Sí, he perdido mis poderes. Parece que ahora vuelvo a ser una chica normal y corriente. —respondió simplemente.

—¿Cómo paso?

—Fue aquel día en la base de la líder de Zodiaco, Michaela. Allí pasaron una serie de cosas difíciles de explicar...

—¿El qué? —insistió Puma una vez más.

Maya se levantó. —Bien esto ya está, ya hemos terminado por aquí. —informó con una sonrisa.

Puma suspiró guardando silencio desistiendo por aquel momento en continuar con aquella charla. —Gracias. —respondió simplemente.

La puerta de la casa en la que Nicole se hallaba se abrió y Adán, Alice, M.A e Inma se introdujeron en su interior pasando al salón, encontrando a la dueña de la casa tendiendo sobre unas bandejas con la ayuda de unas pinzas de servir la comida, varias tiras de una tela de cierto grosor impregnadas en gasolina. Al lado del baño de plástico que contenía el preciado combustible, se encontraba varias prendas gordas típicas del invierno totalmente rasgadas y cortadas por un cúter y unas tijeras.

—Ya hemos traído el alambre y lo hemos cortado en varias longitudes. —anunció Inma colocándolo junto al montón de ropa destrozada.

—Nosotros hemos traído la madera, nos hemos encargado de coger las ramas mas largas y gruesas que había. —informó M.A soltándolas al lado del conjunto de alambres.

—Perfecto, entonces ayudadme ahora a hacer las antorchas. —comentó Nicole tras ver el material que sus compañeros trajeron con ellos. —Encima del sillón hay varios guantes, usadlos para no mancharos las manos de gasolina cuando os quitéis el traje.

Los cuatro se quitaron sus trajes anti radiación y los dejaron sobre una amplia mesa de madera. Tras ponerse los guantes, todos se sentaron junto a Nicole en el suelo, sobre una alfombra que esta extendió tras despejar un poco el salón de muebles, con el fin de no salpicar el suelo o cualquier mueble de madera con la gasolina y evitar posibles accidentes.

—Bueno, con las tiras de tela que he sacado debe haber para diez antorchas, como son trozos largos y gordos, con uno enrollado por rama es suficiente. Entonces, que un par enrolle las tiras de tela a los palos y que el otro par apriete bien la tela al palo enrollándolo con el alambre. Yo voy a recoger la gasolina y echarla de nuevo a su recipiente, a ver si hay algún embudo en la cocina... —comentó Nicole poniéndose en pie. —Por cierto Inma, en esa botellita que hay sobre la mesa te he dejado un poco de gasolina para que encendáis la chimenea en vuestra casa. Yo he echado algunos libros a la chimenea y un poco de gasolina para prenderlo a la noche y dormir caliente.

—Sobrará madera, por lo que puedes llevarte algo para echarla al fuego. —añadió Alice.

—Estupendo, perfecto entonces porque hoy parece que las temperaturas van a bajar bastante en cuanto estemos en plena noche. Gracias. —agradeció la chica con una sonrisa.

Nicole agarró el baño y se lo llevó a la cocina junto al recipiente original de la gasolina.

—Adán y yo podríamos enrollar las telas en las ramas y vosotros ponerles el alambre para que no se despegue del palo. —propuso Inma.

—Perfecto, no hay problema. —respondió sin objeción alguna M.A.

El grupo de Maya abandonó la casa y se dirigió a la taberna a esperar, aún quedaba unos diez minutos para reunirse todos allí y cenar.

—¿Qué es lo que habéis encontrado? —se interesó Jessica acercándose al mostrador.

—Tres latas de atún, dos de maíz dulce, una lata de anchoas, dos latas de melocotones en almíbar y otra dos de rodajas de piña. También algunos paquetes de frutos secos, tres bolsas de nueces, dos de almendras, una bolsa de kikos y otra de pipas. También tenemos dos botellas de un litro de agua y una pequeña. Am, también encontramos tres botes de albóndigas, con una olla y fuego se podrían hacer. —comentó Eva exponiendo todo aquello sobre el mostrador de madera. —Todo esto es lo que hemos encontrado buscando por toda la aldea.

—Yo tengo una bolsa de cacahuetes, por si sirve de algo. —comentó Jessica descolgándose la mochila y sacándolo.

—Bueno, no nos sacará del hambre unos cacahuetes, pero cualquier comida es bienvenida. —comentó Eva con cierta desilusión, tal vez esperando que sacara algún bote de carne enlatada de su mochila. —Algo es algo, ponlo sobre el mostrador.

Maya, Davis y Puma comenzaron a poner el lugar a punto, juntando algunas mesas y sillas, despejando el resto de la taberna de las que no usarían, así como limpiando un poco por encima el polvo con unos paños que encontraron tras el mostrador. Por otra parte Eva preparaba algunos platos y cubiertos para servir la comida, siendo ella quien vigilara la manera en la que repartir lo que el grupo tenía para comer y Jessica buscaba alguna olla y una espátula para las albóndigas.

—Oye Jessica, cuando acabes de encontrar lo que te he pedido, necesito que le digas a esa gente que traigan algo de fuego y leña para la chimenea, hay que poner bajo el fuego la olla para que se vayan haciendo las albóndigas. —le pidió Eva, obteniendo de inmediato una respuesta afirmativa.

Los rápidos pasos de Adán se aventuraron a la cocina, en donde encontró a Nicole intentando verter la gasolina en su recipiente por medio de volcar el baño sobre un embudo.

—Deja que te ayude. —se ofreció rápidamente el joven.

—Gracias, cariño. —le respondió con una amplia sonrisa.

Adán sujetó con sus manos el embudo a la vez que con sus piernas mantenía firmemente sujeto el recipiente de la gasolina. Nicole al no moverse ni el recipiente ni el embudo logró verter poco a poco la gasolina del baño hasta rellenar el recipiente original.

—Perfecto, esto ya está, cielo. ¿Cómo lo lleváis? —preguntó haciéndole una caricia en el pelo al chico, quien sonrió ante la muestra de su amiga.

—Bien, ya están las diez antorchas listas. Ahora hay que colgarlas y prenderlas en cuanto antes, ya prácticamente no se ve nada. —puntualizó el chico viendo una fina línea anaranjada ocultándose tras las montañas en el horizonte a través de una de las ventanas de la cocina.

—Está bien, deja que me ponga el traje y salimos de inmediato. Dile a los demás que se preparen.

—¡Sí! —respondió animadamente corriendo hacia el salón.

Nicole subió de inmediato a colocarse el traje y colocarse su cinturón con los Kukris duales. Cuando bajó, se encontró que sus compañeros habían puesto en orden el salón y habían guardado las antorchas en una bolsa.

—¿Crees que estos trozos de alambre serán suficiente para enrollarlas a algunas columnas o algo sin que las antorchas se caigan? —preguntó Alice mostrándole la longitud de una de ellas.

—Por supuesto, si no se mueven mucho las antorchas, claro.

—Chicos, esperadme un momento, voy a llevar la madera y la botella con la gasolina para mi casa. No tardo nada. —comentó Inma antes de salir corriendo por la puerta cargando ambas cosas.

Unos pasos sonaron acercándose a la casa, y la figura de Jessica se materializó ante ellos. —¿Cómo os va? —se interesó al ver a Adán cargando con la bolsa de antorchas.

—Bien, vamos a colgarlas ahora. —respondió el chiquillo de inmediato.

—Perfecto, al fin habrá luz, porque en cuanto he salido de la taberna he visto salir a Inma de aquí y dudé por un momento de quien se trataba. Oye me ha pedido Eva leña y fuego para encender la chimenea y calentar la comida.

—Claro, coge de ahí la que necesites. —señaló Alice la pila que yacía a un lado de un conjunto de ropa destrozada mientras dejaba un manojo de ramas sobre el conjunto de libros que Nicole abandonó en la chimenea como futuro carburante para que esta ardiera.

—Vamos a instalar una antorcha frente a la taberna, antes de colocarla os la llevaremos para que prendáis la leña. —comentó M.A cargando en una bolsa un conjunto de alambres que sobresalían de su plastificado contenedor.

—Perfecto, gracias. —respondió con una sonrisa la joven de ojos azules llevándose un puñado de ramas que consideró suficientes para calentar las albóndigas.

Inma llegó nada más abandonar Jessica la casa. —Bien, ya estoy. —informó jadeando.

El grupo salió y utilizando el mechero de M.A prendió la primera antorcha, que de inmediato llevó un momento Inma al interior de la taberna para encender la chimenea y poder calentar la comida. Tras salir, utilizando un trozo largo de alambre, la amarraron fuertemente a una de las columnas de piedra que había frente a la entrada al local, permitiendo que la antorcha quedara ligeramente inclinada, lo mismo hicieron con la segunda columna del local situado frente a ambas casas que escogieron para pasar la noche. Dos antorchas mas en la plaza, y una en la iglesia, el almacén donde retenían a los zombies y las cuatro entradas restantes a la aldea fueron las zonas designadas para ir poniendo las antorchas.

Finalmente el grupo regresó a la taberna, donde el resto esperaba con comida y una tanda de vasos y bebidas alcohólicas en las que ahogarían las penas algunos de ellos. Cuando la escasa pero justa cena finalizó, todos comenzaron a tomar algún que otro trago mientras hablaban unos con otros, poniéndose cada uno su límite a la hora de beber. En una mesa apartada al fondo, se encontraba Puma con un cigarrillo en los labios mientras miraba por la ventana el exterior perdiéndose en sus pensamientos a la vez que sujetaba un vaso medio lleno de Vodka, de cuyo recipiente se había adueñado para si solo. Al lado de otra de las ventanas, no muy lejos de donde Puma se localizaba, Alice y Davis charlaban animadamente mientras la rubia le contaba su experiencia personal a su compañero con el juego de la guija, al que se atrevió a jugar en el pasado con unas amigas. En una mesa al lado de esta pareja que narraban historias sobre la invocación de Satanás con dicho juego, el joven Adán echaba una partida a un viejo y polvoriento parchís con un M.A que entre trago y trago no se podía creer como aquel chico estaba ganándole al juego, llegando a picarse con este. En la otra punta de la taberna, Maya, Jessica, Nicole e Inma charlaban animadamente sobre sus primeros amores de la adolescencia y su época estudiantil. Y apartada, tras el mostrador, Eva sujetaba un vaso contemplando en silencio a cada uno de los allí presentes pensando en sus cosas, dirigiendo especialmente sus miradas a Puma y Adán. Se podría decir que todos, unos más que otros, habían pegado algún que otro trago, a excepción de Adán por ser todavía un niño.

Mientras las chicas hablaban, Nicole no pudo evitar contemplar la soledad de Eva tras el mostrador, bebiendo sola en completo silencio. Tras soltar un suspiro se puso en pie advirtiendo a sus compañeras que volvería en un rato, llevándose el vaso de Ron en la mano, quería tratar de entablar una conversación amistosa con aquella a la que consideraba también parte de sus amigos.

—Hey, Eva... ¿Qué tal estás? —intentó iniciar la conversación.

—¿Tú que crees? —respondió secamente.

—Oye, quería saber si estás molesta con algo que hice para tratar de hablarlo y arreglar nuestras diferencias. —le propuso con un tono tranquilo de voz.

—¿Arreglarlo? ¿Con una simple conversación? Tus actos ya hablaron para por ti Nicole, demostrando la clase de persona que eres. —respondió con cierta chulería jactándose de que quisiera arreglar las cosas hablando.— Tú y esos dos que hablan de gilipolleces. —se refirió a Alice y Davis.

Jessica, Inma y Maya fueron las primeras en percatarse de que la charla con Eva no indicaba que fuera a ir por buen camino por las respuestas que esta le daba a Nicole. No solo eso, el echo de que se callaran aquellas tres dirigiendo unas miradas serias a aquel dúo y los movimientos algo violentos por parte de Eva a la hora de gesticular y hablar comenzaron a levantar las sospechas entre el resto.

—¿Y que clase de persona soy según tú, querida? —preguntó tomando un trago de su Ron mientras sentía que comenzaba a irritarse con las formas de Eva. —¡Vamos, ya que me estás juzgando pon las cartas sobre la mesa y justifica tu alegato! —respondió frunciendo el ceño bastante irritada.

—¡Eres una persona patética que le pega la puñalada por la espalda a sus compañeros traicionándolos cuando menos se lo esperan, eso es lo que eres, tú y esos dos que se piraron contigo de aquella misión con el rabo entre las piernas! —la voz comenzó a aumentar y ya fue irremediable no llamar la atención del resto que miraban expectantes la escena, haciendo sucumbir a la taberna en un tenso silencio. —¡¡Traidora!! ¡¡cobarde!! ¿¡Cómo pude pensar en alguien como en ti como a una amiga!?

Los que conocían a Eva sabían que podía llegar a ser de lo peor que te echaras en cara a la hora de discutir con ella, por lo que temían por la pobre y buena de Nicole, contra quien parecía estar cargando con una serie de argumentos que le estaba echando el cara. Algunos comenzaron a dudar de si deberían de intervenir entre ambas o Nicole de alguna forma inteligentemente conduciría la discusión por otro camino. El escuchar aquella palabra, “traidora” no pudo evitar que una serie de malos recuerdos golpearan su mente con fiereza. Nicole apretó los dientes ante tal acusación que se clavó en los más profundo de su pecho como una afilada daga envenenada.

“Traidora” pasó una vez más aquella pesada palabra que salió de los maliciosos labios de aquella a la que consideraba una amiga por su mente, arrastrando consigo una serie de dolorosas imágenes y sentimientos... Los rostros de M.A, Alice e Inma siendo juzgados en el juego del ahorcado a manos de la tirana de Zodiaco, la sangre que emanaba del cuerpo de Jessica, las lágrimas de Leo, los gritos de los guerrilleros, disparos, sangre, cadáveres, la risa de Michaela... Cientos de imágenes y sonidos comenzaron a pasar por su mente a una velocidad vertiginosa, apuñalando el corazón de Nicole una y otra vez sin contención alguna. Eva contempló a Nicole agachando la cabeza lentamente en silencio con cierto desprecio. Tras despacharse con ella, su siguiente víctima eran los demás allí presentes.

—¡¡Y vosotros!! —miró esta vez al rostro de todos los presentes exceptuando a Puma— ¿¡Cómo coño podéis estar tan tranquilos después de que Ley y el resto murieran!? ¿¡Y tú M.A!? ¡¡¡Debería de daros vergüenza a todos charlar y beber despreocupadamente!! ¡¡Pero sobre todo a ti, que parece que te importa una mierda que tu hermana haya muerto!!! ¡¡¡Aquí los únicos que realmente sentimos la pérdida somos Puma y yo!!! ¡¡Al resto le importa una mierda la guerra de hoy!!! —cargó muy duramente contra todos los allí presentes. —¿¡Y encima habláis con Davis, Alice y Nicole como si nada!? ¿¡Después de que nos abandonaran en esa misión como unos putos cobardes!? ¿¡Cómo los putos traidores de mierda que son!? ¿¡Te tengo que recordar M.A, como volvió tu hermana tras ser capturada!? ¿¡Te lo recuerdo!? —atacó con afilados argumentos de odio y rencor que penetró en profundidad en todos los presentes.

—¿¡Quién coño eres tú para decirme que la muerte de mi hermana me importa una mierda!? ¿¡Quién coño te crees para hablar de mi hermana cuando tú fuiste la primera en tener problemas con ella!? ¡¡Cierra esa puta boca de víbora que tienes!!—rugió un enfurecido M.A golpeando la mesa con el dorso de sus puños.

—¡¡¡Todos estamos afectados por aquellas muertes, Eva!!! ¿¡Crees que bebemos y charlamos porque nos da igual todos esos que han muerto en batalla!? ¡¡Estamos llevándolo cada uno a nuestra manera, lo mejor que podemos para no hundirnos y poder apoyarnos los unos a los otros!! —discutió Maya poniéndose en pie mientras trataba de justificar aquel momento en grupo que Eva veía con odio y desprecio. La joven frunció el ceño obligando a su rostro a tornarse serio, no podía evitar sentirse nerviosa, su corazón estaba comenzando a latir con fuerza viéndose venir la fuerte discusión que se estaba a punto de desatar entre todos los miembros del grupo.

—¡Maya tiene razón! ¿¡Quién eres tú para comprender como llevamos por dentro ese sufrimiento cada uno de nosotros!? —se unió Inma a la calurosa discusión al comprender por la palabras de Eva que a sus ojos, a ella no le importaba que Jimmy hubiera perdido la vida.

El ambiente se volvió tóxico y radiactivo con cada una de las palabras envenenadas que Eva soltaba, el abrir su boca había representado abrir la caja de Pandora para el grupo. A excepción de Puma, Adán y Nicole, quienes permanecían en silencio escuchando, el resto del grupo discutía con Eva tratando de defenderse los unos a los otros de sus duras acusaciones, las cuales ya no iba directamente hacia los que consideraba traidores, si no también hacia aquellos que los trataron amistosamente después del pecado que cometieron a los ojos de Eva, así como por la manera en la que se había estado desarrollando la cena.

—¡¡Tú no eres nadie para decirnos esas cosas!! —se levantó Alice de inmediato de su asiento encarando a Eva con el ceño fruncido. —¡¡Ley era nuestra amiga, la conocemos desde mucho antes que tú!! ¿¡Cómo eres capaz de acusarnos de esa manera!? ¡¡Tú, quien no la tragabas desde un inicio y no comenzaste a hacerlo hasta el final de sus días!! —la confrontó la rubia echándole aquella verdad en cara.

—¿¡Cómo te atreves a decir que era tu amiga cuando la dejaste tirada atrás!? —respondió Eva ardiendo en furia por atreverse Alice a dirigirle la palabra.

—¡¡Basta!! —vociferó Maya tratando de parar aquella frenética discusión. —¡Hay otra formas de resolver esto sin tener que atacarnos los unos a los otros! —pero sus palabras cayeron en oídos sordos al percatarse de que nadie le prestó atención mas allá de Inma y Jessica. —¡¡Detened esta discusión, así no llegaremos a ningún lado y lo menos que nos hace falta en estos momentos es enemistarnos unos con otros!!

