Big Red Mouse Pointer

martes, 8 de septiembre de 2015

RNH: Juego de la Supervivencia

Capítulo 06 - Tragedia en el hospital

10 de Julio del 2012.

Su cuerpo se movía, pero no era ella quien hacía la acción de moverse, alguien tiraba de ella, voces sordas llegaban a sus oídos. ¿De quiénes eran esas voces? ¿Quién tiraba de ella? ¿Por qué le dolía tanto todo el cuerpo? ¿Por qué sentía un líquido cálido deslizándose por su rostro? Nicole abrió los ojos con dificultad, su visión era borrosa, todo se movía...

— ¡Aguanta, te sacaré de ahí Nicole! —anunció la varonil voz de Morís mientras sentía que este tiraba de ella desde el exterior del vehículo.

Nicole intentó decir algo, pero no estaba lo suficientemente consciente como para articular palabra alguna y un único balbuceo salió de su boca en respuesta a Morís. Podía escuchar algunos disparos y las voces de sus compañeros mientras lo último acontecido volvía de golpe a su memoria, no duró mucho consciente, pues cuando Morís logró sacar medio cuerpo del interior del vehículo, la oscuridad nubló de nuevo la mente de la agente de policía.

11 de Julio del 2012.

Lentamente sus ojos se abrieron y una luz clara proveniente del exterior la cegó por unos momentos, Nicole se incorporó lentamente sobre una cama de blancas sábanas, sintiéndose algo dolorida. Se encontraba en una sala con el techo y las paredes de color blanco, suelo de mármol y aparatos médicos de todas clases distribuidos por la habitación, en una de las paredes había una gran ventana abierta permitiendo entrar la luz del sol iluminando aquella sala junto a una agradable brisa veraniega que mecía levemente unas cortinas blancas, por el tono de la luz solar, Nicole suponía que debía de ser medio día. Se encontraba a solas, en silencio. Nicole se percató de que al fondo de la sala había una puerta que probablemente llevaría a un pequeño cuarto de baño y en la pared contraria a la de la ventana se encontraba la puerta de entrada y salida a la habitación. La puerta de entrada se abrió entonces permitiendo entrar en la sala a una mujer de rasgos asiáticos.

—Hola Nicole. ¿Cómo te encuentras? —saludó una sonriente Emi.

— ¿Emi? Ah, bueno, estoy mejor, aunque todavía me duele el cuerpo. ¿Qué ha pasado? —respondió Nicole poniéndose en pie percatándose de que aún llevaba su desgastado y sucio uniforme de policía.

—Te distes un fuerte golpe en la cabeza y has estado varias horas inconsciente.

— ¿Cuánto tiempo?

—No estoy segura, pero más o menos unas catorce horas. Ayer por la noche te sacamos ya inconsciente del vehículo, debido a eso, a nuestras heridas y a los zombis de la zona, decidimos pasar la noche en una casa abandonada para descansar y tratarnos las heridas como medianamente podíamos con lo poco que encontramos mientras permanecíamos ocultos de los zombis. Esta mañana vinimos al hospital Santa María para tratarnos mejor las heridas con los recursos que hay aquí.

—Ya veo. ¿Los demás están bien?

—Sí, me estuve ocupando de tratar las heridas de los chicos, además de las tuyas. Creo que están en la planta baja viendo las noticias en la televisión. Por cierto, ¿qué sucedió con Tom?

—Huyó, intentó sacarme del coche, pero los zombis estaban cerca y le dije que se fuera antes de que le cogieran. Lo último que recuerdo es que se metió por unos callejones huyendo de unos zombis.

—Bueno, me alegro de saber eso, aunque deberíamos de intentar dar con él luego. Por cierto, deberías cambiarte, en el baño te dejé ropa para que te cambies, yo esperaré aquí. —propuso Emi con una sonrisa.

Nicole asintió y entró al baño, lo primero que hizo fue comprobar si había agua caliente para ducharse y los productos que necesitaba para asearse, tras comprobarlo se acercó a un espejo para contemplarse. Su rostro estaba sucio, con algunos moratones y pequeños cortes superficiales prácticamente curados, en su sien derecha había una pequeña tirita tapando la herida de su cabeza, que de inmediato se quitó.

 La joven mujer suspiró ante el mal aspecto que tenía y se quitó el cintillo de su coleta liberando sus cabellos dorados. Sobre la mesa en la que se encontraba el lavabo, había unas prendas de ropa cuidadosamente colocadas y bien dobladas elegidas por Emi. Un pantalón vaquero azul marino y una camiseta de tirantes blanca, bajo el lavabo había unas botas militares oscuras y una bolsa a la que le echó un vistazo dándose cuenta que era ropa interior.

Nicole se quitó la parte superior de su uniforme quedándose únicamente con su sujetador blanco, frente al espejo contemplaba los moratones de su cuerpo palpándolos con cuidado. Nicole terminó de desvestirse y se metió en la ducha. Las gotas de agua caliente recorrían su cuerpo desnudo, con gusto, disfrutaba de aquel momento sintiendo su cuerpo relajándose mientras se quitaba toda la suciedad y lavaba sus heridas ayudándose de una esponja y un gel que imitaba el agradable olor de la miel.