—Alice, Nicole y yo teníamos nuestros motivos para abandonar la misión. —intercedió en esta ocasión Davis defendiendo a sus compañeras.—¡Era una locura, un puto suicidio! Tú y Puma lo visteis, había todo un puto mar de zombies, animales mutantes y mercenarios, los enemigos nos superaban en número y venían en todas direcciones. ¿¡Crees que tan poco valoramos nuestras vidas como para jugárnosla sin siquiera poder contemplar la posibilidad de salir de allí vivos!?

Eva fue a cargar contra Davis ante aquella respuesta, pero la declaración de Jessica la interrumpió. —Es cierto que aquel acto es una traición, Eva. Pero ellos han ido con Ley a todas las misiones que esta les ha encomendado, participaron en parte en aquella guerra para conseguir los maletines, y a pesar de que se retiraron, volvieron con Johnny para sacaros de allí cargando con el peso de la culpa, también estuvieron participando en aquella última guerra medieval. Si después de hacer tantas misiones con Ley se retiraron de esa precisamente, debe ser porque realmente consideraban que era prácticamente imposible salir con vida de la misión. Llevan cargando con la culpa de abandonaros desde entonces, creo que eso es un castigo más que suficiente para ellos. —defendió Jessica con tal argumento a sus compañeros empleando el tono de voz más tranquilo que pudo para que Eva no se sintiera que la estaba atacando.

—¿¡Culpa!? ¡Sabrá ella lo que es eso! —soltó M.A con malicia interrumpiendo la respuesta de Eva al argumento de Jessica.

—¡M.A no sigas echando mas leña al fuego, por favor! —saltó de nuevo Inma al contemplar la manera tan violenta en la que estaba comenzando a mostrarse. —¡Tratemos de hablar esto de manera mas civilizada!

Ante tal respuesta efectuada por M.A, Eva montó una vez más en cólera ignorando a Inma, justo cuando parecía que iba a responder medianamente bien a Jessica. Una vez más el intercambio de ataques por parte de la gran mayoría de componentes del grupo volvió a producirse. Nicole no pudo evitar sentir otra serie de sentimientos y recuerdos de una experiencia más cercana al escuchar los últimos argumentos de la defensa, los recuerdos de aquella traición de la que se le acusaba. Su memoria la transportó a aquel campo de batalla, en el que el ejército de Ley atravesaba la marea de bestias mutadas y zombies, tratando de sobrevivir a los disparos efectuados por los mercenarios. Los soldados de Ley cayendo muertos al suelo, los gritos y disparos, la furia de Johnny, la pelirroja desplomándose en el suelo totalmente abatida, las lágrimas del pelirrojo recorriendo su rostro mientras cargaba con su novia, las condiciones en las que Puma y Eva se encontraban... Más y más puñaladas atravesaron su corazón sumándose a las anteriormente depositadas por la traición que llevó a cabo hacia sus compañeros en el imperio de Michaela.

A su alrededor, la discusión continuó calentándose cada vez más, mientras entre comentario y comentario, Eva atacaba a Nicole acusándola una y otra vez, juzgándola como a sus compañeros. Era tan pesado y turbulento aquel ambiente que la tensión podía palparse. Un aura oscura comenzó a engullir a todos los presentes haciéndolos sucumbir en un mar de extraños y turbulentos sentimientos de todas clases. M.A cerró sus puños con tal fuerza que apenas podía sentir sus dedos, solo la imagen de un impresionado Adán por lo que sucedía a su alrededor era lo único que le detenía para no levantarse a romperle el cuello a esa maldita víbora. Todos, cabizbajos y en silencio, comenzaban a dejarse llevar por aquel aura oscura, en especial los mencionados traidores, quienes sintieron aquella herida abrirse una vez más y hacerse aún más grande. Sin importar lo que dijeran, Eva no los escucharía, por lo tanto era imposible defenderse de sus ataques.

Pero de inmediato los ataques de Eva cesaron cuando el culo del vaso de Nicole se precipitó violentamente contra la superficie del mostrador de madera, como si del mazo de un juez se tratara atrayendo las miradas. —¡¡¡CIERRA EL PUTO PICO DE UNA UNA MALDITA VEZ!!! ¿¡ES QUE NO TE DAS CUENTA DEL DAÑO QUE LES ESTÁS HACIENDO A TODOS CON TUS PALABRAS!? —un agudo estallido acompañó al finalizar aquella frase. Sonido que obligó a poner alerta a todos ante semejante escena. Nicole no se percató en absoluto, pero aquel sonido había sido de su vaso de Ron estallando en su mano, pero como si nada, no percibió aquel hecho a pesar de que algunos fragmentos de cristal se clavaron en la palma de su mano haciendo emanar la sangre. Para ella, aquel estallido había tenido otro significado, algo dentro de ella había terminado de romperse.


Aquella contestación hacia Eva causó un gran impacto entre todos los presentes, incluido el propio Puma, quien parecía absorto ante la bronca de su compañera no pudo evitar centrar toda su atención en aquella escena poniéndose alerta por si una pelea se desatara entre ellas dos pudiendo llegar a las manos. Que alguien respondiera con tal violencia a alguien como Eva ya era algo que impresionaba, pero aquellas palabras cargadas de ira y violencia vinieran de Nicole heló la sangre de los allí presentes. Incluso a la propia Eva le costó responder ante tal explosión de ira incontrolable por parte aquella mujer, cuyo rostro enrojeció y se arrugó reflejando el más puro significado del pecado capital de la ira.

Tras unos eternos segundos en el que tiempo pareció congelarse por completo en el interior de la taberna, Eva reaccionó. —¿Cómo te... —pronunció casi con un susurro—¿¡CÓMO COÑO TE ATREVES A HABLARME DE ESA FORMA, PUTA RUBIA DE MIERDA!? ¡¡¡¡NO ERES MÁS QUE UNA PUTA TRAIDORA Y UNA COBARDE QUE DEJASTE ATRÁS A TUS AMIGOS!!! ¡¡¡¡ALGUIEN DE TU CALAÑA NO DEBERÍA DE ESTAR EN UN GRUPO COMO ESTE, NI TU NI ESOS DOS GILIPOLLAS!!!!

Las manos de Nicole pasaron por encima del mostrador y sujetaron a Eva por el cuello de la camiseta para traerla hacia sí de un tirón para que todo lo que pudiera ver Eva fuera su rostro. —¡¡¡MALDITA!!! ¡¡¡DEJA YA DE COMPORTARTE COMO UNA PUTA ORGULLOSA DE MIERDA QUE VA POR AHÍ CREYÉNDOSE ALGUIEN PISOTEANDO Y MIRANDO CON DESPRECIO A AQUELLOS QUE TRATAN DE ACERCARSE A TI PARA AYUDARTE!!! —Nicole la soltó alejándola de ella con un pequeño empujón.

Eva se encontraba expectante ante aquello, no podía parar de sentir su corazón latir con una gran intensidad. M.A se percató de que Adán se estaba asustando, y ni Nicole ni Eva eran capaces de percatarse de ello. Eva salió de detrás del mostrador sintiendo su orgullo herido y se paró frente a Nicole a enfrentarla, a pesar de que esta le lanzó una mirada fulminante.

—¡¡¡TEN COJONES A DECIRME TODO ESO AHORA QUE ESTOY FUERA DE LA BARRA!!! —gritó Eva encarándola.

—¡¡¡Eva, Nicole, deteneos de una vez!!! —exigió Jessica alzando la voz siendo incapaz de continuar sentada en el sitio.

—¡¡CLARO QUE TENGO COJONES A DECÍRTELO, ESO Y MUCHO MÁS!! ¡¡NO ERES MÁS QUE UNA MALDITA EGOÍSTA QUE SOLO PIENSAS EN TI Y EN NADIE MÁS!! ¡¡SOLO SABES JUZGAR A LOS DEMÁS PERO NO A TI MISMA, ERES UNA MALDITA HIPÓCRITA!! ¿¡CÓMO COÑO PUEDES DECIRME A VECES QUE NO TE FÍAS DE ESTE GRUPO SI TÚ NO HACES NADA POR ACERCARTE A EL Y COMPROBAR QUE CLASE DE PERSONAS SON EN REALIDAD!? ¡¡¡SOLO LO HACES CUANDO TE CONVIENE, Y DESPUÉS LOS JUZGAS SIN TAN SIQUIERA ESFORZARTE EN TRATAR UNA AMISTAD CON ELLOS Y EN LLEGAR A CONOCERLOS NI COMPRENDERLOS, EVA!!

M.A se percató de que Adán dijo algo, pero era tal el escándalo de aquellas dos mujeres gritando a pleno pulmón echándose cosas en cara que la voz de Adán no llegaba a los oídos de nadie. M.A sintió de nuevo la furia crecer en él al escuchar una vez mas los ataques de Eva, sus puños y su cuerpo eran incapaces de parar de temblar ante la rabia que sentía al escuchar una vez mas los ataques de Eva, estaba tratando de contener con todas sus fuerzas aquella ira que se estaba formando en su interior. Puma y Davis estaban a la espera de que se produjera el primer golpe por parte de cualquiera de las dos por ir a detenerla. Jessica e Inma miraban con horror la escena mientras esta última sujetaba la mano de su prima reteniéndola para que no se metiera entre aquellas dos mujeres que a ojos del resto se habían vuelto un par de demonios y acabara saliendo mal parada. Las voces de Maya rogando por detener aquella encarnizada discusión se sumaron a las voces sordas de Adán que jamás llegaron a los oídos de aquellas furiosas mujeres. Alice, estaba preparándose para detener a M.A de llegar a intentar atacar a Eva estallando en cólera.

La situación allí era realmente volátil por parte de todos los presentes. Parecía que no había nada que hacer para detener a aquellas dos mujeres que tan fieramente discutían entre ellas, era cuestión de tiempo que una de las dos acabara por golpear la otra iniciando una horrible pelea. Pero entonces algo se interpuso entre ambas féminas dándoles un ligero empujón a ambas separándolas. Todos miraron expectantes lo sucedido, ambas mujeres incluidas. Entre ellas, la figura de Adán se materializó con sus brazos extendidos.

—¡¡¡¡PARAD DE UNA VEZ!!!! —lanzó un grito rogando por la paz entre ambas entre llantos.

El silencio se adueñó del lugar por un momento por parte de los adultos, siendo solo el llanto de Adán lo único que se podía escuchar, llanto que sentó a Nicole y Eva como un guantazo que las devolvió a la realidad.

—Adán... —susurró Eva. —¡No te metas en los asuntos de los adultos! ¡Quédate en tu sitio, esto es algo que debemos resolver entre esta y yo! —le ordenó para alejarlo de aquella confrontación.

—¡Adán ven aquí! —lo llamó Maya.

—¡¡NO!! —gritó el joven con furia mientras sus lágrimas aún surcaban su rostro.

Mientras Eva discutía con Adán para que se apartara de la situación en la que ella y Nicole se encontraban, Collins se quedó mirando fijamente a Adán expectante. Fue entonces cuando un recuerdo volvió a su mente de cuando perdió los papeles ante los soldados de Michaela mientras trataba proteger al joven Leonard que se ocultaba a su espalda, teniendo un comportamiento muy similar al actual.

—Está bien. —susurró Nicole mientras permitía a su cuerpo relajarse.

Todos se percataron de como la actitud agresiva de Nicole fue disipándose parcialmente. —¿Y ahora porque coño te relajas, traidora de mierda? ¿Es que ya no tienes los ovarios necesarios para plantarme cara? —la retó vilmente su oponente.

Nicole la fulminó con la mirada de inmediato, su ira no había desaparecido, simplemente se había reducido ante el ruego de Adán. —Créeme que te podría plantar cara perfectamente. —respondió con un tono hostil en sus palabras.

—¿¡Y a qué coño esperas!? —la volvió a provocar dando un par de pasos hacia Nicole.

En ese instante Adán se abalanzó contra su hermana abrazándola en un intento de retenerla. Nicole sin dar mas explicaciones le dio la espalda y se acercó a la mesa más cercana para coger un par de servilletas para sacarse los trozos de cristal de las palma de la mano y limpiarse la sangre.

—Nicole, deja que te atienda y te desinfecte la herida. —le recomendó Maya acercándose a ella.

Como única respuesta hacia la ayuda de su amiga, Nicole negó lentamente con la cabeza en total silencio, después agarró su traje anti radiación y comenzó a ponérselo.

—Sí, eso, huye otra vez, traidora. —continuó Eva con su provocación.

Finalmente logró captar la atención de la rubia, quien se giró para contemplarla con un semblante serio y una mirada gélida. —Me llamas traidora sin siquiera intentar comprender los motivos de mi traición. Me juzgas por mi acto y no por el motivo por el que lo llevé a cabo... Ya veo... —respondió con un tono suave e indiferente en su voz.

—Saliste huyendo del campo de batalla dejándonos atrás, sin importarte si moríamos, por eso eres una traidora. Tú eres la egoísta a la que no le importa lo que le suceda al resto. ¡Nos abandonaste y no hay argumento que justifique eso!

—¿Os abandoné? Sí, claro que lo hice, de la misma manera que tu abandonaste a Adán. —respondió con frialdad.

—¡Yo no abandoné a Adán! ¡No te inventes cosas!

—Sí, si lo hiciste. Abandonaste a tu hermano a su suerte, dejándolo con un grupo de personas a la que a estas alturas ni siquiera aún conoces, gente de la que no confías. Dejaste el futuro de tu hermano a la suerte de un grupo de personas que odias.

—¡¡MENTIRA!! —gritó dando un par de pasos hacia ella arrastrando a Adán consigo.

—Verdad. —respondió tranquilamente. —Nosotros nos fuimos porque valoramos nuestra vida y lo que tenemos, a nuestros seres queridos. Tú en cambio te largaste y no dudaste en seguir adelante a pesar de que aquello era prácticamente un suicidio, seguiste sin preocuparte si morías en batalla y dejabas solo a Adán. Él no te importa en absoluto, por eso seguiste adelante poniendo tu vida en peligro, esa es la verdad, tus actos hablan por ti. ¡Lo abandonaste y no hay argumento que justifique eso! —respondió inteligente y despiadadamente Nicole siguiendo el punto de vista de Eva, devolviéndole sus propias palabras al finalizar si argumento.

Eva por supuesto se dio cuenta de inmediato que Nicole estaba jugando con ella, usando su propio punto de vista a la hora de analizar los hechos. De inmediato se percató de que Nicole la colocó contra la espada y la pared, aquella frase que usó al finalizar su explicación le negó cualquier argumento posible en su defensa. Eva lo comprendió, estaba poniendo en su contra la manera que ella tenía de juzgar a la gente con el fin de darle una lección. Adán enterró el rostro en la ropa de su hermana sin dejar de llorar, mientras le pedía que detuviera aquello. Entonces se percató del absoluto y pesado silencio que hacía tiempo que había invadido el local, pero debido a su furia ciega, no se había percatado de ello. Todas las miradas recaían sobre ella.

—Es horrible, ¿verdad? —rompió Nicole el silencio sin dejar de mirarla con aquella mirada indiferente y distante —Esto me recuerda a la prueba diabólica, un contraargumento que no te da la opción de defenderte de ninguna de las maneras, tu forma de juzgar es similar en ese sentido. ¿Sabes? La inquisición solía usar la prueba diabólica para juzgar a los presuntos infieles sin importar cuanto hicieran estos por defenderse. —respondió dibujando una media sonrisa en el rostro, carente de sentimiento alguna. — Cargo con el sentimiento de la culpa en mi interior, no solo por el tema de Ley, también con el de Michaela, no te imaginas lo horroroso que es el sentimiento de la culpabilidad... —Nicole se mantuvo unos instantes en silencio — ¿Sabes porque entregué al grupo a Michaela? Porque de no haberlo hecho, ahora mismo tu hermano no te estaría abrazando, él estaría muerto. Adán no significaba nada más que una herramienta con la que jugar conmigo, si Adán no hubiera servido para nada, lo hubiera matado. Por salvar su vida entregué al resto y asumí todo lo que sucedió aquel día sobre mi conciencia. —explicó el motivo de su primera traición a los miembros de su grupo— ¿Sabes porque os traicioné en aquella misión con Ley? Porque si las dos nos matamos aquel día, ¿quién se encargaría de Adán? Davis tiene a su familia por delante. Alice y M.A se tienen el uno al otro, Maya e Inma van de la mano. Y con Puma no sé si se puede contar, porque él también podría haber muerto en aquel lugar. Dime, ¿quien va a anteponer la vida de tu hermano a la de su pareja o su familia? —en mitad de aquel silencio, lo único que se escuchaba era el “tic-tac” del reloj situado en la pared tras el mostrador— ¿Sabes Eva? Es horrible ese sentimiento de dejar a alguien que depende de ti atrás, y créeme, lo sé bien. Yo dejé en la base de Michaela a un niño que dependía de mi para salir y empezar una nueva vida lejos de ese infierno. Un chico al que prometí sacarle de allí, a quien le di esperanzas de empezar una nueva vida... Desgraciadamente las cosas se torcieron y lo abandoné sin poder hacer nada para evitarlo, mientras él me esperaba oculto en su escondite esperando a mi regreso. Es bastante probable que ahora mismo ese chico esté muerto... —la mujer guardó unos instantes en silencio recordando el rostro de aquel chico antes de hablar.— .Tenía miedo, miedo de que algo como eso pudiese repetirse otra vez... No quería que a Adán le sucediera lo mismo. Sí, a vuestros ojos soy una sucia traidora junto a Davis y Alice, y eso es lo que soy realmente, una traición es una traición... Eva, Puma, M.A, todos... Lo siento, siento el daño que os hice en aquellas dos ocasiones.

Nadie dijo nada más, ni siquiera Eva quiso continuar con aquella discusión. En mitad de aquel pesado silencio, Nicole se dispuso a terminar de ponerse el traje que la protegía de los efectos de la radiación para abandonar aquel sitio. —Esa es mi verdad acerca de las dos traiciones que he cometido, Eva. Creerla o no ya depende de ti. —pronunció tranquilamente.

—Nicole espera, creo que debería de verte la herida de la mano para que no se te infecte. —intentó detenerla Maya sujetándola del brazo.

—Ahora no por favor, quiero estar sola...

Nicole se terminó de poner el traje y se marchó cerrando la puerta detrás de si. Maya abandonó también la taberna unos momentos después que su compañera, para verla partir a lo lejos corriendo hacia algún lugar lejano fundiéndose con las sombras de la noche. —Nicole... —susurró preocupada por el estado de su compañera.

Maya se dio la vuelta para volver a ingresar al silencioso local, en el que el tiempo pareció haberse detenido en el momento en el que ella y Nicole abandonaron el local. Pero cuando fue a tocar el pomo de la puerta, un fuerte dolor de cabeza la invadió, al tiempo que un pitido se reproducía en el interior de su cabeza. La castaña se llevó ambas manos a la cabeza sintiendo que todo daba vueltas a su alrededor. Pero finalmente tras unos instantes aquel malestar se detuvo. Se sentía confusa con lo que acababa de suceder, no lo comprendía en absoluto. ¿Habría sido cosa de la radiación, quizá? se preguntó percatándose de haber salido a la entrada de la taberna sin el traje que la protegía de la radiación de la zona y desconociendo los niveles que había en la zona en la que la aldea se asentaba. Entonces la puerta se abrió y uno a uno sus compañeros comenzaron a abandonar la taberna embutidos en sus trajes para pasar la noche en sus casas, todos necesitaba alejarse de aquel lugar tan cargado de sentimientos negativos e irse a sus casas a descansar, tan solo Adán, Puma y Eva quedaron en su interior. La castaña entró y sin decir nada se puso su traje, percatándose que para Eva y Puma el tiempo pareció haberse parado, tan solo Adán despidió a Maya diciéndole adiós con la mano, siendo correspondido el gesto por esta.

El silencio se hizo en la aldea al cabo de un rato, todos ya habían vuelto a pasar la noche a las casas que tenían asignadas a excepción de Nicole, quien no había regresado desde que se marchó de la taberna... Unos ojos oscuros se abrieron en mitad de la noche, la estancia era parcialmente iluminada por la luz de la luna, junto a él, Jessica yacía dormida a su lado, abrazando el torso del joven. Davis estaba serio, hacía rato que estaba despierto, no obstante había procurado cerrar los ojos para quedarse dormido, sin éxito. El pelinegro apartó con delicadeza el brazo de su amada y se incorporó en la cama sentándose en un lateral. No podía dejar de darle vueltas a los últimos acontecimientos respecto a lo acontecido con Ley y su grupo tras la discusión en la taberna. El joven se levantó y de pie, se giró para ver a su chica descansando tranquilamente, en silencio, era capaz de escuchar su respiración mientras observaba su juvenil y hermoso rostro tranquilo a la par que observaba su pecho hincharse una y otra vez lentamente con cada una de sus respiraciones. Davis se inclinó hacia ella y con la yema de los dedos apartó un oscuro mechón de su cabello del rostro de la bella durmiente, para finalmente besar dulcemente su frente, tras esto observó a Jessica un momento con una extraña mirada en su rostro.

Davis observó la habitación parcialmente a oscuras, cerca de la puerta había un baúl en el que él y Jessica guardaban sus armas, las Glocks 18 duales en el interior de sus fundas de Davis, carentes de munición alguna, su lanza retráctil y una tercera arma que Ley le dio, una Scramasax, se trataba de un arma antigua que podía ser usado como daga, cuchillo o espada corta, obteniendo así Davis la potencia de las armas de fuego de sus pistolas, la lanza, un arma blanca de larga distancia y el arma que recibió de Ley que le venía perfecta para las cortas distancia. Respecto al material armamentístico de Jessica, se encontraba su cuchillo de supervivencia, una pistola P226 que contenía su último cargador y la pequeña mochila en la que guardaba algunas pertenencias. No iban mal equipados, pero para los tiempos que corrían, por muy bien armado que fueras o lo entrenado que estuvieras no asegurabas la vida. Davis abandonó la sala de puntillas, sin hacer ruido alguno y anduvo por el pasillo de la planta superior hasta que sin aviso alguno chocó con alguien doblando una esquina para entrar al pasillo que Davis estaba recorriendo. Davis contempló a M.A. frente a él, tan sorprendido como él mismo del encuentro en mitad dde la noche, cuando supuestamente todos debían de estar ya acostados.

—Deberías de mirar por donde vas. ¿Qué haces a estas horas levantado? —interrogó el rubio con un tono algo molesto por el choque entre ambos.

—Lo mismo podría decirte yo...—contestó este masajeándose su dolorida frente por el cabezazo que ambos se dieron en aquel pasillo semi a oscuras.

—No importa, nos vemos. —sentenció M.A ante el diálogo pasando por al lado de Davis en dirección hacia la otra punta del pasillo en donde su habitación se localizaba sin muchas ganas de dar explicaciones.

El silencio cayó entre los jóvenes mientras los únicos que podía oírse levemente eran las pisadas de cada uno dirigiéndose en la dirección contraria al otro, hasta que finalmente los pasos de M.A se detuvieron. El joven soltó en ese momento un pesado suspiro —Davis, ¿quieres hablar? —preguntó este alzando un poco la voz para que el pelinegro lo pudiera escuchar desde donde se encontraba. El dúo masculino se quedó en silencio, dándose la espalda parados en el sitio, cada uno en un extremo distinto del silencioso y semi oscuro pasillo. —Tengo la sensación que quieres hablar desde hace tiempo conmigo, pero no has tenido tiempo o no has sabido como hacerlo, y tengo la sensación de que sé por dónde van los tiros respecto a lo que te preocupa. —argumentó este dándose la vuelta para contemplar de lejos la espalda de Davis.

El pelinegro tras unos segundos en silencio se giró y asintió. Ambos en silencio caminaron hasta las escaleras que conducían a la planta baja y se dirigieron al salón, parcialmente iluminado por las anaranjadas llamas del fuego que ardía en la chimenea. M.A se sentó cruzado de brazos en el brazo de un largo sofá cercano a la chimenea, mientras que Davis se sentó en el mitad del sofá.

—Lo siento, M.A.

—No importa —Contestó este entendiendo a que se refería.

Davis se puso en pie y se colocó frente al rubio manteniéndole la mirada.

—No soy un cobarde, ni un traidor, no estoy para nada orgulloso de lo que hice, pero quiero que entiendas que me siento culpable por abandonar a Puma, Eva, a Ley y los suyos aquel día y como sabes tenía un motivo de fuerza mayor para ello. Aquella misión era prácticamente un suicidio como nos escuchaste antes decir, aunque finalmente ellos salieran con vida de ella, no sin haber pasado antes por un mal momento allí. Le dijimos a Ley de retirarnos ante la que se nos venía encima, pero esta se negó y continuó hacia la boca del lobo junto a los suyos, Puma y Eva. Yo ante el panorama que veía, llegué a un límite en el que no podía continuar arriesgándome más sin ningún tipo de garantía que me asegurara el volver con vida de aquella misión, no podía arriesgarme a morir y dejar sola a Jessica y al bebé. A pesar de haber recibido un entrenamiento militar, no soy uno, ni he estado en ningún tipo de guerra, carezco de la experiencia de luchar en un campo de batalla, por lo que tenía pocas papeletas para sobrevivir en comparación a Ley y el resto y no podía abandonar a Jessica y mi hijo, ambos me necesitan. —Davis se mantuvo un momento en silencio manteniendo en todo momento un contacto visual directo con M.A— Ya os lo dije a todos aquella misma noche en el búnker, tengo una serie de obligaciones primordiales, cuidar de Jessica y ese bebé es mi deber, mi principal responsabilidad ahora mismo. Yo y Jessica creamos una vida y juntos deberemos de ocuparnos de ella, no puedo dejarla sola en una labor tan importante y difícil como esa, lo hicimos los dos y por lo tanto la responsabilidad es de ambos y por eso mismo tengo que cuidar de la vida de los dos, tengo que aceptar mi responsabilidad. Jessica me necesita a su lado, así como la criatura que nacerá de ella. Ya te confesé a ti, Alice y Maya cierta noche a que le tenía miedo y estoy tratando por todos los medios evitar que suceda lo que os dije aquella noche, además de que os prometí que comenzaría a pensar las cosas que hacía más fríamente, ha tener precaución con las decisiones que tomaba para que no me ocurriera nada como lo de Payne cuando me disparó. Tan solo quiero sincerarme contigo para que no pienses que soy un traidor o un cobarde y pedirte disculpas por aquello, no te digo que lo que hice estuviera bien, tan solo te digo esto para que entiendas el motivo de porque la dejé atrás—Dijo este bajando un poco la cabeza y el tono de voz.

—Lo entiendo, ciertamente a pesar de que todos seamos amigos y nos cuidemos los unos a los otros, cada uno tiene una responsabilidad especial con otro miembro del grupo a nivel afectivo, haciendo que esta persona sea más importante que cualquier otra por los lazos que los unen, como Florr para Puma, Adán para Eva o Inma para Maya. Pero de igual forma, Jessica tiene además de ti a Nicole— Argumentó M.A— Y a nosotros, si algo te sucediera cuidaríamos de ella.

Davis negó con la cabeza. —Nicole está en la misma situación que yo, los dos hemos acompañado a Ley en varias misiones por lo que ella tiene tantas papeletas como yo a la hora de morir, Nicole está descartada ya que su supervivencia en cierto modo va de la mano con la mía ya que normalmente estamos siempre juntos en esas situaciones, por no hablar de que en estos momentos Nicole está luchando contra ella misma para solucionar sus problemas personales, no me gustaría cargarla con otra gran responsabilidad. Y respecto al resto del grupo, Jessica no tiene aún ninguna relación de amistad solida por lo que puedo ver, aunque creo que contigo, Inma y Maya tiene algo más de cercanía respecto al resto del grupo, pero no sabría decir si eso es amistad ya que hasta hace poco la he empezado a ver relacionándose con más frecuencia con la gente del grupo. Ella sigue siendo una persona a parte del grupo, no ha logrado aún integrarse a él, aun que ahora está haciendo todo lo posible para ello.

—Bueno, tú tampoco te integraste de la noche a la mañana, chavalote.

—Pero lo hice y me relaciono con todos y por mi parte si puedo decir que he encontrado amigos en el grupo como tú, Maya o Alice. Estoy siguiendo los consejos que me disteis vosotros tres, Nicole, Eva y Jessica aquel día en el que enfrentamos a la Chimera. Pero ella acaba de empezar hace poco con ese cambio.

— ¿Eso significa que de suceder algo peligroso nos abandonarás?—M.A entendía perfectamente la situación de Davis, pero al mismo tiempo no podía evitar sentir cierta decepción, pues si Johnny y Jimmy no hubieran ido a por Ley y el resto arrastrando a Alice, Davis y Nicole con ellos, era probable que Ley y el resto no hubieran logrado salir con vida de aquella peligrosa misión. Tras aquella pregunta vio que Davis se pensaba mucho lo que decir mientras mantenía la mirada algo perdida en el suelo. Cuando M.A se dispuso a hablar para que este no le contestara, Davis suspiró y lo miró de nuevo a los ojos.

—No lo sé. Según la situación M.A, sois mis amigos y me dolería dejaros atrás, no podría perdonármelo. Si Ley y el resto no hubieran ido en plan kamikaze aquel día y se hubieran retirado, la habría seguido apoyando y luchando junto a ella tras encontrar otra manera de conseguir el objetivo sin arriesgar demasiado la vida, dejando una decisión tan importante como es mantenerse con vida a la suerte. Porque hasta que llegué a ese límite de echarme atrás, seguí a Ley y la ayudé en otras muchas peligrosas misiones. Si tu pregunta es si os abandonaría, procuraré no hacerlo y antes de llegar a ese punto, procuraría haceros entender en que retirarse y mantenerse con vida es la mejor opción, si por el contrario no atendéis a razones y continuáis arriesgando vuestra vida, entonces no tendré más opción, yo tengo alguien a quien proteger y por lo que mantenerme vivo todo lo que pueda. Y si tengo que arriesgar la vida porque no me queda más remedio, al menos quiero saber que dejo a Jessica y a mi hijo en buenas manos, en alguien quien realmente los proteja y se preocupe por el bienestar de ambos, así como que ella misma pueda actuar de forma totalmente independiente y sepa valerse bien por si misma cuando no tenga ni a mí ni a nadie a su lado, encontrándose totalmente sola y actualmente ninguno de los dos requisitos son posibles por ahora. Soy humano y por muy armado y entrenado que esté y por muchas precauciones que tome, no significa que algún día no muera y la tenga que dejar sola. —Le respondió Davis clavando la más sincera de sus miradas en la de su compañero.

El dúo se mantuvo en silencio sosteniéndose las miradas sin parpadear ni un momento, como si cada uno de ellos tratara ver más allá del otro.

—Alice también tenía motivos para irse. Alice te tiene a ti y a sus amigos de Stone City, tras todo lo que vivió siendo una marioneta de Esgrip y tras recuperar esa libertad no hace mucho comenzando a vivir siendo ella misma y empezando de nuevo su vida, no quería arriesgarse a perderlo todo nuevamente arriesgándose a morir sin ver una posibilidad de salir de aquella misión con vida. El motivo de Nicole ya lo escuchaste cuando ella misma se lo dijo a Eva y a todos nosotros en la taberna. Los tres tenemos motivos importantes como para no perder nuestras vidas y valorar demasiado lo que tenemos, sin tener ni una sola esperanza de que podríamos haber sobrevivido, no nos arriesgaríamos a perder la vida aquel día.

M.A asintió en silencio respetando aquellas decisiones, pues eran para cada uno de ellos importantes aquellos motivos por los que volvieron atrás huyendo del campo de batalla, y el comprendía las tres perfectamente.

— ¿Sabes algo M.A? —Inició de nuevo Davis la conversación con un rostro algo sombrío— Estoy harto de sentirme una marioneta controlada por una egoísta entidad que habita en un plano superior al mío divirtiéndose manejando mi destino, plagándola de desgracia tras desgracia. Es por eso que actúo ahora con precaución con lo que hago, estoy harto de sentirme el juguetito de esa entidad, al que parece divertirle ver cómo me juego el cuello día tras día, no permitiré al destino ni a nada ni nadie iniciar en mi vida una nueva desgracia usándome a mí, a mi chica y a mi bebé. Uno de los motivos por el que no quiero reconocer la existencia de Dios ni creer en la religión es porque pienso que Dios es para mí alguien cruel que no se preocupa por sus hijos y permite que les sucedan todo tipo de desgracias mientras se queda sentado en su trono observando todo lo que sucede en este mundo sin intervenir. No obstante, respeto aquellos que creen en ese Dios y deciden ser miembros de su séquito de fieles seguidores.

M.A se quedó algo desconcertado ante aquello, no entendía bien de que hablaba, ni a que venía decir aquello, pero es como si de alguna manera supiera que esa entidad, Dios tal vez, estaba escribiendo realmente su destino, el pasado, el presente y el futuro y él haría todo lo que fuera posible para cambiar ese trágico futuro que ese ente estaba escribiendo para él y que le propio Davis parecía que era capaz de intuir de alguna manera.

—¿Qué quieres decir con todo eso? ¿Es que crees que Dios o quien sea maneja los hilos de todos nosotros nos está llevando a alguna desgracia sin que nos demos cuenta tan solo para divertirse?

—Quien sabe, pero tan solo mira la situación actual, este es el inicio de una gran desgracia. Jessica está embarazada de un bebé cuya posibilidad de sobrevivir al día a día en este mundo es baja, Nicole ya no es la misma desde lo que sucedió aquel día con Michaela, la tipeja esa sigue con vida y es probable que nos quiera dar caza, por no hablar de que la piedra y la baliza están en su poder, además de que todos pudimos morir aquel día. Ley y los suyos han muerto, perdiendo así nuestra nueva vida con ellos en el búnker, perdiendo así aquel fragmento de futuro con final feliz. Muchos de los miembros del grupo están mal emocionalmente, por no decir prácticamente todos, ya se ha generado la primera disputa en el grupo entre Nicole y Eva, y nuestro destino es por ahora incierto, no tenemos un destino claro en estos momentos, nos movemos sin rumbo fijo. Si nada sucede ni nadie interviene, esta situación acabará en una gran desgracia, de eso no me cabe la menor duda. Ahora tengo amigos, voy a ser padre, tengo novia, estoy creando mi propio futuro poco a poco con todos vosotros, mi propia historia personal, mi propio futuro ya dio comienzo desde el momento en el que entré en el grupo, dando fin a una historia y un principio a otra—continuó explicando Davis con un extraño halo de misterio—Y... probablemente algún día transforme a mi novia en mi esposa, aun que debería de encontrar un anillo antes de proponerle matrimonio y a los testigos ya los tendría y bueno, supongo que algún que otro apaño se podrá hacer para celebrar una boda más o menos decente para estos tiempos y con lo que tenemos—añadió observando con una sonrisa el anillo plateado que había en uno de sus dedos y que Jessica le entregó durante los acontecimientos con la gente de Ley— Formar una familia, ser un buen padre, un buen esposo y estar rodeado de mis amigos... No sería tan mala idea, por fin sería un final feliz para mí tras haberlo ido perdiendo todo durante el transcurso de mi historia, mi familia, mis amigos, mi hogar, mi futuro... Supongo que esto es por lo que realmente tuve miedo en aquella misión y volví sobre mis pasos con Alice y Nicole, tenía miedo a perder este futuro que estoy creando con todos...— susurró el joven con una triste sonrisa. Davis volvió a mirar seriamente a M.A— Pienso que vosotros deberíais moveros también, nada cambiará si nos quedamos sentados tan solo lamentándonos. Esta es nuestra historia y de nadie más. Somos nosotros los que escribiremos nuestro futuro sin permitir que nadie más lo manipule, por eso mismo, porque creo en el futuro y quiero ser positivo, no solo yo lucharé para llegar al final feliz de esta historia, todos lo haremos. No podemos dejar que Dios o cualquier otra persona como Michaela sean los que nos lleven al futuro que ellos quieran, nosotros somos los únicos que podemos interferir en sus planes para llegar al futuro que queremos para nosotros, nosotros somos los únicos dueños de nuestras vidas.