Finalmente tras varios minutos salió de la ducha. Nicole se vistió con la nueva ropa que Emi le había dejado en el baño, una vez más se acercó al espejo y con su mano limpió su superficie del vapor de agua que volvía borrosa su imagen, logrando verse nítidamente. La mujer de ojos azules agarró su cintillo y se recogió una vez más sus dorados cabellos en una larga coleta que le caía por la espalda. Emi se giró en cuanto vio a Nicole saliendo del cuarto de baño vistiendo la nueva ropa.

— ¿Ya acabaste? Te ves mejor tras ducharte y cambiarte de ropa —comentó Emi con una sonrisa. — ¿Te gusta el conjunto que escogí para ti?

—Sí, no está nada nada mal. —respondió la joven mujer acercándose a su compañera con una sonrisa en los labios.

Emi se acercó a una pequeña mesilla para abrir uno de sus cajones.

—Toma, esto es tuyo. —dijo la mujer sacando una serie de objetos.

Nicole recibió su reloj de muñeca y el cinturón porta fundas con su pistola P226.

 —Por cierto, ¿de dónde has sacado esta ropa? —preguntó curiosa mientras se colocaba ambos complementos.

—Fui con Morís a una tienda cercana a coger algunas cosas mientras no había nadie, vamos, lo que viene siendo robar.

—Ya veo... —respondió inconforme ante aquel acto —bueno, necesitábamos ropa, no podemos ir con los uniformes rotos por ahí. ¿Y qué hay de ti? ¿Aún no te has cambiado?

Emi llevaba aún su uniforme sucio, manchado y rasgado. 

—Estuve muy liada atendiéndote y saliendo con Morís a por la ropa. Pero ahora me iré a dar una ducha y a cambiarme, soy la única que aún no lo hizo. Los chicos están una planta más abajo. ¿Por qué no vas a verlos? Se alegrarán de verte despierta —le propuso con una radiante sonrisa.

Nicole y Emi abandonaron la habitación separando sus caminos, mientras que Emi se metió en otra sala para darse una ducha y cambiarse, Nicole recorrió un pasillo lleno de habitaciones a ambos lados hasta dar con la escalera que descendía hasta la primera planta. Finalmente tras llegar a la planta baja, Nicole pudo ver de espaldas a Morís y Alan viendo la televisión en una sala de espera.

—Hola chicos. —Saludó la mujer entrando en la sala provocando que el dúo apartara la vista del televisor para verla— ¿Qué tal estáis?

—Hombre Nicole, ya estás despierta. —respondió Morís levantándose del asiento para acercarse a su compañera.

—Sí, hace un rato que desperté y Emi me estuvo poniendo un poco al día. ¿Cómo os encontráis?

—Aguantaremos, no te preocupes, solo tenemos unos pequeños rasguños, poca cosa—respondió esta vez Alan acercándose mientras les quitaba importancia a las heridas producidas en el accidente— Me alegro de que estés bien. ¿Y Emi?

Nicole vio que sus compañeros también llevaban una nueva vestimenta más informal. Morís lucía ahora con una camiseta corta a cuadros naranja y unos vaqueros oscuros, por otra parte Alan llevaba una camiseta corta de un azul pálido y unos vaqueros marrones, ambos llevaban botas militares y en sus cinturas colgaban sus pistolas reglamentarias P226.

—Emi ha ido a darse una ducha y a cambiarse, volverá en un momento.

—Oye Nicole, dices que Emi te puso al día. ¿Qué te dijo exactamente? —preguntó Morís por curiosidad.

—Pues que tras el accidente acabé inconsciente varias horas y os refugiasteis en un edificio para pasar la noche y a la mañana siguiente vinisteis aquí para trataros mejor las heridas y también lo de que salisteis a por ropa porque los uniformes estaban estropeados.

—Ya veo, pero no te dijo lo de las noticias. ¿Sabes qué pasó con el niño?

—Em… Sí, antes de quedarme inconsciente huyó de los zombis metiéndose en unos callejones. ¿Que decían las noticias? —quiso saber al percatarse que desconocía cierta información.

—Pues que todo se fue a la mierda —intervino esta vez Alan dirigiendo su mirada al televisor encendido — ¿Recuerdas que la ONU mandó a los cascos azules para evacuar la zona Oeste de las zonas afectadas mientras vosotros y los militares masacrabais a las hordas de la zona Este? Bueno, pues al parecer los soldados de la ONU no han logrado evacuar a todos los grupos a la base militar, solo a una mínima parte de la gente que debía ser evacuada. —informó con desgana dándole la espalda a Morís y Nicole — Los grupos que salieron de la zona Oeste han ido muriendo por el camino debido a los grupos de zombis que andan sin control por la ciudad.