M.A se quedó un momento embobado mientras en su cabeza analizaba todo aquello que acababa de escuchar y buscaba algún sentido— ¿Crear nuestro futuro? ¿Llevar esta historia a un final feliz? ¿Realmente es eso posible, Davis? Estoy cansado de todo y no soy el único que está perdiendo toda esperanza en la vida. Desgracia tras desgracia aparece en el transcurso de nuestra historia y todo parece que lleva a un fatídico final para todos... ¿Realmente es posible crear un final feliz en este mundo de desgracias? —preguntó un M.A semi ausente.

—Quiero tener esa esperanza compañero, si para otras personas del mundo ha existido esa esperanza y ese final feliz para ellos ¿Por qué nosotros no podemos obtener tampoco ese final? Quiero proteger a toda costa mi futuro con Jessica y mi hijo. Pero también quiero proteger ese futuro que tengo con vosotros, como grupo o familia mejor dicho, quiero protegeros a todos. Tras lo de Ley, cuando la abandoné, pude sentir la culpabilidad y en parte sentir lo que Nicole siente respecto a la culpabilidad por traicionar a los demás, no sé si será igual o no a lo que ella siente, en verdad lo dudo, pero ese sentimiento es realmente asqueroso, te sientes como una basura humana por traicionar a aquellos que confían en ti. Tampoco pude evitar pensar en que cuando vi a Ley herida siendo cargada por Johnny, en que hubiera pasado si esa en vez de ser Ley fuera Jessica quien hubiera estado en esa situación. Quiero dejar a Jessica y mi hijo con alguien que los cuiden si a mí y a Nicole nos llegara a pasar algo, pero no puedo pedir eso sin hacer yo eso mismo.

—Comprendo. Yo por ahora no tengo esperanzas Davis, pero si tú las tienes, ojalá logres ese futuro que estás creando, de verdad, ojalá exista algún final feliz para ti y para todos...

—Yo también espero que todos logremos un final feliz. Y lo siento una vez más, tú estás mal por lo de Ley y yo estoy aquí contándote mis problemas. Debería de ser yo quien te esté escuchando M.A —Se disculpó el joven.

—No importa, desde ese día me di cuenta de que te sucedía algo, te notaba bastante preocupado, tenías remordimientos por abandonar la misión. Tú me ayudaste haciéndome sentir mejor aquel día en el hospital y volviste a por mí cuando la Chimera me capturó separándome del resto del grupo, por lo que sentí que debía de devolverte el favor y escuchar tu confesión.

—Gracias M.A. Si lo necesitas me tienes aquí para desahogarte, sé que lo estás pasando mal por lo de Ley, estoy dispuesto a escucharte si quieres. Como amigo estoy para algo más que echar unas risas.

M.A no dijo nada al momento, tan solo se limitó a mirar en silencio a través de una de las ventanas pensando si contarle a Davis como se sentía le ayudaría, pero aun desahogándose con él, sabía que su hermana no volvería a la vida, lo pasado, pasado está y no pueden ser cambiados los acontecimientos escritos en el libro de la vida.

Los lastimeros gemidos salían del interior del interior del almacén clamando por la libertad. Reflejándose en las llamas de la antorcha, una sombra femenina se materializó frente a la puerta metálica del almacén, lentamente, la figura de Nicole se acercó a la puerta de metal y dirigió su mano al cerrojo de seguridad. Maya cayó de rodillas al suelo apretando los dientes con fuerza mientras sentía como su cabeza estaba a punto de reventar, como si alguien dentro de ella se estuviera limitando a pegarle martillazos a su cerebro con la intención de joderle la noche a su propietaria. Agarrando su cabeza con fuerza tratando de que no explotara, comenzó a escuchar un potente pitido que no le permitía escuchar a Inma hablándole desde la cocina. Las ardientes llamas de la chimenea se contorneaban como serpientes, así como el suelo parecía moverse a un lado y a otro como si se encontrara en un barco en alta mar. Trató de ponerse en pie, pero sus reflejos estaban totalmente alterados y no era capaz de dar ni un solo paso sin estar al borde de precipitarse contra el suelo debido al fuerte mareo que estaba sufriendo.

Entonces una ráfaga de imágenes se materializaron rápidamente en su mente: Una mano sujetando una antorcha en lo alto, un silbato, una especie de edificio casi totalmente sumido por la oscuridad de la noche, un conjunto de piernas de un grupo de personas caminando unas cercas de otras. Y de repente todo se detuvo, Maya cayó sobre sus rodillas al suelo, sintiéndose liberada de la presión. Inspiraba y expiraba fuertemente abrazándose así misma. ¿¡Qué había sido eso!? Era todo tan real que pudo sentir el calor de la llama de la antorcha, un olor desagradable... ¿Era algún recuerdo suyo? Imposible, no había cogido ninguna antorcha en ningún momento. Maya retrocedió asustada ante aquella serie de visiones que invadieron su mente de golpe. ¿Qué demonios le estaba pasando?¿Primero perdía sus poderes y después aquello? ¿Sería algún tipo de efecto secundario debido a la pérdida de las habilidades de Agua Gris? ¿Algún efecto secundario? Sí, parecía lo más probable. 
¿Pero en que lugar estaba ese edificio? Se le hacía familiar, pero con las sombras de la noche era difícil de identificarlo, solo había visto que sus puertas parecían de hierro y tenían una cerradura del mismo material. Respecto a la antorcha, ella no había sujetado ninguna en ningún momento, no era un recuerdo suyo, entonces, ¿de quien era ese brazo? Dios... ¿sería que el Vodka se le había subido a la cabeza? Solo se había tomado dos vasos pequeños, tal vez tenía poca resistencia con el alcohol, como Nicole. ¿Se estaría volviendo loca? Nicole... ¿ella no estaba por ahí fuera? La cabeza de la joven se inundaba de sus propios pensamientos.

—¿Maya? ¿Sucede algo? —preguntó Inma llegando de la cocina. —Te ves muy pálida. ¿Estás bien? —preguntó preocupada al verla de pie en mitad del salón aún sujetándose la cabeza.

—Oye Inma, ¿te suena que haya algún edificio con una puerta y cerradura de metal en el que colocarais alguna antorcha? —preguntó insegura tomándose a sí misma como loca por tratar de creer en aquellas alucinaciones como verídicas.

—Sí, el almacén en el que encerramos a los zombies esta tarde, ¿recuerdas? Estuvimos llevándolos hacia allí mientras Adán los atrajo usando un megáfono y un silbato. —respondió Inma extrañada por la pregunta. —¿Por qué lo mencionas?

La joven castaña sintió de repente encajar todas las piezas en su cabeza, ahora lo tenía claro. Aquel edificio era el almacén, el silbato era el que había usado Adán, aquel conjunto de piernas y ese mal olor se trataban de los zombies, y aquella mano solo debía de pertenecer a alguien de la otra casa, puesto que en la suya se encontraban ya ellas dos, los hermanos y Puma.

—Hey, Maya, oye... ¿estás bien? ¿estás enferma? —se preocupó su prima zarandeándola de los hombros percatándose de lo pálida y sorprendida que se puso tras escuchar su respuesta. —¡Maya!

La castaña finalmente reaccionó a los zarandeos. —Sí, estoy... ¿bien? —respondió con cierta lentitud.

—¿Bien? Pensé que te había dado algo, estaba a punto de pegarte un guantazo para espabilarte. —la regañó su prima soltándole los hombros. —Vamos, no me asustes así. ¿Qué te ha pasado? ¿Estás tratando de gastarme alguna especie de broma? — La castaña no respondió a ninguna de las preguntas de su prima, optó por callarse una vez más pensativa. —Tú le has dado a la botella mientras no estaba mirando, ¿me equivoco? 


—Inma, necesito que me traigas mi martillo de guerra y mi traje. —solicitó la joven seriamente.

—¿Y eso? ¿Para que lo vas a usar? —preguntó extrañada por tal solicitud.

—Es difícil de explicar, pero digamos que he tenido una corazonada y quiero ver si es cierta. Necesito que vengas conmigo.

—Está bien. —Inma no quiso continuar atosigando a preguntas, parecía que algo preocupaba a su prima y como iría con ella acabaría por descubrir de que se trataba. —Vuelvo en un momento.

Fuera la temperatura había bajado bastante y todo estaba realmente oscuro, de no ser por las antorchas, Inma no habría sido capaz ni de verle el rostro a su prima, con quien caminaba al lado. —¿Y que es lo que quieres comprobar en el almacén? Ya puede ser algo importante para abandonar el calor de la chimenea y salir aquí con el frío que hace...—se quejó la joven sin poder evitar temblar de vez en cuando al sentir el frío helando sus huesos.

—No seas pesada, ya te he dicho que ya lo verías. Si mi corazonada es cierta,entonces habrá sido buena idea salir al exterior.

No les tomó demasiado tiempo llegar al almacén, ya desde lejos pudieron verlo, obligándolas a sorprenderse ante lo que vieron.

—Dios mio... ¡¡La puerta está abierta, Maya!! ¡¡Alguien la ha abierto y los zombies no están!! —informó de un hecho bastante obvio ante el problema que eso presentaba —¡¡Tenemos que informar a los demás!!

Maya de inmediato sujetó del brazo a Inma impidiendo que se marchara. —Espera un momento, tengo que comprobar algo... —insistió la chica mostrándose más calmada que su prima debido a la reacción que provocó el comprobar que aquella corazonada era cierta.

Maya colocó la mano sobre la cerradura de metal y de inmediato aquel fenómeno se produjo de nuevo haciéndola arrodillarse en el suelo. Inma de inmediato se acercó a ella asustada ante aquella repentina reacción llamándola una y otra vez por su nombre mientras la zarandeaba. Y ahí vino una vez más: Una de las entradas a la aldea con un vehículo rojo, árboles, un lago parcialmente congelado y... aquellas últimas imágenes pasaron rápido, una mujer vestida con un traje anti radiación sujetando la antorcha en la mano y un machete Kukri en otra decapitaba a varias sombras humanas que la acorralaban, y finalmente, la mujer con el traje totalmente rasgado yaciendo en el suelo con sus tripas cruelmente sacadas hacia fuera y desperdigadas sobre un manto de hojas doradas. De inmediato aquel malestar cesó.

—¡¡Nicole!! —pronunció Maya con gravedad poniéndose en pie. Si esa corazonada era cierta, predecía la muerte de la mujer del Kukri, y ese tipo de machete solo lo poseía Nicole— ¡Inma! ¿¡Hay alguna salida de la aldea tapada con algún vehículo rojo!?

La joven tardó en responder al ver el rápido cambio de humor en Maya. —Emm... Sí, por allí a la izquierda hay una entrada que Puma y Eva bloquearon con un coche rojo... ¿Qué sucede? —quiso saber extrañada por la preocupación en el rostro de su prima.

—Antes en la casa tuve una corazonada en donde vi una serie de cosas en mi mente, entre ellas el almacén. Ahora he tenido otra de esas visiones y he visto a Nicole morir en el sitio ese donde está el lago y la fosa donde se quemaron los cadáveres de lo zombies que matamos esta tarde. —respondió seriamente. —Nicole está en peligro.

A Inma le costó creer lo que le había dicho, incluso llegó a plantearse por un momento si le estaba tomando el pelo, pero no era propio de ella en una situación como esa en la que una veintena de zombies andaban por ahí sueltos ponerse a bromear, y aun más de aquella manera tan seria, por lo que decidió creerle por ahora, aunque no entendiera nada. Las primas corrieron hacia la entrada que Inma señaló y al llegar vieron el vehículo apartado, dejando la entrada abierta. A medida que continuaban alumbradas por la antorcha que cogieron del almacén, podían escuchar una serie de gemidos y gritos de entre los árboles.

Embutida en un traje de radiación, Nicole aporreó la cabeza de uno de los podridos con la antorcha atontándolo por unos instantes, momento que usó para empalarle la mandíbula inferior. Varios cadáveres yacían por todo el terreno, al menos una docena de ellos habían sucumbido a la ira de la rubia, quien entre gritos de guerra e improperios se desahogaba con cada golpe y cada machetazo que le daba a sus víctimas no muertas. Cuando llegaron saliendo de entre los árboles, Nicole decapitó la cabeza del último caminante que se encontraba aún en pie. Entre jadeos, sus hombros bajaban una y otra vez por el agotamiento tras el esfuerzo utilizado en aquella masacre.

—¡¡Nicole!! —la voz de Maya hizo que la rubia, quien estaba dándoles la espalda, se girara para ver a las primas juntas correr hacia su posición. —¿¡Estás bien!?

—Sí... Estoy bien... —la sorpresa de Nicole era bastante notable, no esperaba que aquellas dos llegaran allí y descubrieran lo que estaba haciendo. —¿Qué demonios hacéis aquí?

—Eso deberíamos de preguntarte nosotras. ¿A que vino liberar a esos zombies? Si se hubieran escapado, podría haberse montado una buena en la aldea. —regañó Inma ante tal acción.

—Lo siento, pero necesitaba desahogarme tras mi discusión con Eva, tenía que calmar mis nervios y estar un rato sola para no pagar mi ira con nadie... Y aprovechando que iban a matarlos mañana, ya he aprovechado para hacerlo yo esta noche y adelantar el trabajo.

Maya la miró pensativa mientras hablaba con Inma, en aquella visión la había visto muerta con sus tripas hacia fuera... ¿Podría ser que no todo lo que viese tuviese por qué suceder? Entonces Maya se percató que aún quedaba un podrido arrastrándose en el suelo, pero no podían verlo debido a la oscuridad de la zona, tan solo eran capaces de oírlo.

—¿Dónde coño se habrá metido ese? —preguntó algo irritada con que uno de ellos hubiera sobrevivido a sus ataques.

Inma y Maya la vieron alejarse un poco alumbrando con el Kukri en una mano y la antorcha en otra. ¿Tal vez aquel zombie mataría a Nicole? ¿A pesar de que lo estaban escuchando arrastrarse? Maya fue junto con Nicole para asegurarse de que mataba a aquel zombie, y a esta la acompañó Inma. Collins estaba quieta a unos pocos metros de distancia alumbrando en la oscuridad.

—Mmmm... ya no se escucha. —comentó Inma tras la espalda de Maya.

—¿Lo has matado ya, Nicole? —quiso cerciorarse Maya.

Pero no obtuvo respuesta alguna. —¿Nic... —la pregunta se vio interrumpida cuando los ojos de Maya vieron algo al tiempo que Nicole hacía un leve movimiento con el Kukri.

Inma chocó con la espalda de Maya, quien se detuvo de inmediato. —¿Maya? ¿Nicole? ¿Qué suce... —un extraño sonido detuvo la formulación de la pregunta de Inma y lentamente alumbró a donde lo hacía Nicole.

Frente a ellas, con unos ojos brillantes de un peligroso color amarillo y un tamaño considerable, una bestia mutante de aspecto felino manchaba su hocico de la sangre de su zombificada presa tendida en el suelo. Lentamente, el puma levantó la cabeza contemplando a las tres chicas mientras se relamía con la lengua la sangre que tiñó su boca.

—No hagáis movimientos bruscos... —susurró Nicole ante la amenaza que presentaba ese sigiloso animal que había pasado desapercibido oculto entre las sombras de la noche a tan corta distancia de ella.

Nicole juraría que había estado acechándola por la poca distancia que había entre el gran felino y ella, la suficiente como para derribarla de un salto tirándola al suelo. Maya lo entendió en ese momento, aquel animal salvaje había estado acechando a Nicole desde las sombras, y en un descuido de esta, la criatura había saltado encima de ella propinándole letales mordiscos mientras trataba de comérsela viva, impidiendo a Nicole incorporarse por el peso que el animal habría ejercido sobre ella de haber caído tras pegar algún salto. Al comprenderlo no pudo evitar estremecerse.

Inma se pasó la antorcha de la mano derecha a la izquierda y desenfundó lentamente la pistola, Maya por su parte sujetó el mango del martillo con ambas manos y Nicole sujetó con más fuerza el Kukri que anteriormente había pertenecido a Michaela. El gran felino no paraba de mirarlas con aquellos ojos grandes ojos amarillos intimidadores mientras emitía un gruñido por lo bajo. El animal sacó sus afiladas garras de las espalda del zombie y dio un paso adelante, con cautela sin dejar de mirar fijamente a las tres chicas.

—Tened mucho cuidado, chicas. Estad alertas. —susurró Nicole poniendo el filo del machete por delante. —Retroceded muy lentamente y preparaos para lo peor... —advirtió al percatarse que a cada paso que ellas retrocedían, la criatura daba otro hacia adelante...

La luz de las antorchar bañaron por completo el cuerpo del gran depredador felino, mostrando sus alteraciones corporales a efectos de la radiación. Su pelaje de tonalidad canela presentaba multitud de calvas, y en aquellas zonas desprovista de pelo crecían pequeñas montañas compuesta de las agrupaciones de pequeños bultos rojos. Su tamaño era considerablemente mayor a al de un puma normal, lo que junto a sus grandes ojos amarillos dotaba al animal de una presencia intimidadora. Con elegantes, lentos y silenciosos pasos cautelosamente se acercaba a las tres chicas sin perder de vista ninguno de sus movimientos. El animal gruñió mostrando aquellos grandes y afilados colmillos alertando al grupo de chicas.

La criatura sin previo aviso se precipitó contra Nicole pegando un gran salto, pero rápida en reflejos logró apartarse a un lado, obligando que como consecuencia a ello el animal separara a Maya y Nicole de Inma, estableciéndose el mutado felino entre las tres chicas. La joven de la pistola no dudó en apuntar a la criatura en cuanto esta se giró para mirar a su prima y a Nicole. Un par de balas de nueve milímetros se incrustaron en sus muslos, obligando a la criatura a gruñir en alto cambiando de objetivo. El puma comenzó a andar ligero hasta emprender un segundo salto hacia Inma, quien en un golpe de suerte intentando huir dándole negligentemente la espalda al animal, sus pies tropezaron con el cadáver de un zombie haciéndola caer al suelo, en ese mismo instante pudo percatarse de cuanta suerte había tenido, cuando sobre su cabeza pudo ver al animal saltando por encima de ella.