—Eso no es lo único —anunció esta vez Morís intercambiando una mirada con su compañera —Al parecer han llegado a la comisaría y han arrasado con ella. Las noticias también dijeron que a primeras horas de la madrugada, la universidad voló por los aires, aún no se saben los motivos de la explosión.

—Han dicho por la televisión que todos los civiles deben acudir a la base militar y han estado informando sobre como matar a un zombi para que las personas sepan defenderse. También han llegado refuerzos desde fuera de la ciudad para sumarse a los cuerpos militares que ya tenemos aquí para erradicar la amenaza zombi y conducir a los civiles a la base. —añadió Alan dirigiendo de nuevo la mirada a sus compañeros.

El trío de agentes permaneció un rato debatiendo en la sala de espera acerca de las noticias que habían dado en la televisión. Stone City estaba pasando por su mayor crisis, crisis a la que el trío de agentes no era capaz de imaginarle una solución que resolviera el problema, solo quedaba confiar en el Gobierno, quienes curiosamente eran en parte los responsables de la situación actual de la ciudad por su lenta intervención, o al menos solo en parte, ya que aún no se sabía cómo los zombis habían aparecido en la ciudad y unos seres que en la realidad no deberían de existir, solo pueden ser obra de la mano humana.

—Dios mío... —Nicole comenzó a percatarse de la gravedad del asunto y no pudo evitar sentirse angustiada ante las malas noticias. — ¿Y ahora qué va a pasar?

—Es posible que nosotros seamos de los pocos policías que aún quedan con vida en la ciudad —intervino la voz de Emi a espaldas del trío de policías, quien había escuchado por el camino parte de la conversación—Me pregunto si los novatos habrán logrado escapar a tiempo antes de que los podridos llegaran a la comisaría.

La joven mujer cambió su deteriorado uniforme de oficinista por un vaqueo oscuro y una camiseta de tirantes rosa, del mismo modo que sus compañeros, llevaba su P226 a la cintura y un par de botas militares, a su espalda colgaba una mochila.

—Quien sabe, espero que realmente hayan escapado a tiempo y estén seguros en algún lugar —respondió Alan con un tono de voz que dio a entender a sus compañeros que estaba preocupado por los novatos.

— ¿Y qué pasa ahora con nosotros? —quiso saber Nicole.

—Ya no somos policías activos, no tenemos uniforme ni comisaría, ya como agentes de la ley no podemos hacer nada. —Respondió Alan con un desmotivado tono de voz —Ahora somos civiles y como todo civil, lo único que podemos hacer es acudir a la base militar en busca de refugio y luego ver ya si podemos ayudar de alguna manera.

Los cuatro permanecieron en silencio unos momentos, ciertamente, ahora como policías no podían hacer nada, habían perdido todos los medios junto con la comisaría y el personal, ahora su situación no era muy distinta a la de un ciudadano normal. 

—Entonces deberíamos de movernos y buscar algunos recursos médicos antes de partir, ya que estamos en el hospital nos vendrá bien coger algunas cosas. —propuso Emi.

El cuarteto de ex agentes de policía comenzó a recorrer el hospital buscando medicamentos y utensilios que les fueran de utilidad para guardarlos después en la mochila de Emi, necesitaban recursos para emprender el largo viaje a pie hacia la base militar situada en el centro de la ciudad, viaje que sin duda sabían que estaría lleno de multitud de peligros a los que deberían de enfrentar. Mientras buscaban, encontraron algunos cadáveres de zombis que presentaban un disparo en la cabeza, indicando que había o hubo alguien en el edificio. El grupo continuó inspeccionando alerta para no llevarse sorpresa, existía la posibilidad de que hubiera alguien armado en el hospital o que hubiera más zombis escondidos en las habitaciones.

Mientras buscaban, Emi llamó a sus compañeros al descubrir algo. Los tres ex agentes se reunieron con Emi en la sala en la que esta se encontraba para descubrir que aquella sala tenía algo peculiar más allá de la sangre del suelo, sobre una camilla había una pequeña figura humana oculta bajo una sábana blanca ensangrentada. Nicole llevó la mano derecha al mango de la pistola mientras alargaba la mano izquierda ante la mirada de sus compañeros con el objetivo de destapar lo que había oculto bajo la sábana. Tras unos segundos para prepararse, Nicole tiró bruscamente de la sábana desvelando su contenido, contenido que no estaba lista para contemplar, como sus compañeros, sintió una oleada de tristeza invadiendo todo su ser.

Sobre la camilla se encontraba el cadáver zombificado de un niño delgado y de baja estatura, bajo su barbilla presentaba un orificio de bala y ríos de sangre descendía por su rostro, teniendo aquellos ríos su origen en la cabeza, cuyos oscuros cabellos estaban empapados de aquella carmesí decoración, en vida sus ojos tenían una bonita coloración verde, pero ahora, una membrana blanquecina eclipsaba el bonito color de sus ojos.

—Tom... —pronunció Nicole con una profunda tristeza.

 #Sacedog

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