La joven rápidamente se levanto y pegó un pequeño salto hacia atrás al ver venir rápidamente las afiladas garras del animal por el lateral izquierdo y de inmediato, por su propio impulso de supervivencia y la adrenalina que recorría todo su cuerpo, se atrevió a golpear en repetidas ocasiones el rostro del felino con la antorcha, aturdiéndolo y haciéndolo retroceder entre gruñidos víctima de los golpes y la ardiente llama que lo abrasaba mientras escuchaban los pasos de Nicole y Maya dirigirse hacia ella rápidamente.

Pero la criatura viendo venirse los repetitivos golpes, lanzó a ciegas un zarpazo por el lateral derecho, por suerte el mango del martillo de guerra se interpuso entre la garra de uñas curvas y el torso de Inma. La joven de la pistola retrocedió varios pasos, tratando de guardar distancias con la bestia, esta embistió a Maya lanzándola al suelo. Las temibles fauces del animal se abrieron con el fin de arrebatarle el rostro a la humana de un solo bocado, pero lo único que logró probar fue el mango del martillo de Maya, quien velozmente lo interpuso entre su rostro y el animal. Inma histérica ante la visión de su prima volviéndose comida para gato, alzó la pistola, pero en vano no fue capaz de apretar el gatillo sin dudar de que su disparo pudiera alcanzar a Maya.

El hambriento animal abría y cerraba una y otra vez sus potentes fauces haciendo crujir el mango del martillo. Nicole pasó velozmente por el lateral de Inma y continuó hasta colocarse en el flanco izquierdo del animal, tan rápido como se localizó a al lado de la bestia clavó su Kukri todo lo profundo que pudo en su costado, y con la misma velocidad dejó caer la antorcha para desenfundar su segundo Kukri y clavarlo profundamente en la columna del felino, ejerciendo un movimiento de un cuarto de muñeca con ambos machetes agravando la herida. La criatura chilló por el daño recibido y Nicole sacó los dos filos de los machetes del interior del cuerpo del animal. La criatura corrió quitándose de encima de Maya y alejándose de las chicas retorciéndose entre agudos chillidos de dolor. Maya nada mas incorporarse se abalanzó contra el animal mientras se estremecía de dolor. Cuando la criatura escuchó las pisadas de Maya y dirigió su mirada hacia ella, la bestia trató de zafarse por un lateral, pero irremediablemente el martillo de Maya golpeó violentamente la pata derecha trasera a tiempo, pudiendo escuchar el hueso crujir.

El animal cayó al suelo ante el impacto entre fuertes gruñidos, pero su sed de sangre y hambre no lo detenía, la bestia trató de levantarse y cogeando, intentó ir a por Inma. Nicole advirtió a sus compañeras para rematar al animal y de inmediato lo acorralaron por ambos lados y por el frente. Nicole clavó una vez más sus Kukris en el costado izquierdo del animal, al mismo tiempo que Maya hacía impactar el martillo contra el costado derecho. El puma chilló agudamente de dolor ante ambos ataques recibidos, Inma alzó la pistola y acabó por rematar al animal de dos disparos a la cabeza. Finalmente lograron abatirlo y el animal cayó yaciendo muerto al suelo cubierto de sangre.

—Lo logramos... —pronunció Maya entre jadeos.

—Menos mal que aparecisteis, dudo que yo sola hubiera podido contra ese animal... No pensaba que pudiera haber pumas por la zona. —respondió Nicole percatándose de lo cerca que pudo haber estado de morir de no haber llegado a aparecer las primas. —Gracias.

—No solo eso Nicole, ese animal estaba acechando en busca de presas y la aldea esta cerca de aquí, es muy probable que hubiera entrado a la aldea atraído por nuestra presencia en ella, ni el coche ni el muro hubieran sido obstáculos para ese animal. Si hubiera entrado mientras la gente dormía se habría producido una tragedia.

Maya se quedó pensativa ante lo que acababa de decir Inma. Si no le hubiera hecho caso a esas corazonadas... ¿Significaría que Nicole habría muerto y el puma hubiera entrado a la aldea mientras todos dormían en busca de presas? Si eso era cierto... ¿Acababa de cambiar el futuro al ir con Inma en busca de Nicole? Debido a que la encontraron a tiempo, la habían ayudado a matar al animal, y al morir este, tanto Nicole como la gente de la aldea se habían salvado del depredador.

—Cierto, fue un alivio el teneros aquí.

—Creo que deberíamos de volver a la aldea. Recuerda que tengo que tratarte la herida de la mano, Nicole.

—Claro, Maya.

El trío femenino volvió sobre sus pasos de vuelta a la aldea, dejando allí abandonados los cadáveres de los zombies y el animal mutante. Jessica abrió los ojos tras escuchar la puerta cerrarse lentamente, no se incorporó al momento ni extrañó la presencia de Davis, ya se estaba acostumbrando a que el joven trasnochara saliendo a pasear cuando su mente estaba demasiado ocupada buscando soluciones a problemas actuales como para poder conciliar el sueño.

La joven miró al techo y soltó un pesado suspiro. Con lentitud comenzó a masajear su vientre dibujando pequeños círculos mientras semi ausente contemplaba el techo en el más absoluto silencio bañada por las oscuras sombras y por la tenue luz de la luna que se proyectaba a través de la ventana que había al lado de la cama en la que yacía tranquilamente. Jessica se incorporó sentándose en la cama, mirando hacia la ventana. La joven colocó sus largos cabellos oscuros tras los hombros, sentada, se agarró de las rodillas y observó la luna, la cual, como si de un gran ojo se tratara, parecía ser quien la observaba a ella a través de la ventana en vez del caso contrario.

El destino es realmente curioso. La manera en las que las cosas suceden, como las historias de unos y otros se entrelazan creando un madeja de historias diversas y al mismo tiempo una en concreta, como las relaciones, las personas, los sentimientos e historias se crean y se destruyen tan rápido. Realmente somos tan débiles, tan frágiles que ni el más poderoso de los humanos es capaz con todos sus conocimientos, armamento, experiencia, poder y entrenamiento sobrevivir solo en un mundo cuya historia está plagada por la desgracia allá por donde se mire, un mundo donde la muerte se mueve a sus anchas con una venda en los ojos y blandiendo su guadaña agitándola sobre culpables e inocentes sin excepción alguna, solo por diversión. Ese mundo es este mismo en el que yo habito junto a este pintoresco grupo. Nadie puede sobrevivir solo, este mundo es un juego de la supervivencia en el que la mejor opción para alargar aún más tu supervivencia, es aliarte con otros y formar un grupo. Soy consciente de que de no ser por este grupo, yo ya habría muerto, pues si no te matan los zombie, la radiación o los mutantes, será la propia soledad lo que te mate, pues el estar solo significa que no tienes a nadie que se preocupe por ti y nadie de quien preocuparte tú y eso es no tener nada por lo que realmente sobrevivir y mantener la cordura. Al fin y al cabo, el corazón no muere cuando deja de latir, el corazón muere cuando los latidos no tienen sentido, lo peor de la tristeza es que te ciega y pierdes el rumbo. Me pregunto si el corazón de alguien o algunos de este grupo está latiendo de esa horrible manera llevados por la tristeza, latiendo sin ningún sentido.

La joven pensó en aquello último teniendo en cuenta todos los últimos sucesos que habían tenido lugar y el estado emocional de la gran mayoría de integrantes del grupo, pues había sido capaz de ver en algún momento en los ojos de muchos, el brillo de la indiferencia, un brillo lúgubre y vacío que significaba que alguien vivía sin objetivo alguno siendo incapaz de valorar lo que tiene en ese momento y con la descabellada capacidad de apostar su vida con la parca sin estúpidamente.

Sin duda a veces me llama la atención este mundo, es tan irreal pero al mismo tiempo tan real, que me hace sentir como el personaje de una novela, película o videojuego de ciencia ficción y terror creado por una serie de personas para entretener a un público que tan solo quieren ver muerte y destrucción en esa historia, gente que se aburren de los finales felices y pacíficos y tan solo se contentan con ver como esos personajes sufren pasando por desgracias. Puede que sean delirios míos, pero, ¿seremos nosotros personajes de alguna novela, videojuego o película? ¿Será que nuestros destinos e historias han sido escritos por un Dios? ¿O quién sabe si por un conjunto de Dioses? Al fin y al cabo también existe el politeísmo. Yo ya no sé en qué pensar ni en que creer, ya nada me sorprende ¿qué hay más loco e imposible que ver a los humanos volviéndose grotescos mutantes, los muertos volviendo a la vida para comerse a los vivos, organizaciones secretas, extraños virus, artefactos con extraños poderes, súper villanos con ejércitos y su propio imperio, humanos con poderes dotados por virus, y demás cosas que he visto o escuchado de cada uno de mis compañeros? Parece todo esto tan irreal que a veces me cuesta creer que esto es la realidad...

Pensó Jessica antes de ponerse en pie y dirigirse a la ventana para mirar al exterior, el cual yacía tranquilo y silencioso en aquella pacífica aldea desprovista de amenaza alguna y sobre esta, en el cielo nocturno, un mar de estrellas y una gran luna llena podían apreciarse. Hermoso, aquello era simplemente hermoso para un mundo como aquel, sin importar lo que sucediera en la Tierra, la luna y las estrellas emergerían cada noche para bañar a los vivos entre sus luces deleitándolos con sus hermosas presencias en el oscuro firmamento.

Tengo que reconocer que me siento extraña y no hablo de mis cambios hormonales en los que a veces me siento increíblemente sensible y llorona y en otras ocasiones me irrito con cualquier tontería. Me siento extraña porque siento que he cambiado, quien sabe si es por el embarazo, por lo que me sucedió en la base de Michaela o por ser la única superviviente de mi grupo perdiendo así a mi familia y amigos, pero me siento débil, me siento el miembro más débil del grupo, así como de la relación de pareja con Davis y tengo la sensación que él también me ve como la débil de la relación. No quiero ser ni la débil de la relación ni la del grupo, quiero seguir los pasos de Inma y entrenarme, quiero ser fuerte y no sentirme un parásito que necesito de Davis o del resto para sobrevivir. Dios, ¿por qué siento que he cambiado a peor? ¿Por qué yo misma me veo de este modo? No soy una inútil, es verdad que no soy una mujer de acción como Nicole o Eva, pero no soy tampoco una inútil, no tendré una excelente puntería, pero sé disparar, no soy una maestra con el manejo del cuchillo, pero conozco algunos movimientos básicos, tampoco sabré pelear cuerpo a cuerpo, pero puedo forcejear de cualquier forma por mi vida, no soy una experta en supervivencia, pero tengo algunos conocimientos del tema. Sí, yo Jessica Harper no soy más que una simple estudiante, una civil que no ha tenido entrenamiento alguno, que siempre he estado acompañada por alguien a lo largo de mi vida que cuidaba de mí, ya bien sean familiares o amigos, que nunca ha tenido la necesidad de entrenarse para sobrevivir en un mundo como este, tan solo soy una chica corriente del montón que hacía mi vida como cualquier otra chica corriente de mi edad... pero a pesar de eso, puedo ir tirando con lo poco que sé. No obstante, sé perfectamente que lo que yo sé por mí misma no me hace ganarme demasiadas papeletas para sobrevivir en este mundo, pues cada vez que salimos de una desgracia entramos a otra peor y así sucesivamente, haciéndose la supervivencia una cuesta cada vez más hacia arriba y si he sobrevivido hasta ahora en este mundo, es porque siempre he tenido a alguien a mi lado, como a mi padre y mi hermano, el consejo o Davis y Nicole entre otras personas que han cruzado sus historias con la mía.

Jessica apretó los puños sintiendo rabia mientras contemplaba su rostro en el vidrio de la ventana. Comparada a la gente del grupo, Jessica tenía una imagen débil de sí misma respecto al resto.

Yo quiero seguir los pasos de alguien como Inma o Adán, admiro a ambos porque ellos son como yo y aun así, han sido capaces de seguir adelante y volverse fuertes para proteger a aquellos a los que aman. No quiero ser una carga para Davis, no quiero que me vea como la débil de la relación, no quiero que me vea así ni él ni nadie del grupo. Siento que desde que me quedé embarazada, Davis me ve como si fuera una muñeca de porcelana que guardo un tesoro tan frágil como el cristal en mi interior y si acabo rota o agrietada, el frágil tesoro puede destruirse junto conmigo y por eso evita que me involucre en cosas peligrosas dejándome en el banquillo ante cualquier situación de esa naturaleza, pero esto mismo lo hace una carga más para él, pues tiene que estar pendiente de mí en todo momento. Así mismo siento que tras entrar al grupo y ver lo experimentados que son todos aquí en comparación a mí, yo me he relajado y he tomado un rol demasiado pasivo dejando que los otros se encarguen de los problemas mientras yo les deseo la mejor de las suertes para sobrevivir a aquello que se cruce en nuestro camino. He cambiado, lo sé, yo antes enfrentaba a las amenazas involucrándome cuando tenía que hacerlo, saliendo al escenario en vez de quedarme tras las sombras, me mostraba más participativa y activa a la hora de involucrarme con el grupo, no dejaba que fueran otros quienes hicieran el trabajo sucio o tomaran decisiones por mi sin hacer o decir yo nada, así era yo cuando estaba con mi grupo en el pasado.

Pero desde que estoy aquí, la situación ha cambiado por completo. Aún recuerdo los rostros de aquellos niños a los que salvé de unos zombies varios meses atrás o tal vez hará ya medio año, quien sabe cuánto hace ya de eso... De no haber sido por mi intervención, aquellos inocentes niños que simplemente jugaban al escondite en una casita que a primera vista parecía segura mientras los mayores buscábamos recursos en aquel pueblecito, hubieran muerto devorados por esos seres que se escondía en los rincones de la casa. Si, hace ya tanto tiempo desde aquel trágico día, aquel día... Tras ese momento, un grupo de mutantes nos atacó y perdí a mi padre y mi hermano además de varios integrantes del grupo. Es curioso lo rápido y lento que puede pasar el tiempo, hará ya como medio año desde ese día y aún lo recuerdo como si hubiera sido hace tan solo dos días, al igual que el día en el que perdí finalmente a todo el grupo siendo la única que salió viva de allí cuando los mutantes atacaron el refugio. Los gritos, llantos, disparos, rostros, los rugidos, la sangre... todo está en mi memoria.

Davis, no puedo dejar que seas tú el único que me proteja, yo también debo de protegerte a ti, no puedo quedarme sentada de brazos cruzados mirando cómo te pones en peligro sin hacer yo nada. En verdad te lo agradezco, cariño, pero no puedo dejar que te preocupes de mantenerte tú mismo a salvo y al mismo tiempo a mí y a nuestros amigos. Por esto le pediré a Nicole, quien es para mí una de las chicas más entrenadas del grupo junto con Eva, que me enseñen cosas, que me entrenen para volverme más fuerte y dejar de ser un miembro pasivo en el grupo. Sin duda alguna, las cosas cambiarán conmigo Davis, ya me cansé de estar descansando tras tu sombra y de la del resto.


Jessica se cruzó se brazos y se apoyó en la pared, al lado de la ventana por la que se filtraba la luz de la luna. En silencio, contemplaba semi ausente la estancia parcialmente a oscuras mientras aún seguía debatiendo con ella misma acerca de lo que haría de cara al futuro.

Respecto al bebé, me pregunto si será niño o niña y que nombre le pondremos en un caso u otro. Creo que debería de hablar con Davis sobre el nombre del bebé de ser niño o niña, sería entretenido hablar de ello, aunque quizás sea algo pronto ir buscando ya un nombre. Hay otras cosas respecto a este asunto que me preocupa más, su futuro. Me pregunto de nacer, como lo protegeremos ante los efectos de la radiación, como cuidaremos de él si enferma, si lograremos proteger su vida siempre ante un mundo plagado de mutantes, zombies y humanos lunáticos como la gente de Michaela entre otras amenazas, si podremos darle en algún momento un lugar fijo y seguro en el que crecer o deberá de estar moviéndose por ahí con nosotros como solemos hacer sin establecernos en ningún sitio fijo o darle todos los recursos que necesita como alimentos o ropa. Cuidar de esa vida será todo un reto y para ello necesitaré a Davis a mi lado, yo sola no creo que sea capaz de lograr todo eso, y no solo Davis, también a Nicole y al resto para darle un ambiente, una familia en donde crecer.

Una familia, eso es lo que le quiero dar a mi bebé, una familia más allá de Davis y de mi como principales componentes de esta. Para que este grupo pueda ser realmente fuerte y llamado realmente familia, habría que unificar y crear lazos entre todos los miembros del grupo, logrando de este modo que todos actúen como un único grupo en el que todos se preocupen por todos y no solo de ellos mismos o de los amigos que tienen en el grupo. Así se crearían relaciones más allá de la relación de compañerismo formada por la necesidad de cooperar y sobrevivir entre ellos. Un grupo en el que todos sean amigos y los una la amistad en vez de una relación “laboral”, creando nuevas relaciones entre personas que no tienden a tener demasiado trato como por ejemplo Davis con Puma, Maya con Adán, Alice con Eva y así con todos los miembros que apenas se relacionan entre ellos salvo que la ocasión lo requiera. Yo por mi parte, exceptuando a Davis y Nicole, me relaciono un poco más con M.A, Maya e Inma, por mi parte debo de contribuir en esto sí quiero hacer que todos sean un único grupo de amigos y supervivientes, por lo tanto, aun que me cueste un poco, debo de acercarme más al resto como está haciendo Davis y relacionarme con todos. Mientras esto no suceda, desde mi punto de vista este grupo no será una familia ya que a la hora de la verdad está segmentado en grupos de amigos y cada uno solo se va a preocupar principalmente por ellos mismos y de sus amigos y esto hace que el grupo sea débil y vulnerable, al fin y al cabo, la unión hace la fuerza y si no estamos todos unidos, no seremos realmente un grupo fuerte y por lo tanto puede que un día nos topemos con una amenaza que nos destruya como grupo y posteriormente a cada uno de sus integrantes.

Jessica bostezó víctima del sueño y tras estirar su cuerpo decidió volver a conciliar el sueño volviendo a la cama. Probablemente no fuera buena idea esperar despierta a Davis, sabía que al joven le gustaba pensar dando largos paseos solitarios y silenciosos en la tranquilidad de la noche, ya le preguntaría que le estaba preocupando y si él quería se lo contaría al día siguiente, aunque sabía que probablemente su problema seguía siendo que se sentía mal por haber dejado a Ley, Puma, Eva y a la gente de la pelirroja aquel día atrás, sin duda lo mejor era no agobiarlo y dejar que pensase todo lo que quisiera, ella estaría dispuesta a escucharle y ayudarle si él venía de nuevo a ella con esa incomodidad.

Mi futuro, por el que lucharé para lograrlo será tener a mi hijo y cuidarlo junto con Davis dándole una familia además de a sus dos padres, el grupo. Para lograrlo, de cara a ese futuro, yo misma cambiaré mi rol en el grupo, entrenaré, me volveré fuerte y me relacionaré con todos para ser realmente un verdadero integrante de este en todos los sentidos, se acabó esconderse tras la sombra de Davis y los demás dejando que ellos se ensucien las manos enfrentado los problemas. Se acabó ser la marginada del grupo, a partir de ahora construiré relaciones con todos y contribuiré en formar esa familia que quiero que sea el grupo uniéndolos poco a poco y finalmente, continuaré estudiando medicina leyendo libros y pidiéndole ayuda a Maya para que me enseñe cosas, al fin y al cabo ella es de entre el grupo quien mejor sabe de este asunto, sé que muchas veces ha tratado a la gente del grupo cuando han estado heridos, no obstante creo recordar que Inma me dijo que Maya nunca estudio medicina por lo que ella sabía, por eso mismo me pregunto cómo sabe tratar las heridas del grupo. De igual forma, quiero aprender medicina, quiero tener un rol no solo activo a la hora de enfrentar una amenaza, también quiero tener un rol de apoyo en este grupo y ayudar a Maya a tratar a esta gente cuando estén enfermos o heridos, si puedo, buscaré en alguna de nuestras salidas algún libro en alguna biblioteca o librería de medicina para estudiarla como hacía en el búnker de Ley junto con Inma, Adán y el doctor, además, así sabré como tratar también a mi bebé si está enfermo, estudiaré primeros auxilios, medicina básica, cosas acerca de enfermedades, compuestos químicos, fármacos, todo lo que pueda del mundo de la medicina mediante libros que vaya buscando durante nuestros viajes y junto con la ayuda de Maya y quien sabe, con el material que vaya recopilando, tal vez a Inma y Adán les parezca interesante continuar estudiando conmigo medicina, aun que necesitaría conseguir una mochila más grande para guardar los libros, la mía no es muy espaciosa que digamos. Si, estos serán mis futuros movimientos para lograr llegar a ese futuro que quiero.

Jessica bostezó tras terminar de confesarse con ella misma y lentamente sus pesados párpados fueron cerrándose hasta que finalmente quedó completamente dormida con una sonrisa en su rostro tras haber logrado elegir cual sería ahora su nuevo propósito, sin duda tendría mucho que hacer a partir de ahora, pero aquello le gustaba, pues finalmente estaría entretenida y tendría un fuerte motivo por el que seguir adelante dando lo mejor de si misma sin rendirse.

En la oscura y silenciosa habitación, los hermanos compartían la única cama de la estancia fingiendo dormir. Adán sintió el brazo de Eva envolviéndolo en silencio, desde que había tenido aquella fuerte discusión con Nicole y con el resto del grupo había estado muy rara, desde entonces, parecía ausente del mundo que la rodeaba, totalmente absorta en sus pensamientos.

“¿¡Quién eres tú para comprender como llevamos por dentro ese sufrimiento cada uno de nosotros!?”

“¡¡Estamos llevándolo cada uno a nuestra manera, lo mejor que podemos para no hundirnos y poder apoyarnos los unos a los otros!!”

“¿¡Quién coño eres tú para decirme que la muerte de mi hermana me importa una mierda!?”

“Llevan cargando con la culpa de abandonaros desde entonces, creo que eso es un castigo más que suficiente para ellos.”

“¿Crees que tan poco valoramos nuestras vidas como para jugárnosla sin siquiera poder contemplar la posibilidad de salir de allí vivos?”

“¡¡Tú no eres nadie para decirnos esas cosas!!”


Aquellas voces pertenecientes a Inma, Maya, M.A, Jessica, Davis y Alice resonaron en su mente recordando sus rostros serios y enfurecidos tratando de protegerse de los puñales invisibles en los que se transformaban sus palabras para apuñalarlos sin piedad. ¿Hasta que punto había hecho daño a aquellas personas? Solo dijo la verdad... ¿no?

“¿¡ES QUE NO TE DAS CUENTA DEL DAÑO QUE LES ESTÁS HACIENDO A TODOS CON TUS PALABRAS!?”

El grito de Nicole invadió de golpe su mente expulsando a las otras voces de su cabeza. No podía sacarse aquella volátil reacción de Nicole, su rostro enrojecido por la ira se había grabado en su mente junto a aquellas palabras.

“¡¡¡¡NO ERES MÁS QUE UNA PUTA TRAIDORA Y UNA COBARDE QUE DEJASTE ATRÁS A TUS AMIGOS!!! ¡¡¡¡ALGUIEN DE TU CALAÑA NO DEBERÍA DE ESTAR EN UN GRUPO COMO ESTE, NI TU NI ESOS DOS GILIPOLLAS!!!!”

Resonaron esta vez sus propias palabras en su interior. Aquella tensión, aquel ambiente viciado por el rencor y el odio, aquellos rostros sombríos y cabizbajos de la gente del grupo ante sus acusaciones... Aún lo recordaba nitidamente.

“¡¡¡DEJA YA DE COMPORTARTE COMO UNA PUTA ORGULLOSA DE MIERDA QUE VA POR AHÍ CREYÉNDOSE ALGUIEN PISOTEANDO Y MIRANDO CON DESPRECIO A AQUELLOS QUE TRATAN DE ACERCARSE A TI PARA AYUDARTE!!!”

Apareció una vez más la voz de Nicole, trayendo consigo un viejo recuerdo del pasado. Un recuerdo en el que ella y Eva intercambiaron por primera vez una conversación a solas, relacionándose por primera vez en el hospital que gobernaba Puma.

“Adán es un niño. Como todo niño, debería de crecer en un ambiente feliz, incluso bajo las circunstancias del mundo en el que vivimos.”

“Eres una buena hermana. No me cabe duda de ello...”

“Eva, sé y tengo esperanza de que esforzándonos todos podemos ser amigos y vernos como una familia unida, así como darle a Adán la familia que él también quiere, y de este modo, un ambiente en el que pueda crecer feliz.”

“Eva, si vas a dejar algún día a Adán con alguien, te aconsejo que trates de relacionarte con el resto. Trata de conocerlos para saber que harás en el futuro con tu hermano y con quienes los vas a dejar. Las personas discuten, pero te aseguro que por discutir mucho, no significa que todos sean malos.”


Aún recordaba la sonrisa de Nicole y su mirada sincera al decirle aquello, le aliviaba que alguien más se preocupara por el bienestar su hermano. Aquella mujer le había parecido alguien de confianza a medida que la había ido conociendo, alguien con quien cooperar y contar ante las situaciones difíciles, alguien que la ayudaba al cuidar de su hermano protegiéndolo ella misma ante cualquier amenaza cuando se encontrara lejos de su hermano. Con el tiempo, había comenzado a verla como algo más que una compañera de grupo, la había considerado una amiga.

“¡¡Traidora!! ¡¡cobarde!! ¿¡Cómo pude pensar en alguien como en ti como a una amiga!?”

“Saliste huyendo del campo de batalla dejándonos atrás, sin importarte si moríamos, por eso eres una traidora. Tú eres la egoísta a la que no le importa lo que le suceda al resto. ¡Nos abandonaste y no hay argumento que justifique eso!”


Aquellas palabras tuvieron que hacerle realmente daño ¿verdad? Pero, una traición es una traición a fin de cuentas... ¿No? ¿Tal vez me equivoque? Incluso Jessica lo dijo... Son los actos los que hablan por las personas...

“Me llamas traidora sin siquiera intentar comprender los motivos de mi traición. Me juzgas por mi acto y no por el motivo por el que lo llevé a cabo... Ya veo...”

“Esto me recuerda a la prueba diabólica, un contraargumento que no te da la opción de defenderte de ninguna de las maneras, tu forma de juzgar es similar en ese sentido.”

“ Si Adán no hubiera servido para nada, lo hubiera matado. Por salvar su vida entregué al resto y asumí todo lo que sucedió aquel día sobre mi conciencia.”

“Es horrible ese sentimiento de dejar a alguien que depende de ti atrás, y créeme, lo sé bien”

“Tenía miedo, miedo de que algo como eso pudiese repetirse otra vez... No quería que a Adán le sucediera lo mismo”

“Eva, Puma, M.A, todos... Lo siento, siento el daño que os hice aquellas dos ocasiones.”


La confesión dolida de Nicole le llegó a la mente, así como aquella mirada fría y distante, para dar paso al llanto de Adán pidiéndoles detener aquella discusión. Adán... ¿Cómo había podido comportarse de aquella manera frente a su hermano? Es la primera vez que lo había visto comportarse de aquella manera... Dios, ¿hasta que punto había llegado como para obligar a Adán a reaccionar de aquella manera?

Eva abrazó a Adán, quien supuestamente debía de estar dormido. Reteniendo las lágrimas tras pensar fríamente en lo que había sucedido en la taberna, se acercó a su oído. —Perdóname, Adán. Siento haberte asustado así.., Siento no haberte escuchado y haber intentado continuar con aquella discusión que tanto daño te hizo. Lo siento. —susurró dolida con solo pensar cuanto pudo herir al inocente corazón de su hermano pequeño.

La acristalada puerta corredera se deslizó suavemente en lateral cuando un espíritu errante envuelto en el apagado tono de una grisácea chaqueta encapuchada se posicionó junto a ella, permitiéndole examinar atentamente el interior perfectamente ordenado de un ultramarinos de barrio cuya propiedad pertenecía a Matthew, de acuerdo con la información proporcionada por el rótulo externo que se camuflaba entre la oscuridad del ambiente nocturno. Tras llevar a cabo una profunda respiración manifestada como un brote de su mentalización, el espectro comprobó que su dispensador de gas pimienta continuaba en su bolsillo antes de adentrarse en el comercio. Probablemente necesitaría utilizarlo.

Una señora de avanzada edad situada tras el mostrador desplazó sus lentes progresivas de alta graduación desde el cúmulo de papeles que constituían su inventario hasta el cliente que acababa de aparecer, examinándole minuciosamente con una visible mueca de desconfianza surgida de forma espontánea. Ni siquiera había despegado la suela de sus roídas zapatillas de las baldosas en las que se asentaban cuando la tendera intentó detener su acción exponiendo con su lengua de víbora ponzoñosa la superficialidad de su mente.

—Estamos cerrando —le espetó irrespetuosa concibiendo una expulsión de su comercio a su concepto de ratero adolescente drogadicto cuya efectividad podría haber sido magnánima si una figura femenina dubitativa no hubiese surgido rauda desde uno de los corredores.

—Elsa, ¿habéis cambiado los cereales de lugar? No soy capaz de encontrarlos —descubrió la compradora la mentira improvisada de la trabajadora, quien comenzó a pellizcarse el labio inferior impotente ante el descubrimiento mientras el espíritu la ensartaba con el intenso odio que se enmarcaba en la mirada que le lanzaba.

—Al fondo a la izquierda, junto a la nevera de los helados, Margaret —respondió ella con la escasa amabilidad que restaba tras la excitación de su sistema de alerta esforzándose por no retirar la estricta vigilancia de sus gafas del extraño intruso.
—Gracias —correspondió su esfuerzo segundos antes de tropezarse con el carácter de unas esmeraldas escrutiñadoras que la hicieron estremecerse mientras volvía a desatar el sonido de las cuerdas que componían su garganta—. Sólo me quedan un par de cosas por coger. No voy a tardar mucho. Espero que no te moleste.

—No, no, tranquila… —le expresó su conformidad obteniendo un aumento del desprecio inabarcable que el espectro acumulaba contra tal falsedad de persona, aguardando hasta que su habitual hubo abandonado finalmente la intempestiva escena para terminar descargando en el ente sospechoso la mezcla vomitiva de aprensión y temor que la estaba desintegrando interiormente—. Date prisa. Voy a cerrar en seguida.

Hastiado por la inspección despectiva que aquella vieja había realizado hacia su persona, el espíritu inició su camino en dirección al pasillo dedicado en exclusiva a alimentos conservados, posicionándose junto a un destacable conjunto de latas de distinta índole. La breve meditación en la que se sumió acerca de los productos específicos de los que se iba a apoderar se rompió en el instante en que el noticiario de un televisor cercano comenzó a rugir con hondura.

—Hoy rememoramos el aniversario de la muerte del famoso político Ronald Gray, que fue hallado muerto junto a su mujer hace dos años en el incendio que consumió su lujosa mansión del centro de Nueva York en un programa especial en el que intentaremos esclarecer de nuevo los hechos que condujeron a su fallecimiento y entrevistaremos a algunos de sus compañeros de partido más cercanos para descubrir sus experiencias sobre el desafortunado accidente. Así mismo, rendiremos homenaje a los hijos desaparecidos de la pareja, Abigail y Brandon Gray, cuya búsqueda continua en punto muerto. Todo esto, después de la publicidad. Solo aquí, en New York One.

Asqueado ante los balbuceos hipócritas e interesados de aquella sanguijuela periodística, el errante corrió para apropiarse de uno de los múltiples carritos que se hallaban apilados junto a la entrada y deslizarlo sobre sus chirriantes ruedas hasta ubicarlo paralelo a aquellos alimentos que le resultaban de especial interés para empezar a cargarlo con cantidades notables de estos a máxima velocidad. No podía retrasarse en exceso si quería conseguir un rincón en el callejón en el que nadie se hubiese meado.

Una sensación de victoria recorrió cada fibra de su cuerpo cuando se percató de que había empleado tan sólo dos minutos en obtener las reservas que necesitaría durante aquel mes, por lo que se permitió a sí mismo ceder a la tentación del pecado cuando recorrió con el sustento de su pesado equipaje estomacal la curva que le conduciría hasta la zona donde se disponía la fruta, optando por tomar unas cuantas manzanas de intensa coloración rojiza antes de dirigirse presuroso hacia el mostrador, alcanzando su objetivo al mismo tiempo que la clienta preferida de la noche.

—Pasa tú primero, chico, que te veo con prisa —le ofreció amablemente una compradora que únicamente portaba consigo sus ansiados cereales de trigo integral, provocando que aquel espíritu comenzase a situar sus enseres junto a la tendera sin permitirla siquiera concluir con el remate de su cesión.

Elsa inició instantáneamente la medición del precio de los productos manteniendo un ritmo constante al del transporte realizado por el ratero indeseable y esforzándose por no desviar la atención de su desconfianza pese a que la presencia de Margaret controlaba las alteraciones violentas de su sistema nervioso. No se demoró en absoluto a la hora de embolsar la cuantiosa compra y entregarla una vez hubo calculado la cantidad de dinero total en la que la necesidad resultaba. Quería que aquel desarrapado macarra de barrio se marchase de su negocio cuanto antes sin causar problemas. Sin embargo, la intención que había permanecido en este durante días era completamente opuesta.

—Serán cuarenta dólares —anunció retrocediendo precavida un par de pasos al tiempo que aguardaba con incertidumbre una resolución favorable de la situación.

Controlando nuevamente el compás de su respiración, el espectro introdujo su mano en el bolsillo donde escondía su dispensador y lo agarró con fuerza fingiendo su disposición al pago de los alimentos mientras planeaba el método para deshacerse del impedimento que suponían aquellas dos mujeres. Ya se encontraba preparada para extraer el spray y rociar a la vendedora con una ración de aerosol cuando la mujer de los cereales desplegó un esplendoroso billete de cincuenta dólares sobre el mostrador.

—Anda, Elsa, cóbranos a los dos —ofreció humildemente generando de manera inmediata una densa atmósfera de sorpresa generalizada.

—¿Estás segura, Margaret? —la cuestionó Elsa atónita intentando confirmar sus acciones.

—Sí, claro —lo confirmó completamente segura de su decisión, constituyendo la causa por la cual la trabajadora resguardó su ganancia en el interior de la caja registradora y le entregó el cambio correspondiente materializado en un puñado de monedas con una mayor tranquilidad en sus movimientos—. Nos vemos.

—Hasta luego —se despidió concediendo un último gesto de desprecio a aquel repugnante engendro por el que había sufrido hasta su máximo extremo con el descanso enmarcado en su rostro tras abandonar el local junto a su protectora sin ocasionar ningún tipo de percance.

Un revolucionado espíritu maligno asestó un lanzamiento final de su mortífera mirada hacía la desconocida repleto de un conjunto de sentimientos tan extraños que se contrariaban entre sí. La señorita humanitaria aguardó unos segundos antes de disponer sus piernas para regresar a su vivienda sin generar un solo sonido añadido. La benevolencia de su acción era transmisión suficiente del carácter de sus intenciones.

—No necesitaba que me pagaras la compra. Yo tenía dinero —mintió aquel fantasma con la intención de proteger su orgullo de sobreviviente a toda costa.

—De nada —fue la respuesta disonante que ella emitió sin revolucionarse en absoluto por una contestación tan irrespetuosa.

—¿Por qué lo has hecho? —volvió a detenerla progresando con cautela a través de las que eran las auténticas pretensiones custodiadas por aquella mujer engañosa.

—Porque yo también sé lo que es vivir en la calle —le asestó remarcando un tono maternal en su enunciado que produjo incontenibles arcadas en el espectro.

—No voy a darte las gracias, si es lo que pretendes. Sé lo que quieres. No eres distinta a los demás —le espetó exaltado tras reconocer en aquella arpía el típico propósito lucrativo que le acechaba desde el jodido accidente.

—Oye, sólo estoy intentando ayudarte. De verdad, puedes confiar en mí. Te lo prometo. No voy a hacerte daño —concentró todos sus esfuerzos en la indudable manipulación que estaba intentando desarrollar mientras avanzaba unos pasos intentando recortar una distancia que él impuso nuevamente retrocediendo alarmado—. Mira, mi casa está cerca de aquí. Puedes venir conmigo, comer algo, darte una ducha, y después, si quieres, te vas, sin más. Incluso te puedes llevar algo de ropa si la necesitas. Estoy segura de que alguna prenda que se me haya quedado pequeña, te viene perfecta.

—Puede que tenga solamente catorce años, pero no soy estúpida, así que escúchame bien, porque no pienso repetírtelo. No vuelvas a acercarte a mí, o te cortaré la garganta y colgaré tu cabeza en una pica para que la vea todo el mundo. No vas a conseguir nada de mí.

Y una vez hubo dictado una advertencia infundada que iba a ser vital para la posteridad de su existencia, el errante se alejó rápidamente del escenario de ataque en la dirección en la que se toparía con su próximo dormitorio improvisado, esculpiendo un gesto pensativo en el rostro de la supuesta salvadora.

En el salón, bajo las anaranjadas luces y el crepitar de las llamas de la chimenea, M.A guardaba silencio ante la mirada de Davis viendo a través de la ventana tristemente.

—Me siento como una mierda, Davis. Desde que tuvimos el accidente con los vehículos he tratado de no pensar en lo que sucedió con Ley, para poder adaptarme a la situación en la que nos encontrábamos. —cesó finalmente su silencio. —Me siento roto por dentro, ha desaparecido alguien muy importante para mi. Mi hermana se ha marchado, Davis, ella se ha ido... 
El rubio se dio vuelta cruzando la mirada con la de su amigo. —Ya está, se fue... —susurró con un rostro incrédulo. 

Davis colocó la mano en el hombro de su amigo apretándole con suavidad mientras le sostenía la mirada en silencio. No hacía falta palabras para que M.A comprendiera que Davis se estaba ofreciendo para ser un punto de apoyo para él de ahora en adelante. Es cierto, Davis había estado ahí desde que lo conoció, ambos habían conectado rápidamente, y había mostrado en varias ocasiones ser un buen amigo. No pudo evitar recordar las veces que lucharon juntos codo con codo, las veces que intercambiaron pensamientos y sentimientos, aquella charla en el garaje del hospital, la vez en que Davis volvió sobre sus pasos para salvarle de la Chimera cuando lo atrapó... El día en que dejó a Ley atrás no pudo evitar comenzar a odiar a Davis, sintió lo mismo que Eva manifestó en la taberna, pero... Por otra parte recordó aquellos momentos con Davis, aquellas veces que lo ayudó y lo comprendió cuando otros no fueron capaces de hacer nada por él, también entendió su responsabilidad con Jessica y el bebé, por eso había decidido dejar atrás aquel tema y aquellos sentimientos.

El joven apretó los puños sintiendo rabia en su interior por no poder haber evitado algo que a pesar de todo, sabía que era inevitable. —Hace tiempo que llevo preparando mi corazón para esto, para el dí en que ella muriera, y estoy seguro que ella sabía que ese día acabaría por llegar, incluso que sería en esa misma guerra medieval... Y a pesar de llevar tanto tiempo preparándome para este día, se siente realmente doloroso... —el rubio apretó sus dientes aguantando sus sentimientos.— Han sido tantas veces las que se ha apartado de mi sin poder hacer nada para evitarlo... Primero fue en Stone City, se fue sin mí, el tiempo pasó y cada vez que volvía a mi lado se iba sin decirme nada la mayoría de las veces, ni explicándome porque motivo se iba de mi lado, siempre... —la voz de M.A comenzó a quebrarse mientras sus ojos brillaban bajo la luz de las llamas. —Siempre pensé que un día se iría y jamás volvería, no sabría nunca que le sucedió... Y ahora ese día ha llegado, se ha ido de mi lado para no volver, el único consuelo que tengo es que pude verla hasta el final y darle un entierro digno...

M.A intentó continuar hablando, pero sus emociones estaban al borde del colapso y no pudo articular palabra alguna. De inmediato y para su sorpresa, Davis lo abrazó en silencio sin aviso alguno. No pudo evitar sentirse sorprendido ante aquel acto, pero de inmediato su sorpresa fue despareciendo poco a poco. ¿Hace cuanto alguien no le daba un abrazo consolándole? ¿Hace cuanto no se abría mostrando sus sentimientos de manera abierta? ¿Hace cuanto había comenzado a encerrarse en esa coraza de chico amargado y problemático? M.A correspondió al abrazo y al momento en el que Davis colocó la mano en su nuca, no pudo evitar enterrar su rostro en el hombro de su amigo rompiendo a llorar desconsoladamente.

—Llora cuanto necesites, no me moveré de tu lado hasta que consideres que te has desahogado lo suficiente. —susurró Davis tristemente al escuchar a su compañero romper en llanto.

Ajenos a aquella tercera presencia, Alice había escuchado todo apoyada tras una pared en completo silencio. Sin poder evitar sentir su corazón herido ante la escena que vio de un desconsolado M.A, no pudo evitar entristecerse ante la situación de su pareja, realmente le gustaría estar en ese mismo instante consolándole, pero sabía que ya tendría tiempo después, a solas. Ocultando sus pasos, Alice subió la escalera hacia la segunda planta volviendo a la habitación que compartía con M.A.

—Buenas noches, Inma. —se despidió la voz de Nicole procedente del interior de la taberna.

La puerta del local se abrió y de su interior salió la joven, quien puso rumbo hacia la casa en la que pasaría la noche, dispuesta a conciliar el sueño. Maya y Nicole se encontraban a solas en la taberna, en su interior todo estaba tal y como se había quedado cuando Nicole se marchó tras su enfrentamiento con Eva. Las sillas y las mesas seguían en la misma posición, así como las botellas y vasos de cristal, los cuales aún estaban colocados en las mesas, y cerca del mostrador, podían verse los fragmentos del vaso que Nicole estalló. Maya cogió la mano de Nicole y le aplicó el desinfectante tras limpiarle la herida de las manchas de sangre seca con un poco de agua y un pañuelo.

—Menos mal que me dio por pedirle a Jessica que me prestara las cosas para tratar tu herida. Mañana se las devolveré, ya es muy tarde y estará dormida. —comentó Maya frotando con delicadeza la herida de Nicole. —Dime, ¿como estás tras la discusión con Eva?

Nicole suspiró pesadamente, no le apetecía mucho tocar ese tema. —¿Cómo quieres que esté después de la manera en la que me ha juzgado? Me ha lanzado al hoyo sin intentar comprender los motivos por los que actué de aquella manera. No ha querido entenderme y me ha juzgado por mi acto sin mas. Parece que la relación de amistad que estábamos formando le importaba poco. Después de que he hecho todo lo que hice por Adán, e intentar comprenderla y acercarme a ella como una amiga cuando el resto ha pasado de ella por la manera en la que los trataba... Siempre pensé que trataba así a otros porque ella había recibido ese mismo trato alguna vez, conllevando a volverla una persona desconfiada y algo problemática. Pero a pesar de eso siempre había tenido la certeza de que no era una mala chica, solo era alguien que trataba de proteger a su hermano de toda amenaza, aunque ello conllevara enemistarse contra todo el mundo. —se sinceró revelándole sus pensamientos a Maya. —¿Cómo me siento dices? Aún estoy enfadada con ella, decepcionada y dolida....

—Ya veo...—respondió con desgana. —Fue un momento bastante tenso, cuando te fuiste todo se paralizó y la gente abandonó la taberna dejando a Eva, Adán y Puma a solas sin decir palabra alguna. Creo que todos se sintieron bastante heridos al sentir como Eva metía el dedo en la llaga empeorando la situación de cada uno.

—No me extraña.... —respondió previendo que aquello era lo que habría pasado cuando se marchó del lugar — No quise continuar con la discusión por Adán, no se merece ver algo así, por lo que para no dejarme llevar por la ira me contuve y me fui a dar una vuelta sola y a pagar mi enfado con los zombies del almacén, tenía que liberarme de tanta carga negativa para no pagarla con alguien que no tuviera la culpa.

—¿Crees que después de aquello Eva y tú podréis... —Maya se detuvo de inmediato al ver a Nicole abrir la boca para responder antes de poder terminar de formular la pregunta.

—No quiero continuar hablando de eso. —respondió Nicole. —Ahora mismo no quiero saber nada de Eva, todavía tengo muy reciente lo que sucedió hace unas horas y aún no estoy del todo calmada...

Ambas permanecieron un momento en silencio hasta que Maya le soltó la mano tras considerar que le había desinfectado bien aquellas heridas. Entonces la joven se levantó y se acercó a la vitrina tras el mostrador para alcanzar un par de copas y una botella aleatoria. —Bebamos. —anunció volviendo a la mesa y colocando aquellas dos copas de cristal y la botella sobre la superficie de la mesa. 


—Ya te comenté que no aguanto muy bien el alcohol, no estoy acostumbrada a beber... —respondió torciendo los labios ante la propuesta. —creo que los dos vasos de ron de esta noche fueron más que suficiente.

Pero Maya la ignoró y de inmediato le llenó el vaso con aquella bebida alcohólica que cogió al azar. —Yo tampoco estoy acostumbrada a beber, pero esta noche deberíamos de hacer una excepción. —la castaña comenzó a llenar su vaso una vez que llenó hasta arriba el de Nicole. —Venga, al menos solo esta, por una vez que tomemos un poco más de lo que estamos acostumbradas a tomar no pasará nada, una vez al año no hace daño. Vamos, no es malo estar algo contentilla por los efectos del alcohol, mientras que no nos emborrachemos está bien, no tendríamos nada para la resaca. —comentó con una sonrisa.

—Está bien, puede que tengas razón. —respondió con un suspiro al tiempo que agarraba el vaso.

—Brindemos. —propuso Maya alzando su vaso.

—¿Por qué?

—Por olvidar. —susurró la castaña con una triste sonrisa en su rostro.

Las copas sonaron al producirse el suave choque por parte de ambas féminas, y de inmediato bebieron de su contenido a solas, teniéndose como única compañía la una a la otra en aquella silenciosa y solitaria taberna. Fundida entre la oscuridad y el silencio de la habitación, la figura de Inma podía ser ligeramente vista bañada por la luz de la luna que se proyectaba a través de la ventana.

“Me gustas mucho”

Resonó la voz de Jimmy en su mente mientras contemplaba la imagen del joven de cabello rubio esbozando una sonrisa en su rostro, dirigiéndole una sincera mirada cargada de seguridad ante la confesión sobre sus sentimientos hacia la mujer que amaba, para instantes después sonreír ante el rostro ruborizado de la chica. La joven se abrazó así misma mientras unas cálidas lágrimas comenzaban a asomar de sus ojos. Los recuerdos de lo que aconteció instantes después de aquella declaración se reprodujeron en su mente, aquel dulce beso que depositó en su labios mientras la envolvía con sus brazos provocó el derrame de aquellas cálidas lágrimas que descendieron rápidamente por sus mejillas.

Primero fue su buen amigo Naitsirc, luego su prima Dyssidia, y, por último, fue Jimmy... Solo le quedaba Maya. Ciertamente temía quedarse sola, temía perder también a la persona más importante para ella... Sí, a pesar de que la perdiera tendría a Jessica, a M.A, a Adán también y al resto de sus amigos para ayudarla y apoyarla en los malos momentos, pero Maya era su único familiar aún con vida, si la perdiera a ella no sabría que hacer, por eso había decidido entrenarse, para volverse más fuerte y protegerla. Aquella discusión en la taberna le había recordado aquella trágica escena en la que vio a Jimmy morir mientras luchaba valerosamente le recordó lo cercana que podía llegar a ser la muerte y la facilidad con la que las personas, por muy entrenadas que estuvieran, podrían llegar a perder la vida separándose de tu lado para siempre, despertando una vez más aquel miedo de perder no solo a Maya, sino también alguno de sus amigos sin poder hacer nada para evitarlo, como con aquellas tres muertes...
Con el dorso de sus manos, la joven limpió aquellas cálidas lágrimas que se derramaban por sus suaves mejillas. Debía de ser fuerte, sin duda debía de serlo para poder proteger a Maya y aquellos que le importaban, ahora, no solo Maya, aquel grupo era su familia y debía luchar por ella. Todas aquellas personas era lo único de valor que aún conservaba. 

M.A abrió la puerta de su dormitorio tras su charla íntima con su amigo Davis, cuando ya no le quedaron lágrimas que derramar y era presa del sueño y el agotamiento, ambos amigos decidieron volver a sus respectivos dormitorios para pasar la noche. En el interior de la pequeña y sencilla habitación parcialmente iluminada por la luz de la vela que yacía encendida sobre aquel pequeño escritorio, pudo ver a Alice tendida lateralmente la cama, quien al escuchar sus pasos y la puerta cerrarse tras de si, se giró para contemplar al joven de aspecto cansado. Ambos se miraron unos instantes desde la posición en la que se encontraban sin saber muy bien que decirse, por lo que el joven optó simplemente por dibujar una triste y desganada sonrisa.

El rubio se sentó a los pies suspirando ante su agotamiento, no solo físico, si no también mental. Alice gateó hacia su espalda para abrazarlo tiernamente, para acabar por depositarle un beso en la nuca a su chico, Alice no pudo pasar por alto sus ojos rojos e hinchados tras haber estado llorando en el hombro de Davis. 
—Debo de tener una pinta horrible... —susurró haciéndose a la idea de que Alice se habría fijado en sus ojos.

—Sin dudas lo tienes, estás horrible rubito. —le susurró al oído. Ambos permanecieron en silencio un momento, hasta que Alice volvió a abrir sus labios una vez mas —Gracias por perdonarme tras aquello, en verdad, tenía miedo a separarme de tu lado otra vez, me aterraba pensar que podía morir y no poder volver a la vida una vez mas para volver a tu lado... He estado tanto tiempo siendo una marioneta de esa organización desde que morí en Stone City... He visto y hecho cosas horribles contra mi voluntad... Todavía recuerdo como maté a Lithium con la ayuda de los cadáveres animados en los que se transformaron Allen y Riliane, o cuando traté de mataros a ti, a Maya y Naitsirc en aquella gasolinera... Todo por buscar los anticuerpos en la sangre de los supervivientes que salieron de la ciudad para crear una cura, los científicos pensaban que uno de los que escaparon debía de tener los anticuerpos, y apostaban especialmente por Maya y Puma — Tiempo atrás ya le había comentado sus experiencias con Esgrip a sus compañeros, volver a mencionar algunos de aquellos hechos le resultaba doloroso.— Trabajando para Esgrip, no pude optar por tener mi propia vida, ni mi propio futuro, mucho menos mi propia voluntad de decisión, esa gente era la que decidía sobre mi vida, solo era una herramienta para ellos... Pero con el tiempo, cuando la compañía cayó y obtuve la libertad, comencé a ser consciente de mi propia existencia, de lo que realmente era yo, un ser humano, no una herramienta. —comenzó a susurrarle al oído recordando aquella época oscura de su vida. —Y todo gracias a los recuerdos y a los sentimientos que tenía contigo y el resto... Volví a tener voluntad propia y consciencia, comencé de nuevo a vivir. Fue doloroso cuando nos juntamos de nuevo y me aborrecías por lo que era, y por lo que hice siendo una marioneta de la compañía, pero al final logramos reconciliarnos y me aceptaste como la persona que soy. No hace tanto que la vida comenzó a irme bien, por eso temía morir perdiendo de nuevo todo lo que me costó conseguir, tenía miedo de que la muerte me arrebatara una vez mas todo lo que tenía...

M.A cubrió con sus manos las de Alice, acariciándolas con delicadeza. —Tú ya no eres esa Alice, ya no eres una marioneta, asi que no te tortures mirando al pasado... Siento haberme dado cuenta tan tarde de ello, eres humana, tu eres mi Alice, mi chica, aquella a la que conocí en esa ciudad y de la que acabé enamorándome perdidamente, y nada mas. —susurró el joven entrelazando los dedos de sus manos con la de su chica. —Te quiero, Alice.

—Gracias. —susurró a su oído besando de nuevo su nuca. —Yo también te quiero, M.A

La pareja permaneció unos momentos en silencio abrazados, disfrutando la compañía el uno del otro, así como de uno de los pocos momentos que ambos tenían para estar solos. —Creo que es hora de dormirse, estoy agotado y tengo la sensación de que mañana será un día duro. —comentó poniéndose en pie liberándose lentamente del abrazo de Alice.

El joven se acercó para apagar la vela, y Alice lo siguió por detrás. Cuando M.A se dispuso a soplar la llama de la vela para sumir toda la estancia a oscuras, la joven lo detuvo sujetándole de la camiseta.

—¿Sucede algo? —preguntó extrañado girándose para contemplar el rostro de la chica.

Alice no contestó, solo se limitó a acercarse más al joven e inesperadamente para él, sujetarle con delicadeza del rostro para besar sus labios. M.A tardó un poco en racionar, pero de inmediato la envolvió con sus brazos y permanecieron así un momento.

—¿A que vino eso? —preguntó el joven con una sonrisa cansada.

Pero Alice no respondió, simplemente se quedó en silencio mientras ruborizada apartó su mirada de él, evitando el contacto visual. La joven cruzó a su lado y sopló la vela volviendo la habitación a oscuras, dejando como fuente de luz la única que se proyectaba a través de la ventana desde el exterior. Alice se giró avergonzada mirando a M.A, quien extrañado no entendía que estaba sucediendo con ella. Alice se llevó las manos a la camiseta y frente a M.A se la quitó, sin poder ocultar en su rostro la vergüenza que estaba sintiendo.

—¿Al..Alice? —tartamudeó un instante entendiendo lo que sucedía.

—No me mires así, idiota...

—Lo siento...

La rubia se acercó una vez más al joven para besarlo, y lentamente, el joven colocó las manos en la cintura de la chica, descendiendolas lentamente hacia abajo. Alice por su parte quitó lentamente la camiseta a su chico mientras intercambiaba con él caricias y besos. Lentamente, ambos se recostaron sobre aquella cómoda cama hasta que se tumbaron entrelazando los dedos de sus manos.

—¿Estás segura de esto, Alice? —susurró viendo el tímido rostro de la chica arrodillada encima de él.

—Sí, estoy segura de esto... —respondió mientras metía la mano detrás de la almohada para sacar algo pequeño oculto bajo esta.

—¿Encontraste uno? —respondió con una divertida sonrisa al contemplar de que se trataba.

—Estuve ayudando a saquear las casas, por lo que encontré algunos mientras realizaba mis saqueos.

M.A no pudo evitar dudar sin dejar de contemplar el rostro enrojecido y la actitud tímida de la chica. —Oye Alice, no quiero que te fuerces a ti misma a hacer esto por animarme, solo si tú ...—pero su comentario se detuvo cuando el dedo índice de su chica se posó sobre sus labios silenciandolos.

—Estoy segura, es solo que esta es mi primera vez...—confesó la joven avergonzada.

Poco a poco, sin intermediar palabra alguna, la pareja fue desvistiéndose fundiéndose en uno solo entre abrazos, besos y caricias. Jessica volvió del baño algo mareada, en mitad de la noche las nauseas la acosaron despertándola de su sueño, para cuando se despertó Davis ya yacía durmiendo a su lado. Soltando un suspiro ante el mal rato, comenzó a ascender la escalera de madera hacia la segunda planta, para dirigirse a su dormitorio de nuevo. Una vez llegó a la segunda planta y se dirigía a su habitación, sus pasos fueron deteniendo a medida que se quedaba mirando hacia la puerta cerrada que pertenecía a la habitación de M.A y Alice, pudiendo captar algunos bajos sonidos.

—Oh...Vaya, vaya, parece que esos dos lo están pasando bien en su fiesta privada. —rió por lo bajo pícaramente sabiendo perfectamente lo que sucedía tras aquella puerta. —Mmm... pues bien por ellos, espero que estén usando uno de esos por si acaso. —susurró para si misma girando el manillar de su habitación.

Riendo por lo bajo entró en la estancia a oscuras, pero de inmediato sus pasos se detuvieron cuando la figura parcialmente iluminada de Davis la sorprendió. El joven yacía profundamente dormido con todo el cuerpo estirado ocupando toda la cama en una posición extraña, con casi medio cuerpo fuera de esta, mientras uno de sus brazos caía tocando el suelo y la cabeza recolgaba parcialmente del lateral de la cama entre suaves ronquidos. Jessica tuvo que llevarse las manos a la boca para contener las carcajadas que le entraron ante aquella cómica y desastrosa visión del joven durmiendo.

—Por favor, ¿pero que postura es esa? —susurró la joven tras sentir pasar su ataque de risa.

La joven intentó cuidadosamente colocar en una postura mas decente a su chico, sin que este se despertara, desgraciadamente la mayoría de los movimientos fueron algo bruscos debido al peso muerto del joven, haciendo que Jessica temiera por perturbable el sueño con aquellos movimientos, pero en vano, el joven no reaccionó en absoluto ante la brusquedad de la chica, ni un mísero sonido o molestia fueron efectuadas en ningún momento. —Dios mio... Este no se entera de nada. ¿Cómo puede tener un sueño tan profundo? —susurró sorprendida percatándose de que aquellos movimientos que realizó intentando colocarle bien hubieran despertado a cualquiera.

La joven suspiró tras colocar a su chico de una forma mas decente haciéndose así un hueco en aquella pequeña cama. Jessica pensó en aquel momento que Davis era alguien que intentaba actuar siempre como un adulto ante la gente, tratando de ser maduro, serio y responsable, pero con el tiempo había aprendido que en la intimidad y con aquellos con los que tenía la suficiente confianza como para no avergonzarse frente a ellos, tenía una faceta un poco infantil y bromista, que hacía un curioso contraste con la forma que tenía de ser generalmente ante las personas. Sin dudas, no se aburría con él. La joven bostezó y se acurrucó al lado de Davis para cerrar los ojos dejándose llevar una vez más al mundo de los sueños.

Inma se secó las lágrimas e inspiró y expiró varias veces al sentir unos pasos ascendiendo por las escaleras, y de inmediato la puerta se abrió dando paso a Maya, quien con el martillo sobre su hombro entró con una sonrisa al percatarse de la figura de su prima junto a la ventana.

—¿Todavía despierta? —preguntó dejando su martillo de guerra en el interior del amplio baúl de la habitación, junto con las armas ahí guardadas, su Scramasax y la pistola de Inma.

—Sí, es que no me termina de entrar el sueño...

—Ya veo, pues yo estoy totalmente molida. —respondió a medida que bostezaba cerrando el armario tras guardar su traje anti radiación con el de Inma. —Deberías de descansar, tras la discusión esa es posible que mañana haga algo de tensión en el ambiente y ya son las tantas de la madrugada. —recomendó sacando del bolsillo de su pantalón un paquete de pañuelos y un pequeño bote de desinfectante que colocó sobre el escritorio. —recuerdame mañana que le de eso a Jessica, no vaha a ser que se me olvide, y ya sabes la memoria de pez que tengo a veces...—comentó soltando otro bostezo.

—Claro. ¿Y Nicole?

—Ella se ha querido quedar un ratito mas a solas en la taberna, para pensar un poco en sus cosas.

—Ya veo.

La castaña soltó otro bostezo antes de dejar caerse en la cama frotándose los ojos. —Será mejor que nos acostemos ya. —aconsejó Inma contemplando el agotamiento de su prima.

La joven se acostó en un lateral de la cama, dándole la espalda a Maya. —Buenas noches. —susurró sin obtener respuesta alguna. Percatándose de que debía de haberse quedado dormida nada mas tumbarse en la cama, Inma no pudo evitar esbozar una leve sonrisa antes de cerrar los ojos perdiéndose en el mundo de los sueños.

El monótono sonido del tic-ta de las agujas del reloj de mesa del escritorio era todo lo que se escuchaba en aquella habitación sumida de la oscuridad. Sentado en un lateral de la cama, siendo iluminado la mitad de su cuerpo por la luz que entraba a través de la ventana desde el exterior, podía visualizarse a un hombre solitario e inexpresivo. Puma contemplaba el interior de la cajetilla de cigarrillos que sostenía en una de sus mano, fijando la mirada en el último que le quedaba. A lo largo de la noche se había fumado cuatro o cinco, y ahora solo le quedaba uno, y para su desgracia, no había encontrado ningún paquete de tabaco en toda la aldea. Tras aquellos eternos segundos observándolo, lo sacó y lo contempló a la luz de la ventana, instantes antes de encenderlo con su mechero y llevárselo a los labios. Tras arrugar la cajetilla vacía con la mano en la que la sostenía, la arrojó al suelo de la habitación, para instante después expirar el humo a través de sus labios lentamente.

El sonido del choque de los aceros, los disparos, el sonido de aquella multitud de pasos, los gritos de los guerreros de ambos bandos... aquel conjunto de sonidos se reprodujeron en su cabeza en mitad de aquel silencio. Cerrando sus ojos, su mente le transportó una vez mas al campo de batalla. A su alrededor, los guerreros de ambos bandos se mataban entre ellos con sables, lanzas, hachas, martillos y otra multitud de armas blancas, llenando el suelo de sangre y cadáveres, entre gritos de guerra y agonía, ambos bandos trataban de avanzar contrarrestando el avance del bando enemigo. Usando su espada nazarí, empalaba y decapitaba a muchos de los enemigos que se atrevían a enfrentarse a él para arrebatarle la vida, mirando a un lado y a otro entre aquel mar de personas, podía localizar a algunos conocidos en combate como Maya, Johnny, Nicole o Jimmy, entre otros y mas lejos, portando la Tizona en una mano y la Katana en otra, podía contemplar a Ley entregándose a cuerpo y alma en aquella decisiva batalla, atravesando las filas enemigas con sus valerosos soldados. Pero de repente todo se volvió negro, y cuando volvió a abrir los ojos, la vio caer, aquel ángel ensangrentado se precipitó en el suelo sumándose al mar de cadáveres. Poco a poco los últimos soldados fueron pereciendo, logrando ganar aquella guerra la valerosa Ley, quien junto a ella, los soldados sobrevivientes de su pelotón se fueron suicidando con sus pistolas para reunirse con su gran líder y el resto de compañeros caídos en el otro mundo...

Puma abrió los ojos volviendo una vez mas a la pequeña habitación oscura y silenciosa. Alzando la mano hacia el escritorio, agarró un vaso lleno de Vodka que se situaba junto a una botella que se llevó de la taberna y de inmediato comenzó a tomar un par de tragos de aquella bebida alcohólica, contemplando su propio reflejo en la bebida no pudo evitar recordar a alguien muy importante para él, Florr. Sus últimos momentos de vida pasaron por su mente, cuando en aquel enfrentamiento contra Fox y sus soldados, pertenecientes a Zodiaco, la nueva Esgrip, atacaron al grupo en aquel edificio para rescatar a Payne con la piedra y la baliza, matando en el ataque a Florr y Crow, y secuestrándolo a él separándolo del resto del grupo. Aun que en el trayecto, en uno de los dos vehículos de la gente de Fox, logró escapar y matar a Payne, para finalmente vagar y desmayarse instantes antes de que la pelirroja diera con él. Lo siguiente que sabe que pasó tras separarse de Eva, fue lo que ella misma le narró desde su punto de vista, lo del entierro de Florr y Crow, lo de la Chimera esa, el secuestro de Nicole y Adán, y lo sucedido en la base de Michaela, de quien ya escuchó una vez mencionar a Nicole cuando se unió al grupo narrando junto con Davis su historia en Stone City. Michaela, ella es la líder de Zodiaco, quien ordenó a Fox y a sus soldados a ir a por ellos matando a Florr en aquel asalto... Sin dudas le encantaría verse las cara no solo con Fox, sino también con esa mujer...

Puma se tomó lo que quedaba del vaso de un solo trago, y mientras le daba una calada a su cigarrillo, comenzó nuevamente a llenarlo de Vodka. Había perdido el hospital, y con ellos a Payne, los artefactos y a sus presos, luego perdió a Florr, ahora a Ley y su gente, y mucho tiempo atrás, en Stone City perdió a su hermano y a Eriel... ¿Estaba destinado a perder todo lo que le importaba? Su corazón cada vez se iba habiendo mas duro, oscuro y gélido, y lo sabía, fue del interior de ese corazón del que nació su faceta de el General. El General, que recuerdos le traía aquel nombre por el que sus presos le llamaban... Selene.


La chica volvió a su mente, aquel diario en el que confesaba sus pensamientos y sentimientos respecto al cautiverio el que el la sometía, su nota de despida cuando sabiendo que fue mordida abandonó el grupo y el hospital sin levantar sospechas, su cadáver zombificado en aquel vertedero, su cuerpo ardiendo en llamas... No fue lo único que vino a su mente al recordar aquel nombre, también el momento en el que Davis y Nicole aparecieron con aquel maletín, supo que aquellos dos les traería problemas, no sería sencillo manipular a aquellos que habían logrado ver sus auténticas intenciones tras sus palabras y buenas acciones, por lo que siempre tuvo la sensación de que algún día debería de enfrentarse a ellos para quitárselos del medio, aun que aquella tarea no era fácil y estaba dispuesto a pedirle ayuda a Eva, sabiendo que aquel dúo estaban lo suficientemente cualificados y eran lo suficientemente inteligentes para ser capaces de plantarle cara, aunque tras perder el hospital y los artefactos, aquella rivalidad que flotaba en el ambiente entre ellos cuatro, en especial entre él y Davis, fue desapareciendo hasta el estado actual. ¿Qué mas? ¿Qué mas recuerdos volvían a su mente? 

Sus recuerdos se remontaron esta vez al hotel Sozza, aquella masacre entre policías y presos en la que perdieron a Naitsirc, mas y mas recuerdos fueron apareciendo en su mente, la muerte de su vieja amiga Dyssidia tras el enfrentamiento con Davis y Ley, la vez que secuestró en Almatriche a Maya, Inma, Naitsirc y M.A junto con Florr para arrastrarlos con él, como no, las eternas disputas con M.A, la captura de Alice entre otros recuerdos volvieron a su mente... Con el hospital, aquella faceta de El General murió y quedó enterrada en su mundo de oscuridad personal. Analizando su vida, no pudo evitar pensar que se había ensuciado sus manos tanto para al final perder todo aquello por lo que cometió multitud de crímenes inmorales, y ahora... ¿Qué le quedaba? ¿Aquel grupo?

La discusión en la taberna entre Eva y Nicole volvió a su mente, discusión en la que todos los miembros menos Adán y él intervinieron. ¿Por cuanto tiempo el grupo continuaría adelante sin que algún día algunos de sus miembros se mataran entre ellos? De una manera u otra, algunos integrantes como Maya habían logrado contener algunas de las disputas entre los miembros del grupo en el pasado, pero en aquella ocasión en la taberna no había sido así, todos habían discutido, y quien sabe si Eva y Nicole no hubieran llegado a las manos de no ser por la intervención de Adán, era cuestión de tiempo que algo acabara por estallar en aquel grupo y de ser así, estaba seguro de que sus compañeros de equipo se dividirían en varios bandos, fracturándose y rompiéndose la unidad.

El hombre solitario echó un vistazo por la ventana al percatarse de un movimiento en el exterior por el rabillo del ojos, saliendo de la taberna pudo ver a Nicole, a quien observó con su mirada indiferente hasta que desapareció tras ingresar en la casa que tenía asignada. Nicole Collins, ex agente de policía y superviviente de Stone City, así como única superviviente de su grupo tras salvarse de las cavernas de los mutantes en la que estuvo cautiva con la ayuda de Davis y sus compañeros, y hermanastra de la ex soldados de Esgrip y líder de Zodiaco, Michaela Evans. El joven pensó en ella sintiendo curiosidad, aquella reacción tan volátil e impropia de ella en la taberna enfrentando a Eva dejándose llevar por la ira, esa mirada fría y distante cuando logró calmarse soltando aquellas pullas inteligentemente contra su atacante, esa sonrisa inexpresiva, además de aquellas pesadillas de las que escuchó que tenía y sus momentos de desconexión de la realidad para sumergirse en lo más profundo de su mente ... Sí, sabía lo que pasaba dentro de ella, él ya lo había experimentado, ella estaba cambiando, había comenzando a caminar entre el mundo de las luces y el de las sombras, pero... ¿Por que mundo acabaría por decantarse a la hora de pasear?

Él caminó en el pasado por el mundo de las sombras, dando como resultado al nacimiento de El General. Pero Nicole era alguien fuerte de mente y espíritu, sus ideales, valores y principios podrían ayudarla a no caminar por el camino equivocado, si caminar por aquel lado oscuro, es posiblemente que naciera una faceta como la de El General, naciendo del rencor y la ira de Nicole producido por sus ansias de venganza contra Michaela, pudiendo hacer cualquier cosa con tal de matarla con sus propias manos buscando la salvación, sin saber si el matarla realmente la salvará de su carga moral. Realmente desconocía lo que Nicole llevaba a sus hombros, más allá de que cargaba con la traición a sus compañeros. No era capaz de comprender lo que debía de sentir en su interior, puesto que solo sabía la versión de Eva de lo sucedido en el imperio de Michaela, y por lo que sabía, los miembros del grupo se separaron teniendo cada uno su propia experiencia en el lugar, la traición a Ley y al resto empeoró a un mas su estado haciéndola cargar con la culpa de una nueva traición, y la discusión con Eva terminó por hacer desbordar sus sentimientos, haciendo cruzar el límite de su cordura y paciencia. ¿Acabará Nicole por formar una faceta oscura como la de El General? ¿Seguiría sus ansias de venganza personal arrastrando consigo a sus amigos por el mal camino con el objetivo de obtener esa venganza? ¿O por el contrario logrará evitar ese oscuro camino ahora que no es demasiado tarde dejándose ayudar por sus amigos y apoyándose sus principios, valores e ideales? Quien sabe.

Puma terminó su cigarrillo y expulsó el humo lentamente por sus labios, sin saber cuando sería la próxima vez que podría deleitarse con uno, arrojando la colilla al suelo, la piso asegurándose que había quedado apagada. Sus ojos lentamente se cerraban, no era capaz de contener sus bostezos, pero a pesar de saber que su cuerpo le pedía a gritos echarse a la cama a descansar, Puma continuó resistiéndose para tomarse un de vasos mas de aquella bebida alcohólica, para entonces ya sabía que era tarde para evitar una borrachera, había perdido la cuenta de cuantos vasos de Vodka se había tomado. Maya apareció en su mente, no podía evitar darle vueltas a los de su pérdida de poderes, quería saber como los había perdido, pero por algún motivo se mostraba esquiva a decírselo. ¿Con quien iba Maya durante su experiencia en el reino de la inmoralidad? ¿Era con Davis, cierto? Tal vez debía de preguntarle a él si sabía algo, aunque de saberlo, es posible que no se lo contara, puesto que Maya evitaba hablar del tema, le podría haber pedido a Davis que no contara nada de llegar a saber algo. Pero antes de tener que preguntarle a él, trataría de hablar una vez más con a su vieja amiga para que se lo contara, al fin y al cabo que pierda sus poderes en cierto modo le afecta a él y a Alice, tal vez por algún motivo ellos acabaran de perder sus poderes de alguna forma y volvieran a ser humanos normales como Maya.

El vaso de Puma se deslizó ligeramente entre sus dedos cuando no pudo evitar cerrar los ojos por un momento, pero percatándose del movimiento, su mano se cerró antes de que cayera al suelo. El joven se puso en pie y dejó el vaso medio lleno sobre el escritorio, después miró vagamente al baúl en el que guardaba su pistola y la espada nazarí, y tambaleándose se dirigió a la cama para dejarse caer sobre esta cayendo dormido en el acto.





#Sacedog

1 comentario:

  1. A lo largo de esta semana se publicará la parte 2 (última parte) del capítulo Punto Muerto.
    Saludos ^-^/

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